Con gran devoción, decenas de personas acudieron al Templo de Nuestra Señora de la Merced, ubicado en el Centro Histórico de Puebla, para celebrar la fiesta patronal en honor a la Virgen de la Candelaria.
Del Sagrado Corazón de Jesús, de San Judas Tadeo, del Señor de las Maravillas, de la abundancia, del niño doctor de Tepeaca y de la Virgen de la Señora del Carmen, fueron los principales atuendos con los que acudieron los creyentes a estos recintos para que fueran bendecidos sus niños Dios, tal como lo marca la tradición católica.
Además, a las afueras de esta iglesia se colocó un corredor de negocios de antojitos y artículos religiosos, los cuales además de ofrecer una amplia variedad de alimentos típicos de Puebla, también ofrecieron romero, flores y veladoras para que los devotos pudieran llevarlos a bendecir.
Esta tradición está presente desde hace más de 60 años para la familia de Guadalupe Ramírez, quien acudió este 2 de febrero con sus hijos para pedir salud, trabajo y más años de vida para que pueda disfrutarla al lado de sus seres queridos.
Por su parte, para Carolina Peña, quien dejó de asistir a la iglesia durante los últimos tres años a causa de la pandemia de Covid-19, esta festividad representa un parteaguas espiritual, pues aseguró que a partir de esta fecha las personas pueden tener “un nuevo comienzo”.
“Es algo que realizamos cada año, no porque sea costumbre o por la fiesta que tiene, sino para agradecer por la vida que tenemos y por la fe que nos mueve para seguir haciéndolo”, expresó por su parte la señora Gabriela.
A decir de Marco Corona, quien asistió con su madre y su hermana, esta festividad es idónea para compartir en familia, principalmente por la tradición religiosa y por el festejo que trae consigo, es por ello que, desde hace 10 años acuden juntos a este templo.
Las mañanitas a la Virgen de la Candelaria se entonaron durante la noche del pasado 1 de febrero en la Parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria, situada en la colonia Roma al norte de la ciudad de Puebla.
La fiesta patronal se celebró en diversas iglesias de la ciudad, algunas de ellas fueron la Basílica Catedral, la Parroquia de Nuestra Señora de Ocotlán, el Templo de Santa Rosa de Lima y la Parroquia de San José, en donde se oficiaron misas cada hora para la bendición de los niños Dios.