Con ofrendas, alfombras de aserrín y un sinfín de exhibiciones comerciales, la comunidad católica llevó a cabo este 16 de junio la celebración de Corpus Christi en Puebla, una de las festividades religiosas más importantes de la entidad.
Al concluir la ceremonia eucarística en la Catedral de Puebla, el arzobispo auxiliar Tomás López Durán encabezó con solemnidad la procesión con el Santísimo Sacramento en el atrio de la iglesia, en donde, acompañado de los feligreses, recorrieron los tres altares que fueron asentados en el soportal.
Provenientes de Tecamachalco, artesanos se dieron cita desde antes de las ocho de la mañana en el templo católico para elaborar las alfombras de aserrín, las cuales destacaron por sus colores y detalles. Por otra parte, los altares elaborados con hortalizas fungieron como ofrendas de agradecimiento a Dios por parte de los fieles.
La iglesia católica conmemora esta festividad cada año en la que se proclama la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía y le rinde públicamente el culto de adoración. No obstante, esta celebración también es conocida como el día de las mulitas.
Esto debido a que, durante el año 1526 después de rendir culto al Santísimo, los campesinos traían en sus mulas algunos frutos de sus cosechas para ofrecérselas a Dios como señal de agradecimiento.
Sin embargo, existe una segunda versión, que cuenta que un hombre de nombre Ignacio, tenía dudas acerca de su vocación sacerdotal, y un día de Corpus le pidió a Jesucristo una señal y pensó: “si estuviera presente Dios hasta las mulas se arrodillarían” y, en ese mismo instante, la mula del hombre se arrodilló, a lo que él como respuesta consagró su vida a la vida sacerdotal.
Es por ello que, durante esta celebración al mismo tiempo decenas de comerciantes se reunieron a las afueras de El Parián para ofrecer a los visitantes la venta de diversos productos, entre ellos destacan las mulitas elaboradas de diferentes materiales, adornadas de flores, artículos de barro y hasta decoraciones como botellas y cervezas.
Una de las visitantes, relató para El Sol de Puebla que cada año se da cita en este mercado para comprar una de las mulitas y regalarlas a sus nietos, sobrinos y unas más para guardarlas de recuerdo de esta festividad que se lleva a cabo en Puebla.
También dentro de esta tradición, destacan las muñecas también conocidas como “Lolitas” y panzones hechos de cartón, los cuales surgieron como una mofa que hacían los trabajadores de las haciendas a sus patrones y son elaborados por los artesanos poblanos desde dos meses antes para que salgan a la venta en esta temporada, existen de todos los tamaños y colores y su precio oscila desde los 40 hasta los 120 pesos.
