A diario, los peatones que cruzan el Boulevard Atlixco y la desviación al Boulevard del Niño Poblano arriesgan su vida con la preocupación de no llegar a tiempo al otro lado de la calle y ser atropellados. Este cruce se ha convertido en una odisea y, sobre todo, en un peligro, ya que es común ver pasar a padres de familia con infantes, debido a la cercanía del Hospital para el Niño Poblano (HNP).
Para lograrlo, los ciudadanos deben correr o, como comúnmente se dice, "torear" a los automovilistas, con el riesgo de tropezar y sufrir un accidente. El equipo de El Sol de Puebla fue testigo de cómo una madre de familia tuvo que correr con su hijo con discapacidad debido a la falta de un semáforo o un tope que regule el tráfico.
"Es urgente, por favor, que alguien nos ayude. Fue un milagro que nos dejaran pasar ahora, pero otras veces debemos esperar de 10 a 15 minutos sin que nos permitan cruzar", compartió la señora Rocío Rojas con este medio. "Llevamos años solicitando atención, pero nadie nos hace caso. Ni siquiera hay un agente de tránsito. A veces, incluso cuando ven que tenemos niños con discapacidad, no nos permiten pasar. Este lugar es horrible, hoy fue un milagro poder cruzar", agregó Rocío, quien visita el hospital de dos a tres veces por semana.
Las madres de familia y los ciudadanos viven con el temor de no llegar al otro lado de la calle. Incluso esperan largo tiempo hasta que disminuye el flujo vehicular o hasta que algún conductor se detiene para darles paso. Tal es el caso de la señora María Isabel, quien tuvo que cargar a su pequeña de tres años en brazos y correr lo más rápido posible para ganarle el paso a los vehículos que circulan a más de 70 km/h.
"La verdad es muy peligroso. Necesitamos urgentemente un semáforo. Nos hace mucha falta. Aquí hay un cruce constante de menores de edad debido a las consultas en el hospital", señaló.
"Es el paso de la muerte", señalan transeúntes
Como gesto de solidaridad, el señor Omar Conde, quien trabaja en la zona cuidando carros, ayuda a detener el tráfico con el sonido de su silbato para proteger a los más vulnerables, ya que asegura, el riesgo es constante. "A los que van frecuentemente al hospital ya le llamamos 'el paso de la muerte' porque en verdad es muy peligroso. Hay personas que sí nos hacen caso, sueno el silbato y se detienen, pero hay otros que hasta nos arrojan el auto. Al estar aquí todos los días, puedo ver que es urgente instalar un semáforo o dos pasos a desnivel para que los conductores reduzcan la velocidad", consideró.
En la misma línea, añadió: "Hay muchos niños con discapacidad que acuden al hospital y son a quienes debemos apoyar. Me ha tocado encontrarme con personas que me gritan y dicen: '¡Oye, voy a pasar!', y les respondo: 'Espera, te apoyo, pero no es mi trabajo'. Por eso me gusta ayudar más a los niños, ya que son los que corren más riesgo".
Por último, la señora Yolanda Franco también se sumó a este llamado y pide a las autoridades estatales, así como a las del municipio de San Andrés Cholula, que atiendan con prontitud este cruce peligroso.
"Esto puede causar un accidente, especialmente para nosotros, los adultos mayores, y también para los niños. Las autoridades deben comprender que nuestras vidas están en riesgo", concluyó.