Los comedores comunitarios iniciaron como un programa social para mejorar las condiciones nutricionales de la población, pero actualmente se mantienen gracias al voluntariado y compromiso de las ciudadanas que están al frente de estas cocinas. Las mujeres encargadas de los comedores, no tienen sueldo por esta labor, su única recompensa es ayudar a los ciudadanos de bajos recursos y recibir comida que sobra del día.
Los comedores comunitarios, son unos espacios en donde venden desayunos y comidas entre 15 y 20 pesos, están instalados estratégicamente en colonias de bajos recursos y su objetivo es combatir la pobreza alimentaria. Sin embargo, en Puebla están desapareciendo, debido a que, desde la llegada del presidente, Andrés Manuel López Obrador, la Federación dejó de entregar apoyos, y los encargados han tenido que absorber todos los gastos.
Este programa funciona gracias a los 3 niveles de gobierno, no obstante, la Federación tiene el cargo más fuerte ya que son los encargados de abastecer una parte importante de los productos, el Gobierno del Estado brinda el vehículo en donde se instala el comedor y el Ayuntamiento de la ciudad paga el gas, así como la electricidad.
Durante el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto, mensualmente la Federación entregaba los productos perecederos a las encargadas de los comedores, pero desde que llegó López Obrador, les notificaron que esta ayuda ya no continuaría, y hasta que entró en funciones la administración encabezada por el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, el Gobierno del Estado, se hizo cargo de esta tarea a través de la Secretaría de Bienestar.
Empero, las encargadas, no saben si el apoyo continuará por parte del municipio y del estado, ya que en un inicio era una iniciativa federal, y esta incertidumbre las tiene preocupadas.
Actualmente no hay un padrón de cuantos comedores existen en Puebla, pero cuando se lanzó el programa, la Sedesol abrió un sitio en internet que indicaba cuántos comedores estaban en funcionamiento y anexaban la dirección, hoy en día el sitio desapareció y al querer ingresar, la página te direcciona a la Secretaría de Bienestar, pero no tiene información al respecto.
“APOYAMOS A LOS MÁS POBRES, TENEMOS MIEDO QUE LOS COMEDORES DESAPAREZCAN”
Este medio realizó un recorrido para localizar comedores en funcionamiento y se pudo encontrar espacios que atienden a más de 50 personas al día, y a su vez, terreros baldíos en donde solían estar las cocinas.
Laura Elena Becerril Díaz es la encargada del Comedor Comunitario que está ubicado en la Colonia Guadalupe Hidalgo, lleva 5 años al frente de la cocina, y recibe al día un aproximado de 100 personas. Sus principales comensales son madres solteras de bajos recursos y jóvenes trabajadores que no tienen un buen sueldo. Tiene miedo de que su cocina cierre, ya que se ha encariñado con la gente que todos los días va a comer, sabe sus necesidades y que tienen poco dinero para comer dignamente.
Lo mismo ocurre en la colonia Fuentes de San Bartolo, aquí está instalado otro comedor a cargo de Socorro Navarro, ella comentó que en el sexenio pasado los productos solían llevárselos hasta la entrada del comedor, pero en el presente año cambió todo. En esta colonia suelen ir más personas de la tercera edad y ya que está cerca de varias escuelas, los padres de familia aprovechan para llevar a sus hijos a desayunar.
Aprovechó para pedirle a las autoridades que no los abandonen ya que dejarían sin comida a un gran porcentaje de la población.
Ernestina Pérez, es otra de las mujeres que, pese a que les retiraron el apoyo federal, puso de su dinero junto a una comitiva para que el comedor no desapareciera, ella ayuda a adultos mayores y a personas que no tiene en donde vivir y piden limosna, inclusive no les cobra. Este comedor está en Arboledas de Loma Bella.
Otro caso es el de Dora Cerezo González, quien ya es famosa en la colonia Amalucan “por su sazón”, al día llegan más de 100 personas, principalmente adultos mayores y en últimos meses hasta centroamericanos que buscar llegar a Estados Unidos. Los comensales compartieron a este medio que si desaparece el comedor afectaría considerablemente sus bolsillos, y que el trabajo que hace Dora es de gran ayuda para la comunidad.