En medio de la adversidad y el dolor, las infancias que enfrentan la enfermedad de cáncer, enseñan a la sociedad lecciones de valentía, resiliencia y esperanza. Cada día, estos pequeños luchadores demuestran con su fuerza interior, que la enfermedad no define su espíritu ni su capacidad de soñar y sonreír.
Tal es el caso de Erika Olivia, una niña de 14 años que registró leucemia desde los 10 años, en el 2023 estuvo a punto de morir, pero en su última revisión, el médico le dijo que estaba fuera de peligro. Este 30 de abril, Día del Niño, mandó un mensaje a todos los niños que están luchando contra esta enfermedad, para que no se den por vencidos.
Para “Eri”, es importante recordarles a todas las infancias, que cada uno de ellos merece ser celebrado, reconocido y apoyado en su valiente batalla. Y a la ciudadanía en general, hizo un exhorto para sensibilizarse y recordar que la niñez es una etapa que se debe priorizar y proteger.
Erika recuerda perfectamente el agotamiento, desmayos, las llagas en la boca, la fiebre, alucinaciones y los días que pasó internada en vez de estar jugando con sus amigos. Dejó las muñecas a corta edad por las quimioterapias y también tuvo que madurar antes, ya que entendió todo el esfuerzo que hacían sus padres.
“Fue un proceso indescriptible. Puedes ver fotos, leer, pero nada describe todo lo que se vive con esta enfermedad. Al escuchar la palabra cáncer, inmediatamente piensas en muerte y no es así. Sí, hay una alta probabilidad, pero existen este tipo de milagros, como yo”, compartió.
A su corta edad, el pensamiento de muerte ha pasado por su cabeza. Incluso, el año pasado fue la última vez que creyó que moriría, se despidió de sus padres, de su hermano, les ofreció disculpas por todo lo que tuvieron que pasar, pero el destino tenía planeado algo más para ella y fue mejorando.
“Lo que nos dice el doctor es que ya tengo los estudios de un niño normal en mi sangre (…) muchas veces pensé que no lo iba a lograr, hay una etapa en donde te quedas sin ninguna defensa, que se llama neutropenia y si mis papás me hubieran dejado horas sin llevarme al médico, hoy no estuviera aquí”, recordó.
Algo que también ayudó a su pronta recuperación fue el estado de ánimo y las prótesis ortopédicas de cabello que donan en la Organización Valdivia Márquez, pues por las quimioterapias, se quedó sin cabello y este regalo le cambió la vida. “Me dio mucha seguridad, sentía que ya no me veían tanto. Sé que muchas personas no lo hacen con maldad, pero es incómodo”, agregó.
Al preguntarle cuál es su sueño ahora que venció el cáncer, respondió que no sabe. Está tan emocionada que cada semana cambia de carrera profesional, pero en últimos días considera que ser enfermera puede ser una buena opción, ya que sabe el amor, paciencia y la entrega que se necesita para hacer dicha labor.
“Si me hubieran dado a escoger tener esta enfermedad o no, elegiría tenerla, ya que es increíble los valores, madurez y las vivencias que aprendí. Por algo pasan las cosas y sinceramente de mi enfermedad aprendí muchas cosas y hoy en día, puedo decir que valió la pena vivirlo para dejar una enseñanza”, expuso.
Por su parte, Selene Dimas, la madre de Erika, sugirió a todos los padres que están pasando por este proceso, que no busquen información por Internet, sino que vayan con especialistas y tratar de que sus hijos estén felices, ya que el estado de ánimo ayuda a su pronta recuperación.
“Es fundamental brindarles todo el apoyo necesario para que su camino sea menos doloroso y más llevadero. La atención médica especializada, el cariño de sus seres queridos, el acceso a tratamientos y la contención emocional son pilares fundamentales en su lucha contra el cáncer”, dijo.
Desde El Sol de Puebla, les deseamos feliz Día del Niño a todos los niños y niñas del mundo, especialmente a aquellos que enfrentan el cáncer con coraje y determinación.