La presión por alcanzar estándares de belleza ha llevado a muchas personas a considerar la cirugía plástica como una solución para mejorar su apariencia. Sin embargo, detrás de esta búsqueda de la perfección existe un riesgo que pocos médicos hablan y que puede causar estragos irreversibles en el cuerpo o en casos más extremos la muerte.
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Zaira González es una poblana de 29 años que se realizó una “Lipo 360”. Ahorró por mucho tiempo para concretar esta intervención y cuando por fin se la hizo, comenzó a sangrar demasiado de sus glúteos, pero los médicos le dijeron que era algo normal. Con el paso del tiempo, registró una infección que casi la mata y posibles paros respiratorios.
Sus médicos encargados (que siguen laborando por la zona de Plaza Dorada y en las Torres Médicas) minimizaron la situación, por lo que tuvo que cambiar de especialista para una segunda opinión. A Zaira la tuvieron que internar de emergencia para que no perdiera la vida y existió el riesgo de que perdiera su pierna por una necrosis.
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Actualmente, sigue en recuperación, pero quiere hacer público su caso para que ni otra mujer tenga que pasar por lo que ella vivió y también lo hace público porque quiere obtener justicia. Ya hay una carpeta de investigación en la Fiscalía de Puebla, pero el cirujano Rafael N., se niegan a recibir los citatorios y no quiere dar la cara de lo que le hicieron.
Cirugía plástica conlleva riesgos físicos y emocionales
Todo comenzó en el 2021, cuando Zaira acudió para hacerse una valoración, su idea era hacerse una “Lipo 360”, la cual, es una liposucción alrededor de todo el torso, incluyendo el abdomen, cintura, flancos y la espalda baja, para lograr una apariencia más esculpida y contorneada. Por cuestiones de trabajo, no se hizo el procedimiento de inmediato, sino que espero un año más.
Para abril del 2022 regresó y el médico Rafael N., fue el encargado de darle precios, hacerle su valoración y la terminó por convencer. “Me dijo todas las indicaciones, me mandó a hacer pruebas de laboratorio y yo era candidata para la cirugía. Acordamos la fecha y el lugar, pero el lugar ya no fue en donde me hizo la valoración, la valoración fue por la zona de Dorada y la cirugía en San Pedro Cholula, pero eso me lo dijo un día antes de la intervención”, comentó.
El 15 de abril liquidó su operación, Rafael le marcó el cuerpo con plumones y le pidió que se preparara, pues ya iban a entrar a quirófano. Al ingresar se dio cuenta que había otro médico que nunca había visto y se trataba de Eduardo N. “Ambos doctores me hicieron la cirugía, pero yo a quien le pagué e hice el trato fue a Rafael. Salí de quirófano y noté que estaba sangrando demasiado, pero ellos dijeron que era normal, que era parte del proceso”, compartió.
Confiada en los especialistas, ese mismo día se fue a su casa, no sin antes inyectarle antibióticos y ponerle la típica faja que se utiliza después de una cirugía estética. En su casa continuó el dolor intenso tanto en piernas como glúteos y también siguió el sangrado abundante, pero el médico insistió que era algo normal. Al tercer día tuvo indicios de un paro respiratorio.
“Fue a cita y ya estaba Rafael y Eduardo. Me revisaron y los dos dijeron que todo estaba bien, que no me preocupara, me mandaron más medicamento (…) me salieron moretones en los dos muslos y en los dos glúteos, volví a acudir a cita, pero siguió diciéndome que era algo normal (…) luego me hinché de todo el cuerpo (…) regresamos a que me revisara y dijo que estaba muy ocupado para atenderme que tenía a muchas chicas”, relató.
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La hermana de Zaira le dijo al médico que no se iría hasta que la revisara y este hombre no tuvo más que acceder, pero sólo le inyectó medicamentos para que disminuyera el dolor. Las heridas empeoraron al grado de que comenzó a salir agua y un tipo aceite, pero nuevamente le dijeron que todo era normal por la manipulación del cuerpo.
Atribuyen daño a enfermedad degenerativa que nunca existió
Las heridas se tornaron color negro y fue hasta este momento que el médico le dijo que tenía que ingresarla al quirófano para hacerle un lavado, en el cual, no utilizaron anestesia. Cuando salió, le informaron a su familia que tenía una enfermedad degenerativa que estaba causándole todos estos problemas. “Mi hermana le dijo que no era posible, que por eso me hicieron estudios antes y que yo estaba sana antes de la intervención”.
El cirujano le recomendó una terapia hiperbárica para que sus heridas sanaran más rápido y acudió a una clínica privada para hacerse este procedimiento. Cuando llegó, las enfermeras le pidieron que un médico la viera antes del tratamiento y el encargado fue muy sincero, le confirmó que su glúteo tenía necrosis.
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“Me dijo: mijita tienes el glúteo podrido, la solución es que yo te corte toda esa piel. Sigue tomando las cámaras hiperbáricas, pero esto no te va a sanar. Ve con tu doctor, dile que te atienda y que haga un buen trabajo, que triste que te hayan hecho esto”, le expresaron.
Regresó con Rafael y Eduardo para notificarle lo de la necrosis, pero ellos negaron que estuviera ocurriendo esto. “Insistieron que tenía una enfermedad degenerativa, que nunca les había sucedido, que mi caso era uno en mil y al final del día me dijeron que yo era la enferma, pero me hice muchos estudios antes de la cirugía y todo salió bien”, lamentó.
Sus heridas comenzaron a tener un olor fétido, registró fase 2 de anemia, pulsaciones de corazón bajas y acudió con otro médico, quien le confirmó que tenía una fuerte infección por negligencia médica. “El nuevo médico me dijo que no era posible que una infección no se pudiera detectar a tiempo y dejaron pasar 20 días. Sus palabras fueron: si no te internas, no te doy más de dos días de vida”, recordó.
Zaira estuvo internada tres meses por esta infección y tuvo riesgo de perder la pierna. Fue un cirujano plástico de Traumatología y Ortopedia, quien le hizo lavados, aplicó el sistema VAC e hizo una cirugía reconstructiva con injertos de piel porque se le hizo un hoyo en uno de sus glúteos.
“Ahora estoy super endeudada, tenía un negocio, tenía mi coche y perdí todo porque me tuve que hacer otra cirugía reconstructiva (…) a raíz de eso no he quedado bien, he tenido problemas físicos, emocionales y sigo con secuelas de la infección, me salió un tumor en la pierna y me reventó. Le he dado seguimiento, pero no he podido hacer mi vida de forma normal, sigo sin poderme sentar y no puedo moverme libremente”, expuso.
Por todo lo anterior, interpuso una denuncia en la FGE 009590/2022, pero Rafael no responde los citatorios, ella personalmente ha acudido al consultorio, pero no quiere dar la cara. Siguen activos en redes sociales y muchas mujeres siguen preguntando por costos e información.
“Yo lo que quiero es justicia y hay un grupo en Facebook en donde somos varias chicas a las que nos ha pasado esto, pero el cirujano las está amenazando. Yo no he recibido amenazas, pero también temo porque voy dos veces a la semana a Fiscalía y nunca ha llegado a la mediación, no hay respuesta. Espero que deje de lucrar con la salud de más chicas”, puntualizó.
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Zaira se arrepiente de haberse hecho esta intervención y su mensaje para más mujeres es que se acepten tal y como son. “Todas las mujeres somos bonitas, no necesitamos hacernos ningún arreglo, al final del día, la gente que te quiere te ama tal cual eres y tenemos que aceptarnos tal cual. Con el simple hecho de tener vida y salud es más que suficiente”, concluyó.