Los pueblos indígenas son la población que se ha visto más vulnerable durante la pandemia de Covid-19, pues al presentarse contagios en los municipios de la Sierra Negra y Nororiental de Puebla, dieron paso a la suspensión de las actividades, lo cual afectó a las familias más humildes, pues al tratar de seguir vendiendo sus productos, muchos de ellos enfermaron de coronavirus.
De acuerdo con la Secretaría de Salud Federal, de las 64,172 localidades Indígenas, 34,263 de ellas tienen una población indígena mayor al 40%.
Hasta el 27 de julio del presente año, se registraban 211 casos confirmados en los pueblos indígenas de la entidad poblana, mientras que se registraban solo 59 defunciones por la misma causa, esto en 192 municipios de los 217 que hay en el estado.
Las cifras parecieran no ser altas, no obstante, algo que no se menciona es que la discriminación aumentó ahora no solo por ser indígenas, sino por tener covid-19, tal es el caso del municipio de Chignautla, en donde los habitantes relatan que es un lugar que vive del comercio, por lo que continuaron sus actividades económicas lo que desencadenó contagios de Covid-19, aunado a la desinformación por parte de las autoridades.
Rodrigo Hernández estudiante de medicina y colono de Chignautla indicó a este medio, que no se dio información sobre la pandemia desde sus inicios, pues “se creía que nunca iba llegar la pandemia a su comunidad”, inclusive al grado de ocultar casos de coronavirus en la presidencia municipal, lo que genera en la población incredulidad sobre la pandemia.
“No se le ha dado la importancia que realmente necesita, no ha habido una correcta información hacia la población, nunca se ha instalado un filtro sanitario, las autoridades han ocultado casos dentro de la misma presidencia municipal, debido a un brote de Covid de 10 a 15 empleados” aseveró Rodrigo.
Los comerciantes optaron por vender de casa en casa, pero esto no resultado como esperaban ya que la gente temía que sus productos lleven el virus Sars-Cov-2 y para prevenirse no les compraban.
“Las marchantitas andan vendiendo casa por casa y descalzas, quienes se dedican a esto mencionan que la economía es muy difícil porque solo ganan para comprarse un kilo de tortilla al día”
Además, aseguró que todos esos factores han generado que quienes se enfermen de covid-19, sean criticados por la ciudadanía, por lo que muchas familias que tienen enfermos lo ocultan, pues temen la discriminación de sus vecinos, siendo esto la mayor causa de decesos en el lugar.
“Si antes éramos discriminados por cómo nos vemos, ahora nos discriminan por padecer coronavirus, por eso mucha gente no va al hospital y muere en sus casas”, señaló el estudiante.
En tanto, en el municipio de Teziutlán no se dispararon muchos casos, sin embargo, no se pudo evitar el cierre de las plazas y comercios, lo que permeó en las ventas de las artesanías, por lo que muchas familias tuvieron que buscar una manera diferente de conseguir ingresos.
Eduardo Pérez quien se dedica a la textilería, detalló que al cerrar las plazas donde su familia iba a vender, las ventas bajaron hasta un 70%, pues la contingencia dejó de lado el “darse un gusto” comprando una camisa, una bolsa, un cinturón o diademas hechas a mano.
“Nuestras ventas bajaron mucho, ya nadie quiere coya nadie se quiere dar el gusto de comprar nuestros productos hechos a mano… de vender 10 productos, si nos va bien vendemos dos, estamos en una situación difícil” señaló don Eduardo.
Por otra parte en el municipio de Tlatlauquitepec, el representante del comité municipal sanitario, Dario Cruz, informó a El Sol de Puebla, que la población indígena de origen náhuatl se vio afectada por la cancelación del tianguis en donde vendían sus productos, como fruta de temporada y artesanías, pero gracias a que se implementaron las medidas sanitarias, el municipio logró controlar la pandemia.
La pandemia no solo afectó a los grandes negocios, sino también a los comercios informales quienes por desinformación y falta de recursos tuvieron que salir para poder sobrevivir, sin embargo no solo tuvieron pérdidas económicas, sino perdieron a sus familiares quienes ni con la nueva normalidad regresarán.
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