Han pasado cinco años desde que Esmeralda Millán fue víctima de violencia ácida por parte de su ex pareja, sin embargo y a pesar de que en Puebla se tipificó como tentativa de feminicidio los atentados con sustancias corrosivas, el hombre que la atacó sigue sin sentencia. Esta situación la ha desgastado y aceptó, que sólo sigue en pie por sus hijos menores de edad.
La sobreviviente, relató la difícil experiencia que ha enfrentado durante el proceso judicial y social, ya que, a pesar de las cirugías y el sufrimiento físico, vive humillación y críticas por parte de la sociedad. Este 23 de enero, luego de más de más de 5 años, su ex pareja se enfrentará a la audiencia de inicio de juicio.
“Van a venir mis testigos, personas que me atendieron como médicos y a ver que procede (…) el proceso ha sido muy doloroso, me he enfrentado a muchas cuestiones físicas, emocionales y a muchas cirugías que me he hecho. La gente me ha humillado mucho, me ha criticado mucho, he recibido muchas burlas, muchas críticas y a él lo estarán juzgando por intento de feminicidio”, comentó.
Esmeralda pidió la pena máxima, aunque también declaró que no existen años para reparar el daño que su ex pareja le hizo. “Ya sean 50 o 60 años, para mí ya es como estar muerta. Sigo aquí y estoy de pie por mis hijos y para que no haya más mujeres como yo, porque cuando te pasa es como si estuvieras muerta en vida. Desde el día 1 que me pasó, me morí”, declaró.
La mujer no pudo más y comenzó a llorar. Aceptó que el camino no ha sido nada fácil, pero que el motor para seguir acudiendo a las audiencias son sus niños. “Pido justicia para que no haya más casos, pero si no tuviera a mis hijos y mi familia, yo desde hace mucho me hubiera matado. Porque el cómo te ven, como te critican, te humillan, te hace muchas veces pensar que no deberías seguir aquí”, compartió.
Agregó que la sociedad la rechaza constantemente por sus cicatrices, porque uno de sus ojos quedó lastimado por el ácido y que encontrar trabajo fue uno de los objetivos más difíciles al que tuvo que enfrentarse, ya que siempre toman en cuenta el físico. “Cuando te hacen eso, te dejan muerta en vida (…) me faltan varias cirugías, mi ojo aun no quedan bien, fue reconstrucción total y estoy viendo la oportunidad de que me donen un cornea. Aún falta mi boca, mi nariz, son muchas cosas para tener un aspecto que la sociedad acepte”, enlistó.
Desde su óptica, las autoridades poblanas le están dando más respaldo a su victimario que a ella, pues le suspenden las audiencias y aceptan sus amparos para retrasar el proceso. “Yo quiero justicia, pero la justicia no me ayuda (…) espero que avancemos, que ya no lo pospongan más. Son más de cinco años, quiero justicia, quiero tranquilidad para mí y para mis hijos”, agregó.
Para concluir, pidió a las autoridades juzgar con perspectiva de género y también tomar en cuenta el viacrucis que han vivido sus menores, pues durante este tiempo sus hijos han sido revictimizados y son señalados por la sociedad. “Me duele mucho y me cuesta que ellos no reciban críticas”, lamentó.
Por su parte, Yareli Ruíz, asesora legal de Esmeralda, detalló que están en la etapa de juicio oral y habrá cuatro audiencias para el desahogo de los testigos, así como peritos, ya que sería muy desgastante en una sola audiencia. Este 23 de enero es la primera y las posteriores serán señaladas por la jueza, se espera que en la última se tome una decisión y por fin emitan una sentencia condenatoria.