Coyomeapan, Pue.- Con un minuto de silencio y con el grito de "justicia" fue como un pobladores de Coyomeapan dieron el último adiós a Teófilo, Marcelo y Omar, los tres hombres que perdieron la vida el pasado lunes 9 de mayo, presuntamente abatidos por parte de elementos de la Policía Estatal en un paraje de Zoquitlán.
Tras la desgracia ocurrida la noche del pasado lunes, habitantes de los cuatro sectores que conforman este municipio de la Sierra Negra se unieron para rendir homenaje a sus compañeros caídos.
Siendo las 13:00 horas de este jueves comenzó el cortejo fúnebre con detonación de cohetes y el anuncio de las campanadas de la iglesia.
Dos ataúdes donde iban los restos de Teófilo y Omar —el del primero en tono caoba y el del segundo, al ser menor de edad, en color blanco— encabezaban la comitiva de más de 100 habitantes, la cual era esperada por el sacerdote de la iglesia para que se llevara a cabo la misa de cuerpo presente.
Con restricción a los medios de comunicación, el evento religioso se llevó en náhuatl y así transcurrió la misa.
Al término, el sacerdote bendijo los ataúdes y reconfortó a las familias con algunas palabras.
Mientras esto ocurría se escucharon gritos de “justicia” y “cárcel para los Celestino”, familia que a decir de los habitantes de Coyomeapan han ejercido cacicazgo desde hace años y a lo lejos, un ataúd más se integró a este cortejo. Era el correspondiente a Marcelo, un campesino de 45 años de edad que también perdió la vida el pasado lunes, el cual también era acompañado a la par de la banda de música.
Su ataúd fue colocado en la explanada municipal entre aplausos y posteriormente, al terminar la misa, sus otros dos compañeros también lo acompañaron.
Por su parte, integrantes de Unidad por Coyomeapan solicitaron colocar sobre los cuerpos una bandera de México y pidieron un minuto de silencio por los caídos, el cual fue interrumpido por el pase de lista, al cual respondieron los asistentes con un presente.
Tras gritos de consigna en contra de David y Araceli Celestino Rosas, el líder del Movimiento de Autogestión Social Campesina Indígena y Popular (MASCIP), José Luis Leyva Machuca, dio un mensaje a la comunidad y prometió, antes los tres ataúdes, que la muerte de sus compañeros no sería en vano, además de que motivaría a que siga la lucha hasta derrocar a los Celestino Rosas.
Fue así, como los tres ataúdes fueron cargados por sus familiares y emprendieron el camino hacia el panteón local, en cuyo trayecto se generó un enorme “río” de gente que caminó sobre las principales calles de este pueblo, cuyos habitantes pidieron que esta tragedia sea atendida por el gobierno federal y así evitar un derramamiento de sangre más en este municipio.
