/ miércoles 1 de abril de 2020

Basura, un problema sin resolver en Huachinango

La falta de un espacio para depositar los desechos se ha convertido en uno de los principales inconvenientes del municipio serrano

El problema de dar un destino final a los desechos urbanos de Huauchinango siempre ha existido, antes se contaminaba una barranca localizada en Tecacalango, se construyó un relleno sanitario que no se administró bien y duró menos de lo proyectado, ahora se pretende construir otro, pero mientras, no hay un lugar fijo para el depósito de la basura y ésta constantemente se acumula en las calles ante la falta de cultura ecológica.

Los Ayuntamientos que transcurrieron hasta la década de los 90 y unos tres años del 2000, no tuvieron problemas, más que de recolección, fue el caso de la primera gestión panista que encabezó Pascual Carranza Lechuga, cuando en una de las Ferias de las Flores, un conflicto con los trabajadores provocó que a la festividad le llamaran “la feria de la basura”, por falta de recolección que desató la proliferación de montoneras en las calles y suciedad en las mismas, eso en el año de 1998.

El tiradero que estaba a cielo abierto, era el de la barranca de Tecacalango en el municipio de Juan Galindo, ubicado sobre la carretera federal México-Tuxpan. Éste fue clausurado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) a principios de la década del 2000.

En ese lugar tiraban basura los municipios de Huauchinango, Juan Galindo y Xicotepec y era una enorme cascada de desechos que cualquier automovilista podía adivinar su ubicación, porque a kilómetros llegaba el olor fétido.

Cada municipio tuvo que resolver el problema de depósito de desechos. Huauchinango creó su propio relleno sanitario, en otra administración panista que encabezó Carlos Miguel Ignacio López; se proyectó para al menos 30 años, sin embargo, debido a la poca capacitación para su manejo y la permisión para otros municipios que depositaron sus desechos, el relleno estuvo funcionando solo unos ocho años.

Sin embargo, en la última gestión durante la que se depositaron los desechos en el relleno sanitario en cuestión, 2008-2011, presidida por Rogelio López Angulo, inició un programa denominado “Mi Huauchi Limpio” con el que se logró, que al menos un 30 por ciento de la población separara sus desechos sólidos recobrables de la basura, con lo que se prolongó la vida del depósito, al menos durante esa gestión.

La demanda de la población en la comunidad de Totolapa que se encuentra en la parte baja de donde estaba el depósito de desechos, en el paraje denominado Los Pinos, a un costado de la carretera federal México-Tuxpan, en la cercanía de la mancha urbana, motivó la clausura del relleno sanitario.

Al llegar la gestión, 2011-2014, encabezada por Omar Martínez Amador, emanado de la alianza conocida popularmente como “morenovallista”, decidió depositar los desechos en el tiradero a cielo abierto, localizado en el paraje El Zoquital, en el municipio de Xicotepec. Lo hizo durante los tres años de gobierno.

Ese tiradero fue clausurado de igual manera por la Profepa y varios municipios se quedaron sin opción para dar confinamiento a su basura.

Foto: Heriberto Hernández | El Sol de Puebla

Durante la gestión panista de Omar Martínez se inició el proyecto de un relleno sanitario en la comunidad de Nopala, pero al no cumplir con las especificaciones colapsó y la constructora abandonó el proyecto.

EL ACUERDO CON ZACATLÁN

Al llegar al poder, otro morenovallista, Gabriel Alvarado Lorenzo, en la gestión 2014-2018, optó por solicitar permiso y pagar los derechos al relleno sanitario ubicado en el municipio de Zacatlán, en donde realizó las descargas los 4 años y 8 meses que duró su gobierno.

Durante esa administración, Gabriel Alvarado, dijo que representaba un gasto fuerte para las arcas municipales, por el arrastre de los desechos hasta el municipio vecino y por los derechos que se pagaban, aunque nunca los dio a conocer, expresaba que fue una fuerte cantidad y añadió que valía la pena hacerlo “para no contaminar la región”.

Sin embargo, también se generaron problemas de retraso en la recolección de desechos, aunque de manera intermitente y de lo que más se supo, es que los desechos biológicos del Rastro Municipal se depositaron por un tiempo en un terreno particular en las cercanías de la mancha urbana, lo que causó cierta incomodidad por los vecinos, sin embargo, el problema se resolvió.

SIN PREVISIÓN

El problema en la presente gestión morenista, 2018-2021, se debió a que no se previó el depósito de los desechos antes de llegar al poder, pese a que hubo un espacio de poco más de tres meses y al iniciar sus funciones el nuevo Ayuntamiento, el caos llegó.

Al recolectar los desechos y no tener dónde depositarlos de manera definitiva hasta la fecha, la basura se acumula en las calles por montoneras y cuando se levanta por el servicio municipal, de manera provisional se ocupan espacios dentro de la ciudad, como el Recinto Ferial, un terreno particular a la salida oriente de la cabecera municipal y hasta un predio del alcalde en el mismo rumbo.

Fue la segunda semana de marzo, cuando las montoneras de basura se comenzaron a hacer en las calles del municipio, debido a que dejaron de pasar los camiones recolectores de desechos.

El alcalde Gustavo Vargas, dijo que el cierre al paso de los camiones recolectores de Huauchinango en el relleno sanitario en Hidalgo, sitio en el que se estaban depositando, ocasionó el caos y consideró difícil encontrar un lugar como nueva opción.

El problema de dar un destino final a los desechos urbanos de Huauchinango siempre ha existido, antes se contaminaba una barranca localizada en Tecacalango, se construyó un relleno sanitario que no se administró bien y duró menos de lo proyectado, ahora se pretende construir otro, pero mientras, no hay un lugar fijo para el depósito de la basura y ésta constantemente se acumula en las calles ante la falta de cultura ecológica.

Los Ayuntamientos que transcurrieron hasta la década de los 90 y unos tres años del 2000, no tuvieron problemas, más que de recolección, fue el caso de la primera gestión panista que encabezó Pascual Carranza Lechuga, cuando en una de las Ferias de las Flores, un conflicto con los trabajadores provocó que a la festividad le llamaran “la feria de la basura”, por falta de recolección que desató la proliferación de montoneras en las calles y suciedad en las mismas, eso en el año de 1998.

El tiradero que estaba a cielo abierto, era el de la barranca de Tecacalango en el municipio de Juan Galindo, ubicado sobre la carretera federal México-Tuxpan. Éste fue clausurado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) a principios de la década del 2000.

En ese lugar tiraban basura los municipios de Huauchinango, Juan Galindo y Xicotepec y era una enorme cascada de desechos que cualquier automovilista podía adivinar su ubicación, porque a kilómetros llegaba el olor fétido.

Cada municipio tuvo que resolver el problema de depósito de desechos. Huauchinango creó su propio relleno sanitario, en otra administración panista que encabezó Carlos Miguel Ignacio López; se proyectó para al menos 30 años, sin embargo, debido a la poca capacitación para su manejo y la permisión para otros municipios que depositaron sus desechos, el relleno estuvo funcionando solo unos ocho años.

Sin embargo, en la última gestión durante la que se depositaron los desechos en el relleno sanitario en cuestión, 2008-2011, presidida por Rogelio López Angulo, inició un programa denominado “Mi Huauchi Limpio” con el que se logró, que al menos un 30 por ciento de la población separara sus desechos sólidos recobrables de la basura, con lo que se prolongó la vida del depósito, al menos durante esa gestión.

La demanda de la población en la comunidad de Totolapa que se encuentra en la parte baja de donde estaba el depósito de desechos, en el paraje denominado Los Pinos, a un costado de la carretera federal México-Tuxpan, en la cercanía de la mancha urbana, motivó la clausura del relleno sanitario.

Al llegar la gestión, 2011-2014, encabezada por Omar Martínez Amador, emanado de la alianza conocida popularmente como “morenovallista”, decidió depositar los desechos en el tiradero a cielo abierto, localizado en el paraje El Zoquital, en el municipio de Xicotepec. Lo hizo durante los tres años de gobierno.

Ese tiradero fue clausurado de igual manera por la Profepa y varios municipios se quedaron sin opción para dar confinamiento a su basura.

Foto: Heriberto Hernández | El Sol de Puebla

Durante la gestión panista de Omar Martínez se inició el proyecto de un relleno sanitario en la comunidad de Nopala, pero al no cumplir con las especificaciones colapsó y la constructora abandonó el proyecto.

EL ACUERDO CON ZACATLÁN

Al llegar al poder, otro morenovallista, Gabriel Alvarado Lorenzo, en la gestión 2014-2018, optó por solicitar permiso y pagar los derechos al relleno sanitario ubicado en el municipio de Zacatlán, en donde realizó las descargas los 4 años y 8 meses que duró su gobierno.

Durante esa administración, Gabriel Alvarado, dijo que representaba un gasto fuerte para las arcas municipales, por el arrastre de los desechos hasta el municipio vecino y por los derechos que se pagaban, aunque nunca los dio a conocer, expresaba que fue una fuerte cantidad y añadió que valía la pena hacerlo “para no contaminar la región”.

Sin embargo, también se generaron problemas de retraso en la recolección de desechos, aunque de manera intermitente y de lo que más se supo, es que los desechos biológicos del Rastro Municipal se depositaron por un tiempo en un terreno particular en las cercanías de la mancha urbana, lo que causó cierta incomodidad por los vecinos, sin embargo, el problema se resolvió.

SIN PREVISIÓN

El problema en la presente gestión morenista, 2018-2021, se debió a que no se previó el depósito de los desechos antes de llegar al poder, pese a que hubo un espacio de poco más de tres meses y al iniciar sus funciones el nuevo Ayuntamiento, el caos llegó.

Al recolectar los desechos y no tener dónde depositarlos de manera definitiva hasta la fecha, la basura se acumula en las calles por montoneras y cuando se levanta por el servicio municipal, de manera provisional se ocupan espacios dentro de la ciudad, como el Recinto Ferial, un terreno particular a la salida oriente de la cabecera municipal y hasta un predio del alcalde en el mismo rumbo.

Fue la segunda semana de marzo, cuando las montoneras de basura se comenzaron a hacer en las calles del municipio, debido a que dejaron de pasar los camiones recolectores de desechos.

El alcalde Gustavo Vargas, dijo que el cierre al paso de los camiones recolectores de Huauchinango en el relleno sanitario en Hidalgo, sitio en el que se estaban depositando, ocasionó el caos y consideró difícil encontrar un lugar como nueva opción.

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