ATZALA, Pue.- La celebración de un bautizo se convirtió entragedia cuando la cúpula de la iglesia de Santiago Apóstol sevino abajo por el temblor de magnitud 7.1 con epicentro enAxochiapan, Morelos, y perdieron la vida al menos 11 personas,aunque se dice que otras cinco más habrían fallecido, tres en elhospital y dos más bajo los escombros que aún no han sidorescatadas.
Entre las víctimas están registradas cuatro menores de edad,entre ellas la pequeña de menos de un año que estaba por recibirel sacramento bautismal.
Aunque todavía no se tiene mayores datos, el sacerdote fue elúnico ileso al poder salir por la parte de atrás delinmueble.
El dolor se refleja en el rostro de los habitantes de Atzala queformaron dos vallas para retirar manual y mecánicamente lasmontoneras de piedra y escombro, pese al riesgo de exponer supropia vida en caso que termine de colapsar una torre y los murosque sostienen al débil inmueble religioso que data del sigloXVII.
En segundo término pasó el susto y el miedo del sismo de ayerpor la tarde que dejó viviendas afectadas sin dañosestructurales, pues el dolor está concentrado en la tragediadónde perdieron la vida, oficialmente 11 personas, todasfamiliares.
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LA TRAGEDIA
En esta comunidad aún buscan explicación del motivo por elcual decidió una familia bautizar a una pequeña en martes cuandonormalmente este tipo de acontecimientos son realizados los díassábado o domingo, con la finalidad de compartir este tipo deacontecimientos con todo el municipio que está ubicado en laMixteca poblana.
Conforme a versiones de los pobladores, un tanto reacios acomentar lo sucedido, la tierra se cimbró cuando sucedió elfenómeno natural que tuvo epicentro en límites de Puebla yMorelos.
El temor se apoderó de los habitantes al salir de inmediato alas calles para protegerse de posibles derrumbes de sus viviendas,algunas construidas de manera rústica con adobe, ladrillo y techosde lámina.
Algunos daños leves en inmuebles y el corte al servicio deenergía eléctrica fueron los efectos primarios del sismo, peroinmediatamente vino lo peor: una densa nube de humo salió de laiglesia de Santiago Apóstol acompañado por un fuerte ruido. Alpaso de unos segundos, los vecinos se dieron cuenta de la verdaderatragedia.
La cúpula se había venido abajo y sepultó a quienesescuchaban misa por el bautizo de una menor.
Curiosamente, el sacerdote que oficiaba la homilía fue elúnico sobreviviente, sin tener mayores datos que haya máspersonas que hubieran logrado liberarse de la caída de la cascadade piedras y escombro.
BUSCAN SOBREVIVIENTES SIN APOYOGUBERNAMENTAL
En medio del dolor de esta tragedia, la comunidad se empezó aorganizar y con sus propias manos, palas, carretillas y el apoyo dedos máquinas excavadoras, comenzó la búsqueda de los cuerpospues había pocas posibilidades que hubiera sobrevivientes.
Tras varias horas de ardua labor sin el apoyo del gobiernoestatal ni del Ejército, encontraron 11 cadáveres, 10 colocadosen el atrio de la iglesia y uno más en la presidenciamunicipal.
Más de una centena de hombres trabajaron, logrando sacar convida a tres personas que fueron internadas en el hospital generalde Izúcar de Matamoros aunque según versiones extraoficialestambién perdieron la vida horas más tarde.
Los voluntarios se quejaron de que la autoridad estatal y elEjército no enviaron asistencia para agilizar los trabajos,"solamente vinieron los ministeriales para realizar trámites delos cuerpos y fue todo", señaló un señor mientras cargaba unacubeta con escombro.
Después del temblor y ya entrada la noche, el temor de otratragedia seguía vigente pero no por las posibles réplicas delmovimiento telúrico, sino porque terminara de venirse abajo una delas torres y parte de la cubierta que ha quedado expuesta.
La solidaridad por encontrar otros dos cuerpos, ha hecho queeste municipio se haya sumado a los esfuerzos por quitar todo elescombro hasta comprobar que no quede otro cuerpo.
Alberto Ramos Morán, edil de esta demarcación, confió queeste día tenga comunicación con alguien del gabinete estatal aefecto de coordinar esfuerzos en dos sentidos. El primero pararealizar un censo de las viviendas afectadas y descartar que sepuedan venir abajo y segundo, analizar que se hará con lo quequeda de la iglesia aunque todo indica que será derrumbada.
INAH IGNORA REPORTE DE DAÑOSESTRUCTURALES
El comisario ejidal de Atzala, Filomeno Martínez, dio a conocerque en 2013 se envió un oficio al Instituto Nacional deAntropología e Historia (INAH) para que hubiera un estudioestructural de la iglesia, ante la sospecha que tuviera fallas quepudieran representar un riesgo, sin embargo, nunca huborespuesta.
Sostuvo que hubo cuarteaduras en los muros que levantaronsospechas y al ser un espacio histórico al ser construido en elsiglo XVII, era necesario que tuviera una supervisión, “semandaron oficios pero nunca nos hicieron caso”, expuso.
Filomeno Martínez no culpó al organismo federal de la caídadel techo de la iglesia y solamente hizo la declaración para quequedara asentada la falta de apoyo.
Dado que sumaban más de ocho horas ininterrumpidas de trabajo,amas de casa de organizaron improvisando mesas para dotar de comidacasera a los que retiraban escombro.