Fiel a su estilo, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador repitió en Puebla sus tan famosas consultas a mano alzada, en esta ocasión referente al conflicto de aranceles entre México y Estados Unidos.
Durante su visita al municipio de Atlixco, el segundo y último punto de su gira por el territorio poblano, López Obrador preguntó a los presentes si el gobierno de México debía confrontarse o no con el del vecino país del norte para defender los intereses nacionales.
“Les pregunto ¿Qué nos conviene más, le entramos a contestarle al presidente Trump o buscamos el arreglo y una relación de amistad con el gobierno y con el pueblo de Estados Unidos?”.
Así una parte de los asistentes levantó la mano cuando se refirió al diálogo y otra más por la confrontación.
Así una parte de los asistentes levantó la mano cuando se refirió al diálogo y otra más por la confrontación. Antes, el presidente de México explicó que en días pasados su administración le apostó al diálogo.
“Si se desataba esa guerra comercial nosotros, aunque no queremos la confrontación, íbamos a estar obligados a hacer lo mismo que ellos nos iban a hacer, es decir, se iba a imponer también impuestos a las mercancías de Estados Unidos y era desatar la guerra comercial”, refirió.
Pero no sólo eso y es que explicó que por los migrantes México recibe 34 mil millones dólares en remesas: “Tenemos que cuidar a nuestros paisanos por razones de justicia por razones humanitarias y también porque gracias a ellos vive mucha gente en el país”.
Al final señaló que gracias a esta medida ahora México es respetado no solo por Estados Unidos sino también en el mundo entero.
LA CUARTA TRANSFORMACIÓN
Y es que, expuso, la llamada Cuarta Transformación, la cual comprende generar nuevas condiciones para México, debe llevarse a cabo en el sin violencia, a diferencia de las tres anteriores donde hubo sangre y lucha armada, afirmó en este municipio el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Ante más de 9 mil personas que llenaron la Unidad Deportiva La Carolina, agregó que para lograrlo las familias mexicanas deben ser testigos a corto plazo de un estado de felicidad: “Debemos seguir empeñados en acabar con la corrupción, en garantizar el dinero público debe gastarse bien y en beneficio de la gente. Este no es un cambio de gobierno, es un cambio de régimen”, agregó.
Por eso motivo, insistió en la necesidad de pedir a los políticos no usar el dinero del pueblo en campañas. “Esos tiempos ya terminaron. Las épocas para ofrecer dádivas y frijoles con gorgojo no sirven más”.
Y una muestra de cómo deben ser las cosas en la “democracia”, acotó, es el comportamiento del gobernador interino Guillermo Pacheco Pulido que “ofreció estabilidad y paz antes y durante las elecciones del pasado 2 de junio.
López Obrador hizo un repaso de los beneficios de los programas federales y universales como las becas para jóvenes. “Actualmente más de 600 mil de ellos ya están capacitándose en un empleo, en una empresa, y reciben un pago de 3 mil 200 pesos mensuales. Y a corto plazo llegaremos a más un millón 300 mil. Eso es mejor que andar haciendo cosas malas”, subrayó.
Acompañaron en el evento el gobernador Guillermo Pacheco Pulido, a quien levantó la mano, el alcalde de Atlixco Guillermo Velázquez Gutiérrez, sin duda el más chiflado y vituperado de la tarde, y el legislador federal Héctor Jiménez y Meneses.
Antes del arribo de López Obrador, surgió una disputa, a gritos, entre decenas de seguidores de Antorcha Campesina (AC) y el resto de asistentes, la cual duró más de 10 minutos.
