Izúcar de Matamoros, Pue. Después de casi 29 años en abandono, de nuevo tendrá actividad la antigua estación de ferrocarril de Izúcar de Matamoros, uno de los lugares más emblemáticos de la Mixteca poblana y que era el único transporte de largo recorrido de muchos poblanos que vivían en la zona sur del estado por casi un siglo.
A finales de este año y principios de 2022, este lugar se convertirá en un centro cultural y artístico para los jóvenes, como la instalación de un museo y la exposición del barro policromado, con una inversión que alcanzará los 2 millones de pesos, en una primera etapa, a través del Programa Nacional de Reconstrucción 2020 (PNR).
De acuerdo con los datos recabados del Sistema de Información Cultural, estas vías pertenecieron al antiguo Ferrocarril Interoceánico que en 1892 adquirió el “Ferrocarril de Puebla a Matamoros”. El tramo de Atlixco a Matamoros se construyó entre 1887 y 1890. El tramo de Matamoros a Tlancualpicán se construyó entre 1893-1895.
Para Abel y Paula, una pareja de esposo, recuerdan como abordaban el tren cuando era necesario visitar a sus familiares. En entrevista para El Sol de Puebla, narraron que la única hora de salida todos los días con destino a Cuautla, Morelos, y a la ciudad de México, eran a las 08:00 horas, para ello tenían que adquirir su boleto en la estación.
En 1984, fue un momento trágico en la zona sur del estado, con un histórico número de personas fallecidas del siglo, tras descarrilarse este tren con cargamento de la vara dulce. Los testimonios narran que el modo de operar para el ferrocarril era también el transporte de carga pesada, así como la caña que era enviada a la junta auxiliar de Calipan, del municipio de Coxcatlán.
Vecinos de aquel entonces, atestiguaron, que en la comunidad de Teruel en Tepeojuma, se realizaba la parada para su cargamento de caña, sin embargo, se presume que presentó fallas la unidad, causando que se deprendieran unos pares de góndolas, lamentablemente nadie las pudo detener.
Ante la fuerza en la que viajaban, terminaron por salirse de las vías a la altura de La Galarza, desplomándose entre los domicilios que se localizaban a orillas de las vías ferrarías, “solo se escuchó el trancazo, la polvareda y a los pocos minutos el griterío de los vecinos pidiendo ayuda para rescatar a sus muertos, no recuerdo cuantos fueron, pero sé que eran decenas de fallecidos” puntualizaron los testigos.
Fue hasta 1992 cuando este transporte dejó de funcionar para pasajero y más tarde como carga pesada, por lo que durante 29 años quedó sin prestar servicio, hasta que se logró su rehabilitación. Ahora formará parte de un centro cultural y artístico en donde se instalará un museo con las piezas arqueológicas de la región y la exposición del barro policromado, especialmente del árbol de la vida y para todos los jóvenes.