Los padres de Daniel Picazo, víctima del linchamiento ocurrido el pasado 10 de junio en Papatlazolco, junta auxiliar de Huauchinango, lamentaron que pese a que su hijo se identificó "como persona buena" lo mataron y subrayaron que la policía fue rebasada.
Los papás, Angélica y Nicandro, declararon a la prensa nacional que su hijo no era un extraño en Huauchinango, pese a que es de la Ciudad de México, tiene a familiares en la Junta Auxiliar de Las Colonias, muy cercana a Papatlazolco, a donde cada tres meses acudía el joven con fines de asueto.
El papá mencionó que la última vez que supo de su hijo fue la tarde del pasado viernes, cuando Daniel le informó que estaba comiendo en Las Colonias, sin embargo, fue por la mañana del sábado cuando les dieron a conocer que su hijo había estado en una "riña", que lo habían golpeado y estaba muerto.
Conforme pasaron las horas, supieron que se trató de un linchamiento en el que su hijo fue confundido con un “robachicos”, incluso algunas versiones extraoficiales apuntaron que el abogado de profesión y ex colaborador en la Cámara de Diputados fue acusado de intentar jalonear a un menor de edad, sin embargo, la versión no ha sido confirmada por ninguna autoridad.
Tanto el papá como la mamá de Daniel, exigieron a las autoridades de Puebla que se castigue tanto a quien acusó de manera injustificada a su hijo, como a quién “tocó la campana” de la iglesia para llamar a los lugareños a fin de que participaran en el linchamiento.
En entrevista con medios de la ciudad de México, Angélica, la madre de la víctima, acusó indolencia de las autoridades ministeriales de Puebla, quienes a pesar de estar en la Casa de Justicia de Huauchinango no les asignaron un “asesor jurídico” para proceder conforme a la ley, y señalaron que hicieron como si no les interesara lo ocurrido.
GOBERNADOR CONDENA LOS HECHOS DE BARBARIE
“Es un acto de barbarie, totalmente aberrante”, fue lo que dijo el Gobernador, Luis Miguel Barbosa Huerta, sobre el linchamiento de Daniel Picazo, al señalar que ya se investigan los hechos puesto que el crimen fue grave y no puede quedar impune.
“Ya se está investigando, se los digo, las instituciones de procuración de justicia y de administración de justicia no pueden quedar simplemente observando lo que pasó, ya hay todo un procedimiento, esto que ocurrió es algo gravísimo, que en el orden de las cosas de la sociedad poblana no puede permitirse”, señaló en conferencia de prensa.
El gobernador Barbosa atribuyó este tipo de hechos a múltiples factores, entre los que enlistó la falta de confianza de la ciudadanía en la autoridad, prejuicios, ignorancia, rumores y hasta el papel de la comunicación a nivel global cuando se transmiten notas de tipo policiaco.
Agregó que la sociedad debe reflexionar sobre su comportamiento y confiar en que la autoridad realiza su trabajo de investigación y prevención de delitos, ya que no puede seguir atacando a personas cuando le resulten desconocidas.
“Yo le digo a los poblanos que regulemos nuestro comportamiento social, que hagamos un alto con este tipo de hechos como ocurrieron, para reflexionar que no puede seguir así, la autoridad está trabajando cada caso sobre violencia, sobre delitos, desaparición de personas, lo trabajamos, pero no puede ser que llegue algún rostro desconocido a un lugar y se diga: véanlo, es desconocido, trae placas de un lugar foráneo y por tanto viene a robar niños y vámonos”, acotó.
REPORTA SEGOB ESTE AÑO 11 INTENTOS DE LINCHAMIENTO
En tanto que la Secretaria de Gobernación, Ana Lucía Hill Mayoral, informó que en lo que va del año se han registrado once intentos de linchamiento en la entidad poblana, de los cuales se logró rescatar a 15 personas con vida y una persona más falleció.
“Se ha llevado a cabo la capacitación de personal de 244 ayuntamientos lo que ha permitido que se reduzcan de manera importante estos casos y ahora lo que se reporta es retención de personas”, agregó.
Daniel Picazo era abogado de profesión y tenía 31 años, fue confundido con un secuestrador de menores en la citada comunidad de Huauchinango y retenido, inicialmente, por 30 personas, mismas que impidieron que la policía lo rescatara y lo llevaron a las canchas de la comunidad, en donde un grupo de 200 habitantes le prendieron fuego cuando aún estaba con vida.