Al menos 61 estudiantes, de las 73 que fueron inscritas a la Licenciatura en Educación Primaria de la Escuela Normal Rural Carmen Serdán, habrían desertado tras el arranque del ciclo escolar, luego de los actos de violencia física, verbal y psicológica de la que fueron objeto, durante la denominada “semana de inducción” que se trata en realidad de la semana en la que se realiza la tradicional “novatada”, en la que son sometidas a privación de alimentos, castigos, trabajos forzados y toda una serie de maltratos.
Lo anterior, fue declarado por algunos padres de familia, quienes recientemente, también acudieron hasta dicha institución para llevarse a sus hijas, luego de que éstas les dieran a conocer que durante la semana comprendida entre el 16 y 25 de agosto, se mantuvieron comiendo sólo una cucharada de lentejas o sopa diaria y apenas unos tragos de agua que pudieron ingerir de algunas llaves, solicitando por tanto el auxilio de sus familiares.
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Ante ello, fue un padre de familia quien narró que, de acuerdo a lo relatado por su hija, de 73 estudiantes ingresadas a la Licenciatura en Primaria, sólo quedaron 12 de ellas, a reserva de las que pudieran continuar egresando en los días posteriores, ya que ninguna de ellas se encontraba conforme con la situación que se encontraban viviendo, en la que fueron sometidas a diversas humillaciones y maltratos que comprometen su integridad.
A ello, también señalaron que, durante dicho periodo de estancia, fueron impedidas de dormir, ya que, durante las noches, eran obligadas a depositar sus pertenencias en costales, los cuales tenían que cargar, al tiempo de correr varias vueltas dentro del campo deportivo con el que cuenta la institución, privándolas además de los servicios básicos, como el agua para sus necesidades personales.
De acuerdo a lo declarado por los padres de familias, sus hijas, también denunciaron la intromisión de estudiantes varones, procedentes de otras normales rurales del país que, de la misma manera practicaron presión e intimidación en contra de las estudiantes de nuevo ingreso, a las cuales sometieron ante el temor de ser agredidas físicamente.
Cabe destacar que, dicha situación, ha vuelto a generar una serie de críticas y malos comentarios, por parte de la población de los municipios de esta zona, en contra del gobierno federal y estatal, quienes tras varias décadas, han permitido que este tipo de atropellos se continúen gestando en contra de las estudiantes que, con la esperanza de superación, ingresan año con año a esta casa de estudios, en la que lejos de recibir educación, reciben maltrato y violaciones a sus derechos humanos.
Ante ello y como ha sido costumbre, al menos en la última década, los habitantes de esta región nororiental, solicitaron el cierre de este plantel educativo que, tan solo ha puesto en mal el nombre del municipio en el que se encuentra la institución, ya que, como ha quedado demostrado, son estas normalistas, quienes encabezadas por el consejo estudiantil han generado una serie de actos vandálicos que han puesto en riesgo la integridad de la población.