Huauchinango, Pue.- El par de pirámides visibles que están ubicadas casi en el centro de la comunidad indígena de Tepetzintla, municipio de Huauchinango, permanecen abandonadas. Aunque están dentro de un cercado perimetral, están descuidadas y notablemente saqueadas. "Se ha pedido ayuda a los ayuntamientos, pero al parecer no les ha interesado", atestiguaron algunos lugareños.
Se trata de dos pirámides que están dentro de un cercado, no para protegerlas, sino para resguardar la escuela secundaria Francisco I. Madero. Tal vez eso ha evitado una destrucción total.
Los montículos de rocas cuidadosamente colocadas, al menos en lo poco que se puede notar, se pueden apreciar desde las afueras de las instalaciones de la escuela. Saltan a la vista de propios y extraños que llegan a Tepetzintla, una comunidad pobre que forma parte de un conjunto de tres Juntas Auxiliares: Cuahueyatla, Oxomatlán y la citada. Estos lugares están sobre caminos a los que les han asignado el mote de "Ruta de la muerte" por su marginación y deterioro del acceso.
Los lugareños aseguran que en el lugar se ha dado un saqueo de los vestigios, tanto que la cancha de la escuela secundaria era una especie de plazuela que completaba el conjunto de las antiguas obras.
Las ruinas, aunque tienen su origen totonaco, no pueden compararse con el centro arqueológico de El Tajín, ubicado en el municipio de Papantla, Veracruz. Las del municipio de Huauchinango "son de la cultura totonaca, pero no tan antiguas como las de El Tajín. Tal vez de los siglos XIV y XV", compartió el historiador Guillermo Garrido Cruz.
Para algunos habitantes, las piedras que estaban en la plazuela "seguramente fueron ocupadas para algunas bardas o paredes de casa, porque sí sirven, están bien hechecitas", dijeron.
Expresaron que en el lugar nunca se han visto empleados del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Aunque hay algunos ayuntamientos a los que se les ha notificado y se les ha pedido que intervengan para su rescate, no han hecho nada, completaron.
En un cálculo rápido, de la base visible se cuentan unos seis o siete metros de alto, aunque la base real de las pirámides podría estar azolvada o enterrada entre escombros y demás materiales pétreos.
Tanto Tepetzintla como Oxomatlán son las dos únicas comunidades totonacas que quedan en Huauchinango. Están a una corta distancia entre sí. Incluso en Oxomatlán también se encuentra una pieza "cultural y antropológicamente importante" para la localidad marginada donde se produce café orgánico.
El teponaztli es una pieza sagrada de alborada, de madera de color oscuro, de forma cilíndrica con figuras grabadas. Ya se han hecho algunos estudios, de los que sobresale la interpretación de Guy Stresser-Péan.
En el mismo tema, en algún momento, el investigador Leopoldo Trejo, del Museo Nacional de Antropología e Historia, calculó que la citada pieza de madera habría sido manufacturada probablemente en la época de la "colonia temprana, aunque es aventurado dar fechas", dijo el maestro.
Algunos trabajadores de la educación consideran que, si hubiera una inversión gubernamental, desde la mejora de los caminos que llevan a estas comunidades marginadas, se creara un museo de lo que aún existe en el territorio y se hiciera un trabajo del INAH, la realidad de los comuneros podría cambiar, si se considera la derrama económica que pudiera generarse por los visitantes que llegarían a curiosear.