Más de 100 árboles derribados “por gusto”, impotencia e indolencia de parte de las autoridades, son las quejas de Ricardo Castro, quien es poseedor de un terreno en Huauchinango, Puebla, al que de manera constante llegan personas ajenas a tirar maderos y se retiran.
El predio afectado con la tala ilegal está sobre la carretera federal México-Tuxpan, a la altura del kilómetro 91 más 500, tiene alrededor de una hectárea en sus dimensiones.
El poseedor del predio se llama Ricardo Castro, quien dio a conocer que a finales de la década de los 80 sembró especies como, sidrela, chimas, ocotes, aguacates, entre otras especies de maderos, sin embargo, desde hace unos meses a la fecha se empezó a dar cuenta de que han llegado personas a talar los árboles con serrucho o machete, con el fin de que la gente de los alrededores no se dé cuenta del derribo de los maderos.
De acuerdo con versiones del poseedor del predio, varios árboles derribados son maderables, lo curioso para el afectado es que, “las personas los tiran por gusto, porque no se los llevan, dejan la madera para que pudra y algunos vecinos la aprovechan para leña”, para el declarante, la acción se trata de alguien que lo hace sólo por destruir.
Desde que empezaron a aparecer los árboles derribados, llamó a la Policía municipal, sólo que le dijeron que ellos no podrían actuar, por lo que acudió a la Dirección de Ecología en donde el personal sólo “lo manda a un lado y a otro y no ve acciones”.
El personal de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas le recomendó poner una denuncia formal ante la Fiscalía Federal en Zacatlán, así lo hizo, pero ya pasó un mes y tampoco le han dado respuesta.
Mencionó que acudió a la Dirección de Protección Civil de Huauchinango en donde están analizando acordonar el lugar para que se entienda que está asegurado el predio, “todo mientras actúa alguien de la Fiscalía.
Dejó claro que tal parece que los talamontes tienen más autoridad que las autoridades formales, pues pueden hacer lo que quieran y nadie les dice nada”.