Atlixco, Pue. Desde la madrugada de este sábado y con la presencia de representantes de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), granaderos de la policía estatal impidieron, con operativo de por medio, la instalación total del tianguis regional de Atlixco como parte de las medidas sanitarias para evitar contagios masivos de covid-19.

Sin embargo, un grupo de aproximadamente un centenar de vendedores llamados independientes, encabezados por Abel N., intentaron colocarse en las calles y al toparse con las filas de policías únicamente insistieron en sus reclamos: “únicamente queremos vender para sobrevivir”.

Aunque permanecen ofreciendo su mercancía en la vía pública y a 10 metros de distancia de las fuerzas de seguridad pública. “Queremos una mesa de diálogo con el gobernador Miguel Barbosa para arreglar esto de una vez por todas”, manifestó uno de los comerciantes.

Incluso se pudo ver que en avenidas aledañas a la plaza mayor una fila considerable de camionetas cargadas de frutas y legumbres permanecen estacionadas en ambos lados de la 11 sur y 17 poniente.

Además del centro de convenciones habilitado desde ayer como tianguis para cerca de 500 vendedores, con todas las medidas de seguridad y sanitarias como túneles sanitizantes y lavamanos, este sábado también abrieron dos espacios más de comercialización: el campo deportivo La Concha y el antiguo estacionamiento de una ruta de camiones de Atlixco a Puebla.

Por el momento el ánimo en las cercanías del tianguis es de tranquilidad, pero de molestia entre miembros de esa organización. De hecho, amenazaron la semana pasada con salir hoy sábado y lanzaron la advertencia de volver el martes siguiente, situación criticada por sus homólogos y por un amplio sector de habitantes de la ciudad quienes consideran esa postura como una “necedad” al ya existir alternativas y más posibilidades.

Desde el viernes por la mañana y durante una reunión con los propios líderes y autoridades de la colonia Álvaro Obregón, sede del tianguis, funcionarios del Ayuntamiento dejaron en clara la posibilidad del uso de la fuerza pública para evitar reuniones masivas de personas, y en consecuencia contagios de coronavirus.