Tehuacán, Pue.- Tehuacán, una ciudad arraigada en las raíces de la historia de México, celebra este 16 de marzo sus 364 años desde que se recibió el título de Ciudad de Indios, un estatus equivalente al de la ciudad de Tlaxcala, otorgado por la corona española luego de que ésta desempeñara una labor estratégica para la conquista.
Aunque este título se remonta a siglos atrás, fue en el año 1953 cuando se comenzó a conmemorar de manera anual esta fecha emblemática. Hablar de la historia de Tehuacán es sumergirse en un relato rico en luchas, triunfos y la persistencia de un pueblo que buscaba ser reconocido en su verdadera dimensión.
El cronista e historiador de la ciudad, Juan Manuel Gámez Andrade, arroja luz sobre este capítulo fascinante de la historia local. Según sus investigaciones, hasta mediados del siglo XX, las autoridades de Tehuacán no habían formalizado una celebración anual en honor al título de ciudad. El motivo de esta omisión sigue siendo un enigma, pero lo que sí es evidente es el cambio que se produjo en los años 50, cuando comenzaron a enaltecerse las raíces y la importancia de esta urbe, considerada una de las más significativas en la entidad poblana.
Sin embargo, el camino hacia el reconocimiento como ciudad estuvo marcado por la resistencia y la determinación de sus habitantes, especialmente de la comunidad indígena. En su momento, estos habitantes solicitaron fervientemente la aceleración del trámite para obtener el título de ciudad. ¿El motivo? Evitar que los españoles, con su influencia y poder, les asignaran únicamente la denominación de villa.
Los temores de los indígenas no eran infundados. En una época en la que los españoles detentaban numerosas haciendas y tenían influencia política, la posibilidad de perder las pocas tierras que les quedaban era una amenaza constante. Así, se embarcaron en la tarea de adquirir el título de ciudad, un proceso que implicaba no solo una suma de dinero considerable, sino también una voluntad inquebrantable.
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Los registros históricos revelan que, en aquellos tiempos, los habitantes de Tehuacán ofrecieron una suma inicial de 1000 pesos, además de otros 3 mil 059 pesos procedentes de un legado testamentario otorgado por Alonso Prieto Bonilla, en un esfuerzo por alcanzar su objetivo. Finalmente, en el año 1660, tras negociaciones y esfuerzos incansables, el rey, a través de su virrey el duque de Alburquerque, concedió el codiciado título y escudo a Tehuacán.
Sin embargo, la historia no siempre es perfecta, y los documentos que respaldan este acontecimiento han sufrido el embate del tiempo. Al día de hoy, no se cuenta con el documento original que otorga el título de ciudad, solo una copia. Se especula que esta pérdida pudo haber ocurrido durante el traslado del ayuntamiento a otro edificio, un detalle que añade un matiz de misterio a la historia de Tehuacán.
A pesar de las vicisitudes y los desafíos, la ciudad de Tehuacán ha logrado mantener viva su historia y su identidad a lo largo de los siglos. Hoy en día, durante el mes de marzo, el ayuntamiento organiza una variedad de actividades culturales y artísticas para conmemorar la adquisición del título de ciudad. En esta ocasión, se destinaron al menos 3 millones de pesos para eventos gratuitos que buscan brindar momentos de esparcimiento y reflexión a los ciudadanos y visitantes.
Así, el legado de Tehuacán perdura, no solo en sus calles y monumentos, sino también en la memoria colectiva de un pueblo que ha sabido enfrentar desafíos y celebrar triunfos a lo largo de su historia. En cada celebración anual, en cada actividad cultural, se reafirma el espíritu indomable de esta ciudad, forjada en la lucha y el orgullo de sus habitantes.
*Con información de Juan Ambrocio
