La Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM), un instrumento del gobierno federal que surgió en 2019 con el propósito de garantizar al magisterio la equidad en el acceso a la carrera pública, fracasó y empeoró las condiciones laborales de los trabajadores de la educación. En Puebla, este sistema afectó la distribución de los recursos humanos en las escuelas, toda vez que burocratizó los procesos de selección y promoción de docentes, señalan expertos.
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A propósito de Día del Maestro y la Maestra, conmemorado este 15 de mayo, El Sol de Puebla expone uno de los principales problemas que atañen al magisterio en el estado y en el país. Rodolfo Cruz Vadillo, académico de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), afirma que el objetivo de la USICAMM es letra muerta, ya que lejos de abonar a la eficacia en la asignación de plazas a docentes y procesos de promoción, centralizó los trámites y, en consecuencia, se volvió ineficiente.
Además, por las fallas de este sistema se desprenden otros problemas para el magisterio, especialmente en la asignación de plazas y horas clase, y derivado de este, incrementa la ausencia de maestros en escuelas de Puebla, principalmente de zonas rurales.
Por el contrario, Laura Angélica Bárcenas Pozos, académica de la Universidad Iberoamericana Puebla, considera que la inconformidad del magisterio con la USICAMM se motivó en el rechazo a la evaluación y en ideas que los propios sindicatos de trabajadores influyen en sus agremiados.
A esto, Marcela Cuautle Méndez, jefa del sector 23 de educación preescolar en la mixteca poblana y agremiada a la sección 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), opina que la inconformidad del magisterio por este sistema no está relacionada con el temor de ser evaluado, por el contrario, este organismo alejó dichos procesos a los docentes y convirtió la especialización en un privilegio.
“La USICAMM no está evaluando a los maestros, sí hay procesos, pero son voluntarios y están relacionados estrictamente con la promoción (…) al ser una plataforma tan administrativa no tiene sensibilidad de las condiciones laborales que realmente vivimos”, señala.
La fallida asignación de plazas y horas
La USICAMM surgió como una alternativa para poner fin a la herencia y compraventa de plazas docentes. Desde el plano normativo parece el propósito marcha bien, pero no se puede opinar lo mismo en la operación, coinciden Cruz y Cuautle.
Para ejemplificar esta postura, la jefa de sector explica que si un docente de educación física (que son quienes tienen menor número de horas clase) ingresa al USICAMM para recibir más horas, esta le puede responder con una asignación de otro bloque de clases, pero en un municipio diferente a su sede de trabajo original.
Esto vuelve inviable que el docente pueda acceder a esas horas, no porque no las quiera, sino porque es imposible trasladarse de un municipio a otro para cubrir sus adscripciones, agravado por el salario que recibe, el cual, recordemos, es por el número de horas.
“Muchos compañeros se ven orillados a renunciar a sus horas adicionales por las condiciones de la USICAMM, que viola sus derechos laborales (..) es tal el descontento con la plataforma que hemos llegado a especular, como docentes, que hay una intención en su mal funcionamiento porque de esa manera restringen que muchos participemos”, acusa.
Pero este problema pasa desapercibido para la USICAMM, pues al ser una plataforma desconoce el motivo real por el cual fueron rechazadas las horas.
Para cubrir vacantes, especialmente en zonas rurales del estado, la USICAMM presenta otra falla por sus mismos procesos. Anteriormente, con la Ley General del Servicio Profesional Docente los directivos de casa zona podían proponer perfiles y ahora ya no.
“Desde enero hasta apenas el 1 de mayo no tuvo maestro porque los procesos de USICAMM ralentizan demasiado el que se cubran los grupos, son tan burocráticos que es una rueda muy difícil de mover para satisfacer la garantía del servicio educativo”, lamenta.
Ahora, en la asignación de plazas, hay una notoria ineficiencia del sistema, pues cuando un maestro aplica en las convocatorias de la USICAMM, e incluso cuando su puntaje fue de los primeros en la lista, no hay certeza de que la recibirá, obligándolo a concursar nuevamente al año siguiente, agrega Cruz.
“El problema tiene que ver con que la facultad de entregar plazas solo es de USICAMM, pero no es así, pues también la tienen otras entidades, por ejemplo, sindicatos, que si bien no las asignan las ponen para cubrir interinatos (…) aquí hay algo muy extraño, porque se supone que hay una oferta de plazas y cuando tú dices ‘yo ya gané’, pues esas plazas ya no aparecen, no sabemos qué pasó”, subraya.
Si bien el objetivo de esta plataforma busca revalorizar al magisterio, con la nula o inequitativa asignación de plazas, hace lo contrario. “En la práctica vemos una serie de problemas”, sentencia.
USICAMM no favorece la promoción
Si bien ningún sistema de promoción ha tenido al 100 por ciento la aceptación del magisterio, esta Unidad en particular se caracteriza, desde su puesta en marcha, por obstaculizar el acceso equitativo a la promoción docente, apunta Marcela.
Esto porque, abunda el académico de la UPAEP, la USICAMM no basa la promoción horizontal (de mejora de salario) y vertical (ascenso de puesto) del docente en sus méritos académicos, sino que toma en cuenta otros factores que suponen una desigualdad.
“La USICAMM promete que la promoción se basa en el mérito, pero también en la antigüedad. Entonces ahí juega qué tanto has estado en el sistema, por ejemplo, la maestría y el doctorado vale casi nada, puede contar más la asistencia a una reunión sindical, en realidad no están ganando más aquellos que están más preparados”, asegura.
Pero el problema surge desde el registro, añade Cuautle, ya que las fallas técnicas impiden que la mayoría de interesados tan siquiera puedan acceder a la posibilidad de una promoción.
Además, para ser candidatos a los procesos de admisión, la USICAMM solicita a los interesados tener una cierta cantidad de cursos para sumar puntos, los cuales tienen un valor entre 500 y 700 pesos cada uno.
“Pensemos en un normalista recién egresado, que pagar cantidades entre dos mil y tres mil pesos representa un sacrificio muy grande para pagar la cantidad de cursos que solicitan y tener mejor puntaje, eso no es equidad, por eso genera inconformidad”, señala.
Docentes ¿sin evaluación?
Bárcenas Pozos considera que el rechazo del magisterio a este sistema parte de la resistencia a la evaluación y porque este pensamiento ha sido promovido a nivel nacional por el SNTE.
“Lo que yo observo es que no quieren la evaluación pese a que se está utilizando para promoverlos, no para excluirlos del sistema educativo como sucedió anteriormente (…) esa es la razón fundamental de rechazarlo, primero porque los exhibe, y por otro lado que el resultado de la evaluación esté dedicado a su incremento salarial y a sus mejores condiciones laborales”, opina.
Añade que, la evaluación es necesaria porque señala el área de oportunidad del magisterio y puede, al mismo tiempo, tener la oportunidad de mejorar laboralmente. “El problema es más laboral y político que académico”, afirma.
Por el contrario, la agremiada del SNTE opina que el temor a la evaluación no está relacionado con la inconformidad hacia la USICAMM, pues durante el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto el proceso de evaluación era obligatorio, hoy ya no.
Ahora, si un docente o cualquier trabajador de la educación no quiere una promoción horizontal no tiene porqué ser evaluado, no hay ninguna autoridad que lo obligue.
“No es porque los profesores sean unos revoltosos o que no les guste nada, si un docente está contento con su sueldo, al quitar la ley anterior, pueden seguir de esa misma forma sin evaluarse, ya no es obligatoria (…) el problema podría enfocarse en lo que valora esa prueba porque no hay claridad de lo que mide el instrumento”, remarca el académico de la UPAEP.
Ante esto, y para mejorar estos procesos, los académicos recomiendan a la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal revisar, con una investigación de campo, si los procesos funcionan exitosamente pues desde el sistema todo está, aparentemente, bien. Así, puede replantear una alternativa que realmente aporte soluciones.
“Es necesario evaluar cómo funciona y cómo ha afectado la distribución de los recursos humanos en las escuelas, porque saca el trabajo de la Secretaría, pero en las escuelas se perjudica la atención a los grupos, el acceso equitativo de los docentes a los procesos, debe recuperarse la autoridad de las entidades de los recursos humanos porque tienen la experiencia respecto a cómo se administran”, finaliza Marcela.