Los familiares con personas desaparecidas sufren emocionalmente por no saber el paradero de sus seres queridos, pero muy pocas personas hablan de su situación física o mental, pues muchos de ellos se deprimen y enferman por el estrés que viven. Tal es el caso del padre de Ariana Corona (desaparecida desde el 2019) quien registró un derrame cerebral tras no localizar a su hija.
En cada marcha siempre hay postales que se quedan guardadas en el corazón, casos de superación e historias desgarradoras. Cada familia que marcha lleva consigo un recuerdo de su hija, hijo, madre, sobrino o primo y en esta ocasión hablaremos de la familia de Ariana Corona Victoria.
Ariana desapareció antes de la Navidad del 2019 y sus padres, Dolores y Pedro, hablaron con ella por última vez el 23 de diciembre. Como no llegó a la cena del 24, todos se alarmaron, incluyendo a su ex pareja con la que tuvo dos hijos y fue así como comenzó la búsqueda. El principal sospechoso de la desaparición resultó ser una nueva pareja sentimental, quien había ejercido violencia física y emocional en contra de ella.
El hombre, Ángel N., fue detenido y enviado al penal de San Miguel. En audiencia, el agente del Ministerio Público le imputó a el delito de desaparición de persona cometida por particulares, pero, hasta el momento, se ha negado a decir el paradero de “Aris”. Esto provocó que los familiares se manifestaran, acudan a jornadas de localización y bloqueen algunas vialidades.
Para muchas personas realizar este tipo de actividades suena fácil, pero no lo es, en Puebla, de acuerdo con el Colectivo Voz de Los Desaparecidos, por lo menos hay un familiar en cada núcleo que busca, que se enferma por la desesperación de encontrarlos.
No sólo viven el dolor del ausente, sino que presentan problemas de hipertensión, depresión, ansiedad y en el caso del padre de Ariana Corona, sufrió un derrame cerebral. El señor ya no habla en su totalidad y no camina bien, pero estos obstáculos no lo detienen para seguir pidiendo justicia.
El padre de Ariana entró una crisis nerviosa desde que no sabe nada de su hija, pero no es la única persona que sufre de este tipo de padecimientos en Puebla, ni en el país.
El portal ¿A dónde van los desaparecidos?, informó que, en abril del 2021, un grupo de siete mujeres y cuatro hombres presentaron una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en contra de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), organismo que forma parte de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), por violar su derecho a la salud, al negarse a darles atención médica por las enfermedades que desarrollaron después de la desaparición de un familiar.
La periodista Aranzazú Ayala indicó que la queja ante la CNDH, pide la reparación integral del daño causado por las violaciones a los derechos humanos de las víctimas indirectas de una desaparición, principalmente asegurar el derecho a la salud y brindar atención médica urgente a quienes padecen enfermedades graves como cáncer avanzado. Los familiares señalaron que la CEAV les negó el apoyo por considerar que no existe un “nexo causal” entre la desaparición de sus parientes y los problemas de salud que desarrollaron.
Sin embargo, la Ley General de Víctimas, dice que la CEAV es la instancia encargada de ofrecer atención psicológica, médica y legal a familiares que enfrentan la desaparición de un ser querido.
El derecho de atención significa satisfacer y garantizar “necesidades de alimentación, aseo personal, manejo de abastecimientos, atención médica y psicológica de emergencia, transporte de emergencia y alojamiento transitorio en condiciones dignas y seguras, a partir del momento de la comisión del delito o de la violación de los derechos”, se puede leer en el artículo ocho de la ley.