La XXI carrera Guadalupana México-Nueva York está acompañada por una nueva imagen donde se observa al padre Gustavo Rodríguez Zárate, (QEPD) sentado sobre una de las bancas de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, esbozando una leve sonrisa y llevando consigo un crucifijo sobre su pecho. La imagen ha recorrido los primeros quince días diferentes municipios de la entidad poblana, a un lado de la Antorcha Guadalupana como agradecimiento de los migrantes que la organizan y en memoria de Rodríguez Zarate, por el apoyo recibido desde hace más de una década.
El padre del morral, protector de los migrantes y de todos los que se acercarán a la parroquia a pedir ayuda, nació el 7 de octubre de 1946 en el seno de una familia llena de fe y también de lucha social, causa que enarboló toda su vida hasta su partida el pasado 24 de junio del este 2021.
Después de viajar por varios municipios de la Mixteca, la carrera arribó a la comunidad de San Bernabe Temoxtitla y posteriormente a San Bernardino Tlaxcalancingo, en donde recorrieron las calles de estos lugares para que los fieles pudieran ser parte de este movimiento. En cada parroquia hay palabras amables sobre la vida del Padre Gus. La próxima parada aconteció en la Parroquia de Nuestra señora de la Asunción, donde el padre José y los fieles de la parroquia ya esperaban la llegada de la Antorcha Guadalupana, con cantos, porras, banderines de colores verde, blanco y rojo, también esperaba el Padre Tacho, el brazo derecho del padre Gus, así nombrado por él, quien viajó de Tehuacán para participar del homenaje a su amigo y compañero. Poco antes de las dos de la tarde del 30 de septiembre arribaron las camionetas adornadas, con flores, banderas de México y Estados Unidos, dos enormes imágenes de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego, así como la imagen del Padre Gustavo, acompañadas por personas de Temoxtitla y Tlaxcalancingo,
Entre decenas de reporteros, las personas fueron abriendo paso a las imágenes para finalmente llegar al altar que alberga la última morada del padre Gus. Se escucharon varios discursos que terminaban en aplausos agradeciendo la obra y en memoria del Padre Gustavo. Los recuerdos fluían entre los fieles de su parroquia, los estudiantes a los que albergó, sus familiares, sus compañeros de la iglesia y entre los migrantes que nos hacían esbozar risas o lágrimas.
Antes de continuar el camino para llegar el próximo 12 de diciembre a la catedral de San Patricio, se colocó una placa de agradecimiento donde descansan las cenizas del entrañable padre, “los sacerdotes como tú, hacen del mundo un lugar mejor. Descansa en Paz”. Se lee en su última frase.
Que descanse en Paz y que continúe viva su obra.