Pese al paso de los años, la alfarería es un oficio que aún se conserva en la ciudad de Puebla, siendo el Barrio de la Luz uno de los lugares donde aún se pueden apreciar estas artesanías.
En esta ocasión, El Sol de Puebla visitó el taller de Don Genaro López García, quien forma parte de la octava generación de alfareros en su familia, siendo su taller el más antiguo de la zona, ubicado en una casona con más de 300 años de antigüedad.
- Te recomendamos: Alfarería, un arte a punto de extinguirse
Don Genaro cuenta que hace unos 40 años todavía existían muchas casas de alfareros en este barrio, principalmente ubicados cerca del mercado de La Acocota, los cuales contaban con sus propios hornos donde realizaban diversos objetos.
Actualmente, en su taller cuentan con dos molinos: uno para moler el barro fino, que es para el torno, y otro para barro arenoso, denominado molino de martillo, que se usa para elaborar las cazuelas.
- Sugerimos leer: Empiezan a exportar alfareros de La Luz
Una vez que el barro se ha mezclado con agua y se tiene la arcilla lista, los alfareros le dan forma, logrando la realización de diversas piezas, bajo un proceso cien por ciento artesanal; posteriormente, se ponen a secar dentro de los talleres para que no sufran cuarteaduras al estar a la intemperie.
Después, a estas piezas se les da el primer cocimiento en el horno de leña, que da como resultado un color pálido y cuando ya están bien cocidas toman un color naranja.
Las piezas que se elaboran durante todo el año son cazuelas y ollas; sin embargo, para los festejos de Todos Santos son muy solicitados los candeleros y el sahumador o sahumerio, piezas que se elaboran en diversos tamaños.
- También puedes ver: Pese a obstáculos, alfareros continúan con su labor en la región de Zautla
Pese a la reducción de la demanda de piezas a consecuencia de la pandemia, los artesanos de este taller han logrado mantener viva esta tradición hasta hoy, logrando incluso que sus productos sean exportados a Nueva York, Estados Unidos.