/ martes 27 de septiembre de 2022

Abortos clandestinos subieron en la pandemia en Puebla

Puebla forma parte de las 23 entidades federativas donde la interrupción del embarazo no es legal

La falta de empatía, malos tratos y la inexistencia de un marco legal que propicie condiciones de seguridad física y jurídica son los principales factores por los que las mujeres deciden abortar mediante acompañamientos clandestinos que brindan las colectivas de manera gratuita en Puebla, coincidieron quienes han interrumpido su proceso de gestación o forman parte de las asociaciones civiles que brindan este servicio.

Para la ginecóloga María del Carmen Quechol, lo ideal es realizar el procedimiento en una clínica para garantizar la salud de quienes deciden interrumpir su embarazo. El problema es que en Puebla eso no es posible.

El 28 de septiembre se conmemora el Día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Accesible, que tiene por objetivo exigir a los gobiernos la legalización del aborto para evitar que las mujeres fallezcan por la realización de un mal procedimiento.


Puebla forma parte de las 23 entidades federativas donde la interrupción del embarazo no es legal, solo en casos de violación o donde se encuentre en riesgo la vida de la madre y, de acuerdo con el artículo 342 del Código Penal del Estado, el aborto se castiga con una pena de seis meses a un año de prisión.

“Se impondrán de seis meses a un año de prisión a la madre que voluntariamente procure su aborto o consienta en que otro la haga abortar”, dice el artículo.

Acompañamientos incrementaron en pandemia

Para Natalia Hernández Arias, directora del Centro de Análisis, Formación e Iniciativa Social A.C. (CAFIS), en Puebla, un organismo que realiza el acompañamiento de manera gratuita desde hace años, este servicio incrementó durante la pandemia por coronavirus debido a las limitaciones que tuvieron las mujeres para desplazarse a otros estados.

Explicó que, a pesar de no contar con una licenciatura del sector salud, tomó varios cursos y talleres con otras colectivas feministas previo a dar algún tipo de asesoría.

“Me formé y me informé para dar acompañamientos. En este proceso yo he reconocido que mi proceso ha cambiado. Desde mi experiencia, es un proceso de sensibilización, de estar con la mujer o persona que quiere interrumpir el embarazo”, expresó.

Apuntó que los acompañamientos son necesarios porque muchas mujeres no cuentan con los recursos para desplazarse a otro lugares con el fin de abortar o pagar grandes cantidades para hacerlo al interior de una clínica particular.


Foto: Archivo | El Sol de Puebla

La directora de la asociación civil consideró que en la pandemia por coronavirus incrementaron las redes de acompañamiento para abortar porque el número de limitantes para las mujeres aumentó y las obligó a buscar alternativas en donde se invirtiera poco tiempo y dinero.

Puntualizó que el proceso consiste en brindar la información a la mujer previo a realizar el procedimiento, saber el ritmo de vida que tiene y cómo es su ciclo menstrual para conocerlo.

Asimismo, les piden un ultrasonido para detectar el número de semanas de gestación que tienen y conocer si la persona es candidata al procedimiento, para no poner en riesgo su vida.

Posteriormente, les indican el número de pastillas que se deben tomar, cada cuánto tiempo y cuáles son los síntomas que experimentarán.

Natalia Hernández declaró que el acompañamiento es un procedimiento seguro en el cual se pueden vivir complicaciones médicas mínimas, pero desde su experiencia, ninguna mujer a la que le ha brindado su ayuda ha tenido algún tipo de inconveniente.

“Un acompañamiento puede ser un proceso sumamente seguro y más liviano que ir al hospital porque eso implica desplazarte, ponerte en el modo de ‘me van a intervenir’, que hables con gente que no te tienes en confianza”, comentó.

De acuerdo con un manual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de los medicamentos que más se utiliza para interrumpir el embarazo es el misoprostol, que se vende sin receta, y en Puebla el precio varía entre los 400 y 900 pesos, de acuerdo con una revisión hecha por El Sol de Puebla en las páginas web de las farmacias.

Procedimiento es más respetuoso con acompañantes: testigos

A decir de dos mujeres que decidieron interrumpir su embarazo, los acompañamientos que brindan las colectivas en Puebla representan un proceso seguro, respetuoso y amoroso para quienes deciden tomar la alternativa de no continuar con el proceso de gestación.

En entrevista con esta casa editorial, las dos testigos, que prefirieron no revelar su identidad por seguridad, contaron los motivos por los que decidieron acudir a un acompañamiento y la forma en la que fueron tratadas por las chicas que se los brindaron.

Ana (a quien llamaremos así para este texto periodístico) narró que a lo largo de su vida ha tenido dos interrupciones. La primera de ellas en 2016, y como desconocía muchas cosas del tema relacionado al aborto decidió, junto con su entonces pareja, realizar el procedimiento en una clínica de la Ciudad de México.

Desde su perspectiva fue un proceso muy mecánico, donde las personas del lugar eran poco empáticas con las mujeres que acudían para realizarse un aborto.

La mujer platicó que cuatro años después volvió a quedar embarazada y la información sobre el aborto era más accesible, por lo que, en compañía de su pareja, se dio a la tarea de buscar colectivas en la ciudad que dieran acompañamientos. Tras encontrar una asociación civil la contactaron mediante redes sociales y los hicieron acudir a sus instalaciones para explicarles sobre el tema.


Ana especificó que le hicieron preguntas básicas para conocer su ritmo de vida, profesión, edad, peso, además le explicaron donde conseguir el medicamento y de qué manera ingerirlo.

“En 2020 yo tuve una segunda interrupción, la cual fue con acompañamiento y en esos momentos yo ya sabía más del tema. En aquel tiempo, mi pareja de ese entonces fue quien me ayudó a buscar organizaciones civiles en Puebla que me pudieran explicar más del tema, me dijeran de qué eran las pastillas, cómo las conseguíamos. Nos quedamos en un hotel y la chica me iba diciendo dónde tenía que comprar las pastillas, cuántas pastillas tenía que tomarme, cada qué tiempo”, expresó.

Al hacer la comparativa entre los dos abortos que ha vivido y en cual considera que se sintió más seguro, Ana respondió que el del acompañamiento, y argumentó que durante el proceso la mujer estuvo al pendiente de ella en todo momento, la monitoreaba por mensaje, antes, durante y después del proceso para conocer su sentir.

“Fue un proceso de respeto, de amor, de cuidado, creo que ellas (las acompañantes) saben manejar muy bien todo el tema. Me sentí muy segura, acompañada, nunca me dio miedo”, asentó.

La segunda testigo, Sofía, que será llamada así para este texto, informó que acudió a un acompañamiento este año por una mala experiencia con un ginecólogo de Puebla, debido a que intentó suministrarle dosis mayores a las recomendadas por la OMS y le mencionó en más de una ocasión comentarios revictimizantes.

“Con el ginecólogo, en la primera conversación que tuvimos, dijo que prefería ser el medio para hacerlo de manera segura, ‘pero si yo escucho un latido pues ya no te podré ayudar’. Con la acompañante fue lo contrario, aparte de que era mujer, ella me dijo que cómo me sentía, me decía comentarios amorosos.

Recuerdo que igual en una última revisión con el ginecólogo antes de ir con la acompañante me decía comentarios de regaño”, narró.

A diferencia de la primera testigo, sí tuvo miedo durante el procedimiento, pero con el respaldo de sus familiares, que fungieron como una red de apoyo, logró controlarse y abortar de manera segura.

Doctora recomienda ir a clínica

La doctora María del Carmen Quechol explicó que, a pesar de que el procedimiento es muy seguro, recomienda a las mujeres que buscan realizan un aborto acudir a una clínica con el fin de prevenir algún tipo de complicación que ponga en riesgo su vida.

Detalló que el medicamento afloja el cuello uterino y expulsa el feto, pero uno de los riesgos es que las mujeres sufran un sangrado.


“El medicamento es una hormona que lo que hace es que el cuello del útero se vuelva suave y se abre, entonces empieza con un pequeño sangrado (…) es muy seguro (el procedimiento) pero ante el riesgo de cada persona yo siempre digo que no hay nada mejor que dentro de un hospital”, advirtió.

Consideró que las personas que trabajan en el sector salud deben tener más empatía con las mujeres que pasan por una interrupción del embarazo y deberían de recibir información desde su formación para saber cómo actuar ante ese tipo de situaciones y no sobreponer sus creencias a sus estudios.

“Los miembros del sector salud no solamente necesitan más empatía, sino que desde la escuela de Medicina se les empiece a concientizar para no poner sus creencias antes que su especialidad”, manifestó.

Omisión del Congreso de Puebla para legislar

La actual legislatura del Congreso de Puebla, en donde Morena ocupa la mayoría de espacios, no ha analizado la despenalización del aborto. De acuerdo con la última información que brindó la diputada local del PT, Mónica Silva Rodríguez, los proyectos de reforma se encuentran en la Junta de Gobierno y Coordinación Política.

El presidente del órgano legislativo, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, declaró a este medio de comunicación que existe una gran probabilidad de analizar el tema, aunque hasta el momento la reforma no ha sido presentada ante la Mesa Directiva, que es el primer paso por el que pasan las propuestas en el Poder Legislativo.


La falta de empatía, malos tratos y la inexistencia de un marco legal que propicie condiciones de seguridad física y jurídica son los principales factores por los que las mujeres deciden abortar mediante acompañamientos clandestinos que brindan las colectivas de manera gratuita en Puebla, coincidieron quienes han interrumpido su proceso de gestación o forman parte de las asociaciones civiles que brindan este servicio.

Para la ginecóloga María del Carmen Quechol, lo ideal es realizar el procedimiento en una clínica para garantizar la salud de quienes deciden interrumpir su embarazo. El problema es que en Puebla eso no es posible.

El 28 de septiembre se conmemora el Día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Accesible, que tiene por objetivo exigir a los gobiernos la legalización del aborto para evitar que las mujeres fallezcan por la realización de un mal procedimiento.


Puebla forma parte de las 23 entidades federativas donde la interrupción del embarazo no es legal, solo en casos de violación o donde se encuentre en riesgo la vida de la madre y, de acuerdo con el artículo 342 del Código Penal del Estado, el aborto se castiga con una pena de seis meses a un año de prisión.

“Se impondrán de seis meses a un año de prisión a la madre que voluntariamente procure su aborto o consienta en que otro la haga abortar”, dice el artículo.

Acompañamientos incrementaron en pandemia

Para Natalia Hernández Arias, directora del Centro de Análisis, Formación e Iniciativa Social A.C. (CAFIS), en Puebla, un organismo que realiza el acompañamiento de manera gratuita desde hace años, este servicio incrementó durante la pandemia por coronavirus debido a las limitaciones que tuvieron las mujeres para desplazarse a otros estados.

Explicó que, a pesar de no contar con una licenciatura del sector salud, tomó varios cursos y talleres con otras colectivas feministas previo a dar algún tipo de asesoría.

“Me formé y me informé para dar acompañamientos. En este proceso yo he reconocido que mi proceso ha cambiado. Desde mi experiencia, es un proceso de sensibilización, de estar con la mujer o persona que quiere interrumpir el embarazo”, expresó.

Apuntó que los acompañamientos son necesarios porque muchas mujeres no cuentan con los recursos para desplazarse a otro lugares con el fin de abortar o pagar grandes cantidades para hacerlo al interior de una clínica particular.


Foto: Archivo | El Sol de Puebla

La directora de la asociación civil consideró que en la pandemia por coronavirus incrementaron las redes de acompañamiento para abortar porque el número de limitantes para las mujeres aumentó y las obligó a buscar alternativas en donde se invirtiera poco tiempo y dinero.

Puntualizó que el proceso consiste en brindar la información a la mujer previo a realizar el procedimiento, saber el ritmo de vida que tiene y cómo es su ciclo menstrual para conocerlo.

Asimismo, les piden un ultrasonido para detectar el número de semanas de gestación que tienen y conocer si la persona es candidata al procedimiento, para no poner en riesgo su vida.

Posteriormente, les indican el número de pastillas que se deben tomar, cada cuánto tiempo y cuáles son los síntomas que experimentarán.

Natalia Hernández declaró que el acompañamiento es un procedimiento seguro en el cual se pueden vivir complicaciones médicas mínimas, pero desde su experiencia, ninguna mujer a la que le ha brindado su ayuda ha tenido algún tipo de inconveniente.

“Un acompañamiento puede ser un proceso sumamente seguro y más liviano que ir al hospital porque eso implica desplazarte, ponerte en el modo de ‘me van a intervenir’, que hables con gente que no te tienes en confianza”, comentó.

De acuerdo con un manual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de los medicamentos que más se utiliza para interrumpir el embarazo es el misoprostol, que se vende sin receta, y en Puebla el precio varía entre los 400 y 900 pesos, de acuerdo con una revisión hecha por El Sol de Puebla en las páginas web de las farmacias.

Procedimiento es más respetuoso con acompañantes: testigos

A decir de dos mujeres que decidieron interrumpir su embarazo, los acompañamientos que brindan las colectivas en Puebla representan un proceso seguro, respetuoso y amoroso para quienes deciden tomar la alternativa de no continuar con el proceso de gestación.

En entrevista con esta casa editorial, las dos testigos, que prefirieron no revelar su identidad por seguridad, contaron los motivos por los que decidieron acudir a un acompañamiento y la forma en la que fueron tratadas por las chicas que se los brindaron.

Ana (a quien llamaremos así para este texto periodístico) narró que a lo largo de su vida ha tenido dos interrupciones. La primera de ellas en 2016, y como desconocía muchas cosas del tema relacionado al aborto decidió, junto con su entonces pareja, realizar el procedimiento en una clínica de la Ciudad de México.

Desde su perspectiva fue un proceso muy mecánico, donde las personas del lugar eran poco empáticas con las mujeres que acudían para realizarse un aborto.

La mujer platicó que cuatro años después volvió a quedar embarazada y la información sobre el aborto era más accesible, por lo que, en compañía de su pareja, se dio a la tarea de buscar colectivas en la ciudad que dieran acompañamientos. Tras encontrar una asociación civil la contactaron mediante redes sociales y los hicieron acudir a sus instalaciones para explicarles sobre el tema.


Ana especificó que le hicieron preguntas básicas para conocer su ritmo de vida, profesión, edad, peso, además le explicaron donde conseguir el medicamento y de qué manera ingerirlo.

“En 2020 yo tuve una segunda interrupción, la cual fue con acompañamiento y en esos momentos yo ya sabía más del tema. En aquel tiempo, mi pareja de ese entonces fue quien me ayudó a buscar organizaciones civiles en Puebla que me pudieran explicar más del tema, me dijeran de qué eran las pastillas, cómo las conseguíamos. Nos quedamos en un hotel y la chica me iba diciendo dónde tenía que comprar las pastillas, cuántas pastillas tenía que tomarme, cada qué tiempo”, expresó.

Al hacer la comparativa entre los dos abortos que ha vivido y en cual considera que se sintió más seguro, Ana respondió que el del acompañamiento, y argumentó que durante el proceso la mujer estuvo al pendiente de ella en todo momento, la monitoreaba por mensaje, antes, durante y después del proceso para conocer su sentir.

“Fue un proceso de respeto, de amor, de cuidado, creo que ellas (las acompañantes) saben manejar muy bien todo el tema. Me sentí muy segura, acompañada, nunca me dio miedo”, asentó.

La segunda testigo, Sofía, que será llamada así para este texto, informó que acudió a un acompañamiento este año por una mala experiencia con un ginecólogo de Puebla, debido a que intentó suministrarle dosis mayores a las recomendadas por la OMS y le mencionó en más de una ocasión comentarios revictimizantes.

“Con el ginecólogo, en la primera conversación que tuvimos, dijo que prefería ser el medio para hacerlo de manera segura, ‘pero si yo escucho un latido pues ya no te podré ayudar’. Con la acompañante fue lo contrario, aparte de que era mujer, ella me dijo que cómo me sentía, me decía comentarios amorosos.

Recuerdo que igual en una última revisión con el ginecólogo antes de ir con la acompañante me decía comentarios de regaño”, narró.

A diferencia de la primera testigo, sí tuvo miedo durante el procedimiento, pero con el respaldo de sus familiares, que fungieron como una red de apoyo, logró controlarse y abortar de manera segura.

Doctora recomienda ir a clínica

La doctora María del Carmen Quechol explicó que, a pesar de que el procedimiento es muy seguro, recomienda a las mujeres que buscan realizan un aborto acudir a una clínica con el fin de prevenir algún tipo de complicación que ponga en riesgo su vida.

Detalló que el medicamento afloja el cuello uterino y expulsa el feto, pero uno de los riesgos es que las mujeres sufran un sangrado.


“El medicamento es una hormona que lo que hace es que el cuello del útero se vuelva suave y se abre, entonces empieza con un pequeño sangrado (…) es muy seguro (el procedimiento) pero ante el riesgo de cada persona yo siempre digo que no hay nada mejor que dentro de un hospital”, advirtió.

Consideró que las personas que trabajan en el sector salud deben tener más empatía con las mujeres que pasan por una interrupción del embarazo y deberían de recibir información desde su formación para saber cómo actuar ante ese tipo de situaciones y no sobreponer sus creencias a sus estudios.

“Los miembros del sector salud no solamente necesitan más empatía, sino que desde la escuela de Medicina se les empiece a concientizar para no poner sus creencias antes que su especialidad”, manifestó.

Omisión del Congreso de Puebla para legislar

La actual legislatura del Congreso de Puebla, en donde Morena ocupa la mayoría de espacios, no ha analizado la despenalización del aborto. De acuerdo con la última información que brindó la diputada local del PT, Mónica Silva Rodríguez, los proyectos de reforma se encuentran en la Junta de Gobierno y Coordinación Política.

El presidente del órgano legislativo, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, declaró a este medio de comunicación que existe una gran probabilidad de analizar el tema, aunque hasta el momento la reforma no ha sido presentada ante la Mesa Directiva, que es el primer paso por el que pasan las propuestas en el Poder Legislativo.


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