Puebla se ha convertido en un nuevo hogar para foráneos no sólo del interior de México, sino de también de otros países, ante esta alta demanda una pareja de colombianos decidieron emprender con una cafetería-restaurante llamada JARS dedicada para los habitantes de Venezuela y Colombia que radican en la Angelópolis. Actualmente el establecimiento está ubicado en Reforma Sur 229 de colonia La Paz.
La idea de abrir el negocio nació en el 2016, luego de que Orlando Rueda se jubilara, después de trabajar en una petrolera ubicada en el Golfo de México durante 15 años y se mudara a vivir a Puebla ya que sus hijas estudiaban en universidades poblanas.
“Estaba aquí con mi esposa, la chef Luz Marina Sandoval, en Puebla, y dijimos que teníamos que hacer algo ya que no nos podíamos quedar sin hacer nada, entonces se ocurrió la idea de hacer una cafetería para nuestros hermanos de Colombia y Venezuela”, narra Orlando, durante una entrevista a esta casa editorial.
En una cochera ubicada en el Circuito Juan Pablo II fue que iniciaron operaciones, donde se mantuvieron durante siete años, pero se fue difundiendo de boca en boca que estaba el establecimiento y tuvieron que ir incrementando su carta hasta empezar a convertirse en restaurante combinado con el primer giro.
“La chef de momentos hacía alguno que otro platillo típico de Colombia y Venezuela, entonces a nuestros paisanos les gustó eso y pedían más y más de lo que se hacía, lo que hicimos fue abrir la carta, sin querer esto se volvió restaurante”, indica el emprendedor.
Se mudan a la Paz
En agosto del 2023, dado a la alta demanda de clientes, la pareja decidió mover su emprendimiento a la colonia la Paz, ya que necesitaban más espacio para poder atender a la cartera de clientes que cada vez crecía, y crece, más.
“Fue inmediata la respuesta por parte de nuestros hermanos, somos el único restaurante que ofrecemos tanta variedad, si hay más lugares que ofrecen de la gastronomía colombiana, pero las opciones de ellos son menos que las que vendemos aquí, y gracias al nuevo lugar ya vienen también mexicanos”, señala Orlando.
Los platillos
La pareja, que es originaria de Santander, Colombia, indican que tiene cuatro tipos de cartas, para que la gente pueda salir satisfecha con los alimentos, y es depende la ocasión en la que vayan al restaurante.
La primera carta es para los desayunos, ofrecen jugo y café colombiano, así como 12 opciones de alimentos como Criollolo Colombiano, Arriero, y arepa colombiana. La segunda opción son los antojitos, en donde se venden productos como arepas, patacones y empanadas. La tercera es la carta fuerte, aquí se hallan platillos típicos como Bandeja Paisa, Sobrebarriga, Recalentado, por mencionar algunos. En cuarto lugar, está el menú de comida corrida, donde se da sopa, carne, dos guarniciones y bebidas.
Orlando enfatiza en que los condimentos y los productos como las bebidas son importadas de Colombia y Venezuela para que la gente realmente pruebe la sazón, así como con receta original de dichos países que es ejecutada por Luz Marina. Además de que tienen una pequeña tienda de abarrotes y dulces para que sus paisanos puedan comprar ahí mismo.
Un refugio para ellos
Los propietarios de JARS, señalan que los habitantes de ambas nacionalidades han escogido el lugar como un “refugio” y por ejemplo, cuando han habido actividades deportivas como el Mundial de Futbol o celebraciones como el día de la independencia, se reúnen en el restaurante para festejar:
“Es un refugio, sabemos que México tiene una gastronomía reconocida a nivel mundial, pero si es diferente a la de nuestros países (…) hay que gente que hasta a llorado comiendo, dejando impresiones como que en este restaurante nada pica, es un refugio para ellos, ya es el sitio de reunión”.
Más allá del negocio
Orlando, afirma estar agradecido por el recibimiento tanto de mexicanos como de sus compatriotas. Asimismo, destaca que su negocio va más allá de lo económico, ya que gracias a su jubilación al establecimiento lo ve como una oportunidad para apoyar a más personas y a la vez darle reconocimiento a la gastronomía de su país.
“Se puede decir que es algo altruista, hay cosas más importantes hoy día para nosotros que el dinero, queremos mostrar nuestra gastronomía y darles empleo a más personas, queremos tener gente feliz, ese es el propósito de nuestro emprendimiento, afortunadamente hemos tenido éxito”, añade.
Actualmente son cerca de 12 personas las que ayudan a que funcione el establecimiento que opera de las 09:30 a las 17:30 horas de miércoles a lunes. La mayoría de los empleados son mexicanos, ya que el dueño comenta que tanto los colombianos como los venezolanos son “inestables” en un trabajo por la búsqueda nuevas oportunidades.
