Feligreses y sacerdotes poblanos discreparon de alguna manera con la opinión del papa Francisco del pasado miércoles 7 de marzo respecto a que “la misa no se paga y la redención es gratuita”. Consideraron que los templos y parroquias requieren del dinero específicamente para el mantenimiento y la expedición de documentos oficiales.
Si bien algunos sacerdotes cuestionados por El Sol de Puebla dijeron que en ocasiones en sus parroquias no cobran por algunas ceremonias, especialmente las de difuntos, a las personas de escasos recursos, sí requieren de ingresos para el mantenimiento de los edificios, pero aseguraron que si esto se vuelve un mandato del pontífice lo acatarán al pie de la letra.
El papa Francisco dijo: “la misa no se paga, la redención es gratuita. Si vosotros queréis ofrecer algo, está bien, pero la misa no se paga” y agregó, “no te vayas a confundir, no vayas a pensar que la misa tiene un valor por el que tienes que pagar, porque sería estar pagando por la gracia de Dios, y la obra redentora de Cristo no tiene valor”.
Las señoras María Elena y Guadalupe Reyes, en el templo de la Divina Misericordia en la colonia Satélite, coincidieron en que a las personas que son de escasos recursos no se les cobre por realizar ceremonias, pero solo porque en realidad tienen necesidad y mucho más aun cuando tienen el dolor por la pérdida de algún ser querido.
Lo mismos pensó el párroco de San Nicolás de Bari, Eleodoro Briones, en la colonia Iturbide, quien refirió que una de las políticas en este templo de ayudar a las personas de escasos recursos, pero de igual manera en otras tantas ceremonias es necesario aplicar unos cobros, toda vez que requieren dinero para el mantenimiento de la iglesia o incluso para las labores administrativas como la expedición de actas y de boletos.
“El estipendio de una misa lo pone el arzobispado, pero hay que darse cuenta también en la pobreza que hay de las personas y entonces hay que bajar las de defunción, así, entonces, que no se cobre nada, pues con el dolor y la tristeza que está viviendo la gente, es mucho más pesado”, expresó el párroco.
Por su parte, Martha Cuevas, de la parroquia de San Carlos Borromeo en el Fraccionamiento Arboledas de Guadalupe, expuso que es necesario recibir algunas cuotas de mantenimiento de la iglesia, pero aclaró que estas no son impuestas por los párrocos sino cooperaciones voluntarias que los feligreses dan.
El párroco de San Carlos Borromeo, José Luis Bermúdez y Ortega, aseguró que este solo fue un comentario que hizo el Papa y que los templos se rigen con el Código de Derecho Canónigo, en tanto que los estipendios son avalados por la Arquidiócesis, en este caso, de Puebla. Sin embargo, en caso de que el arzobispo señale que es un mandato, los responsables religiosos lo acatarán.
No obstante, refirió que para el mantenimiento de una iglesia se necesita pagar servicios básicos como luz, predial, agua y luz. Asimismo, señaló que los feligreses tienen la opción, siempre, de no pagar, pero ellos mismos deben hacerse responsables de sus gastos si es que requieren de arreglos adicionales en los templos, como flores o colocación de alfombras y también son ellos quienes deben retirarlos.
Tanto feligreses como párrocos acordaron en que las cuotas son voluntarias y los que quieren que sus templos estén en buenas condiciones cooperarán como miembros de la comunidad católica y aquellos que no estén interesados, pues tampoco se les puede exigir.
