Ser enfermera es vocación. Así es como Claudia SánchezMosqueda, quien se ha dedicado a esta profesión durante 27 añosdefine su carrera, llegó a esta área impulsada por la pérdida deun ser querido, pero permanece por el amor que tiene a su trabajo ysus pacientes a quienes puede cuidar durante toda la noche, auncuando su turno haya finalizado.
El Consejo de Salubridad General de México señala que el 6 deenero se celebra en México el Día de la Enfermera en virtud deque en 1931 el entonces director del Hospital Juárez de México,José Castro Villagrana, lo instituyó al tiempo de calificar lapresencia de las enfermeras como un “regalo de Reyes” para lospacientes.
Para Claudia ser enfermera es más que un trabajo. A lo largo decasi tres décadas, y a punto de jubilarse por haber cumplido los27 años de servicio, ha podido compartir el amor de su familia conel de su profesión, a pesar de lo demandante que esta resulta.
Cuando camina por los pasillos del Hospital General de Zona 20“La Margarita”, de donde es jefa de enfermería, suscompañeros la califican como una mujer de carácter amable y coninterés por desempeñar su trabajo de manera adecuada.
Su interés surgió cuando tenía 10 años de edad, justo en elmomento en el que su abuela falleció en el municipio de Coxcatlány ella se sintió incapaz de hacer algo para ayudarla, peroencontró la forma de servir a otros y durante todo este tiempoasí lo ha hecho.
A los 18 años de edad decidió iniciar su formación. Pocodespués empezó su labor como auxiliar en una clínica delInstituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Salina Cruz,Oaxaca.
Posteriormente, al terminar su residencia, es canalizada alHospital Regional 36 “San Alejandro” en Puebla, donde pasógran tiempo de su vida profesional.
LAS ENFERMERAS NO TIENEN HORARIO
Algo que caracteriza a Sánchez Mosqueda es que se ha quedado enlos hospitales con sus pacientes para cuidarlos aun cuando laencomienda no esté dentro de su turno; es decir, si llega a ver aun paciente que no tiene un familiar que lo acompañe durante lanoche, ella se ofrece a brindarle los cuidados necesarios o bien,si es que este paciente así se lo solicita.
Fue la primera vez que hizo esto cuando demostró tenerverdadera vocación para ser enfermera. Claramente recuerda quefue en Salina Cruz, Oaxaca, cuando un paciente con tratamiento dediálisis, de la tercera edad, le pidió que se quedara pues susfamiliares no lo pudieron acompañar.
Entonces, no le costó ningún trabajo decidir lo que tenía quehacer y sin pensarlo se pasó toda la noche en vela junto a la camadel enfermo. Esta escena se repitió varias veces en el trascursode su carrera aun 20 años después hasta que fue nombrada jefa deldepartamento de enfermería, por lo que sus funciones yresponsabilidades cambiaron.
“El hecho de que alguien te pida quedarte, que no haya ningúnfamiliar que los acompañe, porque muchas veces vienen y los dejan.Esa fue una de las experiencias que más tengo grabadas pues penséque podía quedarme a darle un poco de consuelo, porque a veces eslo que los pacientes necesitan, que tú los escuches”,añadió.
Es así como asegura que las enfermeras y enfermeros no tienen horario y, en su caso, hasta su familia se ha tenido que adaptar aella, su estilo de vida y de trabajo, pues en muchas ocasiones lasfechas importantes las pasó trabajando.
“De las mejores experiencias son desde que alguien te dé labendición, que te dé las gracias aunque no me conozca, eso espara toda la vida, es una de las cosas que nos reconfortan a lasenfermeras”, expresó.
SIENTE NOSTALGIA POR SAN ALEJANDRO
Luego de trabajar unos ocho años en el nosocomio que ahorafue desalojado debido al terremoto del 19 de septiembre del 2017 ysaber que ya no está en operaciones le causa gran conflictoemocional, pues en ese lugar encontró por igual crecimientoprofesional y amistades.
Por lo anterior dijo que extraña el nosocomio y con suscompañeros siente nostalgia porque ya no opera como hospital,pero también lo recuerda con cariño.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía(INEGI) en México hay 19 enfermeras por cada 10 mil habitantes, yla Organización de las Naciones Unidas (ONU), manifiesta quemínimo debe haber 85 enfermeras por cada 10 mil habitantes.
