De nueva cuenta, el juez Julio Vargas Domínguez del Poder Judicial del Estado de Puebla es acusado de no aplicar la perspectiva de género y de no actuar bajo el interés superior de la niñez. En esta ocasión, se trata del caso de Alejandra Calva Rivera, a quien su expareja, con engaños, le quitó a su hija y por varios meses ha puesto a la menor en su contra para romper el vínculo materno filial.
En entrevista con El Sol de Puebla, Alejandra compartió que su caso -jurídicamente- se está realizando por guarda y custodia, pero ella cree que tuvo que llevarse por sustracción de menores, debido a la forma en la que su ex pareja, Jorge Alberto N., actuó. La pareja se separó en el 2009 por una infidelidad que él cometió y al principio, parecía una ruptura sana.
Jorge Alberto podía ver a su hija todos los fines de semana sin ninguna restricción, incluso se le llevaba. Por varios años esta fue la dinámica, pero todo cambió cuando este sujeto se enteró que Alejandra se enamoró y quería retomar su vida. “Me dijo que esto no se iba a quedar así, que yo la iba a pagar y que me iba a dar en donde más me dolía, mi hija. Me dijo, nunca que voy a perdonar que no quisiste regresar conmigo”, comentó.
Alejandra tomó sus palabras como una amenaza al aire, pero en diciembre del 2020, le dijo que quería que la niña pasara navidad y año nuevo con él en un rancho familiar ubicado en Cuyoaco. Ella accedió, le preparó su maleta y se despidió de su hija. El acuerdo fue que tenía que regresarla el 6 de enero, Día de los Reyes Magos, pero esto no sucedió.
Todos los días le marcaba, le pedía hablar con su hija y que le diera una fecha concreta para regresársela, pero se negó y le anunció que ya jamás se la daría. Luego de este episodio permitió que la viera en su trabajo, pero no quiso regresársela y, en suma, llegó la pandemia a empeorar la situación.
“Empecé a ver a la niña a través de una ventana y con la abuela (madre de Jorge Alberto) a un lado. Empiezo a investigar y me doy cuenta que lo que me está haciendo es un delito y meto una demanda sin saber que no era por guarda y custodia, sino por sustracción de menor. Por la pandemia se hizo un proceso muy largo”, aceptó.
Como suele ocurrir en los casos de violencia vicaria, los abogados no están capacitados en el tema y Alejandra contrató a varios que sólo “la estafaron”, sin dar resultados. Puntualmente recuerda al abogado José Cándido de la Fuente, ya que él otorgó la guarda y custodia a su ex pareja, cuando Alejandra nunca avaló eso.
José Alberto ya rehízo su vida con la persona con la que le fue infiel a Alejandra, incluso ya tienen otra hija, pero aún así, no deja que las convivencias se lleven a cabo de buena manera. A la niña, le ha dicho que su madre la abandonó, que no la quiere y eso ha hecho que la menor se sienta incómoda con su propia madre, inclusive que no quiera verla.
Al día de hoy, Alejandra desconoce en donde vive su hija, si come bien, cómo le va en la escuela y lo único que ha logrado son mínimos encuentros en el Centro de Convivencia Familiar (Cecofam). Sin embargo, por todo el odio que su padre le ha inculcado, a la menor le está costando mostrar amor a su madre.
“Es muy difícil separarte de tu hija, que no sepas nada de ella y el papá pone miles de trabas, él en su declaración dijo que yo soy la peor mamá, que no le daba de comer, que me iba de fiesta, puras cosas que no fueron ciertas y al final del día he querido llegar a un acuerdo con el papá, pero simplemente no me lo permite, no me deja hablar con ella”, indicó.
Para rematar, el juez que lleva el caso, es Julio Vargas Domínguez, quien con anterioridad ha sido señalado por no aplicar perspectiva de género y otorgar custodias a padres presuntamente agresores. “Yo le pedí que terminara el juicio porque estuve muy delicada de salud, tengo lupus y mis riñones no estaban funcionando y ni así accedió (…) he oído muchas cosas de este juez y tengo miedo”, declaró.
Hoy en día, Alejandra sólo pide que le devuelvan a su hija y que el juez tome en cuenta todo lo que hizo el padre previamente. En este punto, también pidió que dejen de revictimizar a su hija, ya que le dan detalles del juicio y la presionan para hablar cuando la niña se niega.
El Sol de Puebla ya había dado a conocer que Julio Vargas Domínguez ha enfermado, de acuerdo con colectivas feministas, esto ha generado que más de la mitad del año se encuentra en hospitales. Al no estar presente, retrasa los procesos de violencia contra las mujeres y se ha prestado a que existan actos de corrupción. Hicieron un exhorto para que pida su baja, incluso este medio solicitó la postura del poder Judicial del Estado de Puebla, pero no hubo respuesta.
También hay que recordar que el pasado 11 de febrero, Rocío Macías Salas, dio a conocer que Julio Vargas Domínguez, quien es titular del Juzgado Segundo de lo Familiar, otorgó en 2021 la guarda y custodia de su hija a su ex pareja. Sin embargo, no tomó en cuenta que este hombre tenía una denuncia por abuso sexual.
De igual modo, La Jornada de Oriente, informó del caso de Víctor Hugo Rodríguez, quien obtuvo el Reconocimiento Othli en el 2019 de parte de la Embajada de México y quien denunció presuntos actos de corrupción por parte de Vargas Domínguez, quien, supuestamente está coludido con un despacho de abogados y demora un juicio testamentario.
