Derivado que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación para legislar con el fin de que las personas con VIH o SIDA puedan contraer matrimonio y que la entidad ocupa la sexta posición a nivel nacional con más casos notificados de personas que tienen el padecimiento durante el periodo del 1983 al 2022, el Congreso de Puebla debe poner sobre la mesa el tema, consideró el doctor de la Universidad Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), José Manuel Madrazo Cabo.
En abril pasado, el organismo hizo el exhorto al gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina y al Poder Legislativo para modificar el Código Civil del Estado porque impedir el matrimonio entre personas con el virus de la inmunodeficiencia humana y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida vulnera los derechos humanos para formar una familia, la igualdad y la no discriminación.
De acuerdo con la fracción ocho del artículo 299 del Código Penal, son impedimentos para contraer matrimonio las siguientes causas:
“El alcoholismo crónico, la impotencia física incurable para entrar en el estado matrimonial o cualquier enfermedad que sea además contagiosa y hereditaria”.
También se encuentra el parentesco por consanguinidad sin limitación de grado en línea recta, ascendente o descendente, estar casado al tiempo en que se pretenda contraer otro, la locura, la violencia por condición de género en cualquier tipo y el delito de homicidio consumado o intentado por quien pretenda casarse.
Más de 15 mil casos en Puebla
Ante la duda de cuántas personas son afectadas por la enfermedad, el documento del programa especial de sexualidad, salud y VIH diagnóstico 2022 de la CDH México, tiene registrado que de 1983 al 18 de abril del 2022 han sido notificados 336 mil 515 casos por VIH.
Del total, el 81.5 por ciento, es decir, 274 mil 460 son hombres y el 18.5 por ciento a mujeres, lo que equivale a 62 mil 55.
La transmisión del virus se propaga con mayor frecuencia entre personas de 25 a 29 años de edad, después se encuentran de 30 a 34 años, 35 a 39 años y 20 a 24 años, así lo evidenció el documento, que también especificó la transmisión sexual como la principal forma en la que hombres y mujeres se contagian. El listado incluye además otras opciones como personas usuarias de drogas inyectables y la transmisión sanguínea.
Con 15 mil 406 casos notificados, el estado de Puebla ocupa la sexta posición a nivel nacional con más personas a las que les han dicho que padecen VIH.
La primera posición fue ocupada por la Ciudad de México con 46 mil 241 personas, seguido se encuentra Estado de México que tuvo 33 mil 651.
El tercer, cuarto y quinto lugar fueron para Veracruz, Jalisco y Chiapas con 31 mil, 19 mil y 17 mil casos notificados, respectivamente. Por el contrario, los estados de Aguascalientes y Zacatecas se encuentran al final de la lista con dos mil 40 y dos mil 60.
Debe realizarse un parlamento abierto
Ante la perspectiva del doctor José Manuel, el Congreso local debe realizar un parlamento abierto en el que participen doctores, personas con VIH y diputados locales, para escuchar la voz de los especialistas respecto al tema y analizar la dirección bajo la que se regirán los tomadores de decisiones a fin de evitar atentar contra los derechos humanos, pero, detectar las consecuencias que podría ocasionar.
El especialista de la universidad opinó que la postura de la comisión es evitar que se atente contra los derechos humanos de las personas enfermas que buscan crear una familia. Sin embargo, consideró que el análisis debe ser apegado a que el posible cónyuge esté al tanto de la situación y se evite poner en riesgo su salud.
Sobre dicho punto, ejemplificó que puede ponerse en riesgo al posible esposo o esposa de la persona enferma, en caso de que no tenga la enfermedad o se afecte un embarazo cuando la madre sea contagiada.
“Se pretende evitar la vulneración de los derechos humanos a favor de formar una familia, pero, es importante entender que las personas con VIH tiene el problema de la transmisión y no viene muy claro cuáles van a ser las directrices”, comentó.
Por lo anterior, se pronunció a favor de que los expertos analicen el tema para determinar hasta dónde es viable el proyecto y hasta dónde no.
VIH y SIDA, enfermedades con estigmas
La discriminación, el aislamiento en contra de la persona que padece VIH o SIDA y las críticas constantes, son algunas de las situaciones a la que se enfrentan las personas con los padecimientos por los estigmas que existen al respecto y que principalmente afectan a la comunidad LGBTTTIQ+.
Lo anterior debido a que los primeros cinco casos registrados en 1981 correspondieron a hombres homosexuales, por lo que erróneamente se creó la idea de que es una enfermedad que ataca a quienes tienen una orientación sexual diferente a la heterosexual.
El texto de la CNDH reconoció que en la sociedad mexicana existe una constante violación a los derechos de la comunidad diversa, así que también exigió una capacitación a los servidores públicos con el fin de que ejerzan su trabajo de manera objetiva.
Múltiples investigaciones científicas han aclarado que cualquier persona puede contraer VIH por medio de relaciones sexuales sin protección, a través del contacto con sangre o jeringas.
Cabe mencionar que el VIH es un retrovirus que infecta las células del sistema inmunitario y las destruye o altera su funcionamiento, dicha situación desencadena el deterioro progresivo de dicho sistema y produce una deficiencia inmunitaria.
El tratamiento de la infección se llama antirretroviral y es una combinación de medicamentos que se debe tomar a diario. No obstante, cuando las personas no ingieren los fármacos, la enfermedad avanza y da pie al SIDA, que es la última etapa del VIH porque incrementa la presencia del virus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha explicado en algunos textos que con un adecuado tratamiento, el VIH y el SIDA es completamente controlable, así que se logra ser seropositivo, lo que significa que la persona con la enfermedad ha generado anticuerpos contra el microorganismo.
En voz de Edgar y David, una pareja gay que reside en Oaxaca, pero visita constantemente Puebla para visitar a sus familiares, prohibir el casamiento por tener VIH es otra forma de discriminación debido a que limitan su desarrollo.
Subrayaron que habrá personas con la enfermedad que quieran casarse y otras que prefieran no hacerlo, pero deberían tener la posibilidad de decidir.
“Puede que nosotros no queremos casarnos, pero habrá alguien que sí y no puede, aunque ya no vivimos aquí (en Puebla) es violatorio que en pleno siglo XXI no puedan casarse las personas por tener VIH, algo menos agresivo que tener diabetes”.
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