La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) rechazó por segunda ocasión un proyecto de trabajos de minería a cielo abierto en el municipio de Guadalupe Victoria, el cual pretendía estar activo durante un periodo de 20 años.
De acuerdo al informe de la Gaceta Ecológica número 17 de este año, dicho proyecto consistiría en la extracción de materiales pétreos y sus derivados de una mina a cielo abierto, con el fin de comercializarlo de manera local y regional. Esta comercialización se realizaría particularmente en la localidad de San Luis Atexcal y en las inmediaciones del cerro conocido como Las Derrumbadas, en el predio Loma de las Ánimas.
El documento indica que, la zona donde proyectaban llevar a cabo esta actividad minera, está vegetado por un bosque de pino en la parte sur, bosque de pino-encino en la parte central y matorral desértico rosetófilo en la parte norte, donde predominan las especies de pinus pseudostrobus, nolina y quercus (un tipo de árbol).
Este proyecto de minería a cielo abierto estaría encabezado por la empresa “Tecno Asfaltos de Oriente S.A de C.V” quien desde agosto de 2019 hizo una primera solicitud para que le permitieran el cambio de uso de suelo de 14.29 hectáreas para un tiempo de vida útil de 20 años, sin embargo, en aquel momento, la empresa ya contaba con sellos de clausura por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).
El segundo ingreso para revisión y aprobación del proyecto, lo llevaron a cabo el pasado 17 de diciembre, no obstante, la SEMARNAT nuevamente considero improcedente el propósito de “Tecno Asfaltos de Oriente S.A de C.V” en tierras poblanas.
De acuerdo a la SEMARNAT, algunas de las afectaciones de la minería a cielo abierto son contaminación hídrica, contaminación atmosférica, remoción y socavamiento del suelo, pérdida de biodiversidad y contaminación del suelo, por mencionar algunas.
Cabe recordar que a finales del 2020, la SEMARNAT también rechazó un proyecto de la minera canadiense Almaden Minerals, la cual pretendía abrir una mina de oro y plata a cielo abierto en la sierra norte de Puebla, la cual, además de representar riesgos ambientales, consumiría alrededor de 5 millones de litros de agua diarios en la comunidad indígena para las actividades de extracción, hecho por el que en su momento la comunidad y organizaciones civiles se mostraron en contra.