Para representar a Jesús en la procesión de Viernes Santo es necesario cumplir con requisitos que van más allá de la capacidad de cargar una cruz de madera de 120 kilos durante tres kilómetros. Aunque suponga lo contrario, la preparación física no es tan relevante como la espiritual, narra Miguel de La Rosa, quien este año representará dicho papel en la junta auxiliar de Romero Vargas.
Originario de esta localidad ubicada en la ciudad de Puebla y con 47 años de edad, Miguel narra que este papel no es ocupado por cualquier persona que así lo desee. Al ser un personaje muy respetado entre esta comunidad creyente, quien lo realice debe cumplir con una serie de criterios indispensables.
Un ejemplo de esto es que, él esperó 33 años para tener la oportunidad de ‘ser Jesús’. No consume bebidas alcohólicas ni fuma, mucho menos se droga. También debe estar “o muy casado o muy soltero”, es un requisito indispensable, afirma.
“No podemos estar a medias entre sí o no, debemos estar casados por la iglesia como lo marca la religión o estar solteros pero sin ningún tipo de relación a medias”, agrega.
Condición física es segundo plano
Pese a que debe cargar una pesada cruz durante un camino con una pendiente muy pronunciada, aunado a los azotes en el cuerpo que debe soportar por parte de quienes representan a los romanos durante varias horas, la condición física pasa a segundo plano, asegura.
Miguel pesa 50 kilos, siempre ha sido de complexión delgada, pero eso no le arrebató la motivación.
“A lo mejor cualquiera lo puede hacer, pero no es fácil aguantar los golpes, el recorrido que, de los tres, dos son de subida y la cruz, se puede decir que pesa el doble que yo”, señala.
“¿Entonces mantienes algún tipo de entrenamiento físico o tienes una dieta especial?”, cuestiona El Sol de Puebla, pues este 2024 es el segundo y último año de Miguel representando este papel.
“No, de hecho no, de trabajo físico lo que hago es irme en bicicleta al trabajo, en temas de alimentación no ha cambiado nada, todo lo normal (…) físicamente te metes al papel pero te mentalizas”, responde.
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“La fe es la que protege”
Miguel asegura que su fe lo protegió de los golpes que recibió el año pasado, durante su primera vez ocupando este papel. Para aquellos que no ha asistido a esta procesión en la Romero Vargas, es importante resaltar que es una de los más grandes y representativos de la capital poblana.
Dura casi toda la tarde este evento, en medio del sol y rodeado por un poco más de dos mil personas al año, quien represente a Jesús no solo debe caminar por un largo trayecto, sino que también debe soportar una larga exposición al sol y los golpes simultáneos de un grupo de romanos.
“¿Te soy sincero? Yo creo que fue tanto mi amor, la fe, que terminé un 80 por ciento bien, muchos se quedaron sorprendidos porque no terminé con llagas en los pies, mi espalda tuvo moretones pero muy ligeros, y eso que fueron muchos latigazos”, señala.
Contrario a lo que podría suponerse, lo que más teme Miguel de la representación no son los golpes, mucho menos la resistencia que debe tener para cargar esta cruz, sino que es hablar en público. La idea de hablar con un micrófono en frente de tantas personas es lo que realmente atemoriza, recuerda.
“Ahora eso me sigue poniendo nervioso, pero solo me pongo a pensar en qué debo mirar hacia otro punto, hacer como si no pasara nada y continuar”, relata.
El consejo para vencer los señalamientos
Por su complexión delgada y su estatura, Miguel recibió diversos señalamientos cuando interpretó por primera vez este papel, después de varios años de espera.
Ahora, busca que nadie, con esta misma aspiración, se sienta de la misma manera.
“El primer año sí como que muchos dudaban, ‘no vas a aguantar, no vas a llegar, estás muy delgado’, era lo que más me decían, pero mira, gracias a Dios y la fe llegué sano y salvo a terminar mi crucifixión”, presume.
No cumplir un estereotipo no está mal. Miguel se tiñó el cabello, elaboró su vestuario, confió en sí mismo, y logró satisfactoriamente su propósito. “Lo que me ha ayudado a cumplir es más que nada la fe, y mi mamá que me cuida desde el cielo”, concluye.
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