Puebla se mostró indiferente cuando inició el movimiento de independencia en 1810 con la arenga de Dolores, era de las ciudades más fieles a la corona española por el hecho de que gran número de españoles vivían en la ciudad y no podían apoyar una guerra que tenía como objetivo retirarles sus privilegios.
El historiador Eduardo Gómez Haro señala en su libro “La ciudad de Puebla y la Guerra de independencia” que al estallar la lucha dirigida por el Cura Miguel Hidalgo y Costilla, en la entidad se formaron grupos para defender a la corona.
Incluso, durante el primer año de la guerra destaca el hecho de que el entonces Obispo, Manuel Ignacio González del Campillo excomulgó al cura Hidalgo, a Aldama y Allende por haberse revelado contra la corona, ya que no era bien visto que un sacerdote encabezara actos de rebelión.
Por su parte el historiador, David Sánchez Sánchez, señaló que en el periodo denominado como la insurgencia hubo una etapa en donde ocurrieron batallas tanto a favor como en contra de los españoles.
“Puebla como territorio central de Nueva España, situado estratégicamente, tuvo momentos a favor y en contra de esa insurgencia, hubo revueltas en la Sierra Norte con la dirección de José Francisco Vallejo Osorno, donde comenzaron cierta apertura en favor de establecer un gobierno autónomo”.
El historiador explicó que los grupos para respaldar el movimiento de independencia surgieron cuando las y los poblanos observaron que el imperio Francés estaba ganando dominio, ya que tenía el control de la monarquía y el papado, motivo por el que optaron por apoyar la idea de una nación independiente.
Respecto a las batallas libradas en Puebla en los primeros años de la guerra enlistó la de Huauchinango en 1811, la de Izúcar de Matamoros en 1812, en Temalaca en 1815 y en Acatlán de Osorio en 1816, aunque solo la segunda de ellas fue ganada por los insurgentes.
Aunque en 1811 aparecieron los primeros brotes de rebeldía en Puebla liderados por José Francisco Vallejo, enseguida las regiones de Tehuacán e Izucar de Matamoros respaldaron las acciones de José Maria Morelos y Pavón.
Morelos fue capturado en 1815 en Temalaca, Puebla, aunque su juicio y fusilamiento ocurrió en Ecatepec, Estado de México.
