Un día después de la elección el priista Enrique Doger Guerrero reconoció su derrota como candidato a la gubernatura del estado a manos de la panista Martha Erika Alonso, pero sin contemplar que vaya a renunciar o cambiarse de partido por su primer fracaso electoral en su vida política.
Asumió la responsabilidad total del fracaso del primero de julio y aunque todo apunta a que el PRI pasará a ser la tercera fuerza política del estado, de ninguna manera quiere decir que esté muerto o vaya a desaparecer.
En conferencia de prensa en la sede estatal del partido y acompañado por la dirigencia estatal, Doger Guerrero externó que no está obsesionado con una nueva candidatura a la gubernatura, aunque tampoco puede descartarse ninguna posibilidad.
De su futuro inmediato dijo que primero tomará un descanso para luego explorar el abanico de posibilidades, sin que necesariamente deba ser dentro de la política, al recordar que sus orígenes profesionales vienen de la academia.
Agradeció los casi 500 mil votos que obtuvo su candidatura, señalando que el efecto Andrés Manuel López Obrador influyó de manera decisiva para que los resultados fueran desfavorables hacia su propuesta.
“Reconocemos claramente que no nos favorece el resultado en esta contienda. Cuando uno participa en una contienda democrática uno tiene que estar sujeto a los resultados y la ciudadanía se ha expresado. Aunque no nos guste el resultado, en una contienda democrática es lo que hay que hacer”.
Doger Guerrero descartó que vaya a impugnar el resultado, caso contrario con la defensa de 81 municipios, donde el Revolucionario Institucional se alzó con el triunfo.
Dejó en manos de la dirigencia estatal el tema de los traidores, pero destacó la importancia de realizar un ejercicio de reflexión interna y de autocrítica sobre lo ocurrido, analizando también lo que ha pasado en el escenario nacional.
Sostuvo que el PRI no está en proceso de extinción en el estado, pues, pese a perder la gubernatura, se alzó con el triunfo en 81 municipios, recuperando algunos que estaban en manos de otras fuerzas políticas, como el caso de Cuetzalan, Xicotepec de Juárez y Zacatlán.
Enrique Doger Guerrero reiteró su postura por mantenerse dentro de las filas del tricolor y defendió su candidatura señalando que la decisión de participar fue porque las estadísticas lo ubicaron como el priista más competitivo. Asimismo, sentenció que en ningún momento de la campaña simuló trabajo, puesto que la intención siempre fue realizar un buen papel para verse favorecido con el voto popular.
