Patrullas municipales y vehículos oficiales del ayuntamiento descompuestos, restos de animales y toneladas de basura se han convertido en un foco de contaminación en la comunidad de Cohuatichan, en el municipio de Cuetzalan del Progreso, debido a un relleno sanitario irregular que opera desde hace medio siglo, pese a no tener las condiciones para mitigar el impacto ambiental. Esto ha desencadenado enfermedades que, a decir de los pobladores, derivan en frecuentes malestares gastrointestinales.
A tan solo 10 minutos del centro de Cuetzalan, que cuenta con el distintivo de “Pueblo Mágico”, se ubica este tiradero al aire libre en la comunidad de Cohuatichan, donde actualmente un grupo de pobladores ha cerrado el paso a los camiones de basura del gobierno municipal para evitar que sigan llevando la basura a este espacio, pues ha generado un foco de infección.
El Sol de Puebla acudió a este sitio ubicado a más de tres horas de camino desde la capital poblana, donde según comentaron los habitantes, diariamente los camiones dejaban 17 toneladas de basura para que después otros vehículos se la llevaran a un lugar del que desconocen, sin embargo, lo que recogían era menos del total, por lo que así se fue acumulando.
Desde hace más de 50 años este predio de 29 hectáreas se ha utilizado como “relleno sanitario”, ya que a la fecha suman dos que cumplieron su vida útil, uno de estos fue cubierto por tierra, mientras que el otro, que fue clausurado el año pasado por las autoridades municipales y federales (no por las anomalías, sino por haber concluido el tiempo de utilidad) se ha tapado con la flora que crece.
Sin embargo, el depósito de los desechos persistió en otro punto, donde según los testimonios solo era un centro de transferencia para que los camiones de basura llevaran las toneladas y después otros automotores las recolectarán para dejarlas en un lugar apartado de ahí. Esto desembocó que los habitantes también acudieran a dejar su basura a este espacio, lo que sumó a que cada vez más creciera la montaña de desperdicios.
Patrullas y maquinaria pesada parte de la basura
Escondido por la naturaleza, es cómo pasa desapercibido el tiradero, no obstante, al adentrarse en un camino de poco más de un kilómetro a pie se puede constatar la suciedad, puesto que todo comienza con pequeñas basuras, pero poco a poco se encuentra escombro, bultos de papel, aceite de carros, bancas de escuela, patrullas municipales, vehículos oficiales del gobierno y hasta maquinaria pesada como excavadoras.
En entrevista, Alejandro Carmona, vecino de la localidad, comentó que hace más de cinco años dejaron estos vehículos arrumbados, por lo que ya suman poco más de siete unidades las que se albergan en dicho predio, aunado a camionetas del ayuntamiento de Cuetzalan encabezado actualmente por Gerson Calixto.
Por si esto fuera poco, también hay camiones de basura descompuestos que fueron abandonados y pantallas de computadoras, así como de televisiones.
“Desde hace 25 años hemos querido terminar con esto (…) no sé qué autoridad nos tenga que ayudar, ¿qué le vamos a heredar a nuestros hijos? (…) se están preparando enfermedades para el futuro, aunque digan que no, pero sí, porque todos los días estamos inhalando esa fuerza del tiradero”, opinó.
Durante el recorrido por este sitio se pudo observar que estas unidades lucen olvidadas y casi cubiertas por la hierba de la zona. Esto solo es lo primero que se encuentra en la entrada del tiradero, ya que más adelante hay toneladas de desechos plásticos, entre otros.
Restos de animales provocan riesgos
Igualmente, en este punto los carniceros de la comunidad optaron por dejar los restos de animales porcinos y pollos, en bolsas o simplemente expuestos, lo que atrajo a varios perros que con el paso del tiempo se reprodujeron hasta formar jaurías de más de 60 caninos, los que en su mayoría se volvieron agresivos y atacaban a quienes cruzaran por el lugar que es paso para algunas viviendas y centros turísticos.
El temor de los vecinos se concentró en no poder pasar para acudir a su trabajo, las escuelas o cualquier otro destino, pues este es el principal camino para salir hacia la carretera federal. Catalina García, quien vive a unos metros del tiradero comentó que en varias ocasiones vio cómo los perros correteaban y querían morder no solo a adultos, sino a niños pequeños, por lo que solicitaron apoyo de las autoridades.
Aunque no hubo respuesta, una organización creó un refugio para los perros, pero esto no solucionó por completo el problema, ya que no todos los caninos fueron atrapados y continuó creciendo el número de animales en la zona. Al igual, esta situación provocó la llegada de zopilotes, que incluso “pintaban” de color negro la vialidad y en últimas fechas los colonos han observado una serpiente de gran tamaño que causa pánico entre los peatones.
En palabras de Alberto Carmona, otro vecino, “el lugar es un tiradero de deshechos, pero también de huesos”, ya que se observa un declive lleno de estos, que cuando están frescos emiten olores desagradables que llegan hasta las viviendas aledañas.
Fluidos llegan a manantiales
El problema se acrecienta al exponer que debido a que este punto no tiene una membrana que cubra la zona, así como colectores de lixiviados (sustancias de los residuos) y gases, desencadena que estos se filtren al suelo, lleguen a los mantos acuíferos que abundan en el municipio y se distribuyan a manantiales y lagunas que abastecen a comunidades como Ixtahuata, Tepetzalan, Cuauhtamazaco y Tzanatco.
Oscar Salgado, colono, comentó que este predio está en la parte alta del municipio de Cuetzalan, por lo que los fluidos de la basura bajan hacia las grutas y los manantiales, que a su vez llegan a las casas de las comunidades cercanas, en donde ocupan el líquido para trabajos domésticos, pero en algunos casos también para consumo humano.
Detalló que es así que se han registrado enfermedades estomacales, ya que, de acuerdo con un estudio de un grupo de estudiantes de Ciencias Ambientales, se descubrió que el agua contiene heces fecales, así como otras sustancias contaminantes que interfieren en la salud de la población.
Tras lo anterior los pobladores pidieron que el edil Gerson Calixto Dattoli tomara cartas en el asunto, sin embargo, no hubo respuesta más que de los regidores, quienes les informaron de la colocación de lonas para advertir que tirar basura en ese lugar está prohibido y aquellos que hagan caso omiso serán sancionados conforme a la ley con un monto de 3 mil pesos.
Pese a que los camiones de basura son del ayuntamiento, no se les dio alguna postura de ello, por lo que fue hace tres semanas que los ciudadanos se organizaron para frenar esta situación y así exhortar a las autoridades correspondientes para limpiar el predio y crear un relleno sanitario bajo la normativa ambiental.
“Lo que nosotros pedimos es el cierre total, que ya no vengan a tirar la basura, que se haga la limpieza de este espacio y tienen que llevar los residuos de basura a otro lugar, que ya lo hagan con un mejor plan de recolección, manejo y de disposición”, declaró.
Cabe mencionar que esta casa editorial solicitó la postura del gobierno municipal de Cuetzalan, encabezada por Gerson Calixto Dattoli, no obstante, al cierre de esta edición no hubo respuesta alguna.
