/ jueves 17 de febrero de 2022

San Miguel Papaxtla, una isla de pobreza y rezago en la zona metropolitana de Puebla

La terracería predomina en las calles y los pobladores deben viajar hasta una hora para acceder a servicios médicos

Desde la entrada, es notoria la serie de rezagos que enfrenta San Miguel Papaxtla, una comunidad de la zona metropolitana de Puebla, ubicada en el municipio de San Jerónimo Tecuanipan, donde el alumbrado público es escaso, el agua en las viviendas llega cada diez días, la terracería predomina en las calles y donde los pobladores deben viajar hasta una hora para contar con los servicios médicos, ante la falta de una casa o centro de salud, inmueble que demandan desde hace décadas.

Una vía que se desprende de la carretera Paso a Cortés -principal ruta de evacuación del volcán Popocatépetl- es la responsable de conectar esta comunidad con los municipios de San Pedro Cholula o Nealtican, y justamente este trazo refleja parte de la vida diaria de los más de mil 800 habitantes, quienes coinciden en sentirse olvidados por las autoridades de los tres niveles de gobierno.

El tramo carretero no tiene luminarias y fue marcado en medio de campos de cultivo, principalmente de maíz, donde se observa a adultos y niños realizar actividades para generar producciones.

También en esta línea es común encontrarse mujeres y niñas con carga de varas secas en sus espaldas o que transportan en carretillas, materia prima que usan para sustituir el gas (que no tienen) en las labores domésticas.

Ya en la mancha habitacional de Papaxtla se observan decenas de amplias viviendas en obra negra o sin habitar, producto del fenómeno migratorio, construidas con las remesas enviadas por los migrantes que pocas veces vuelven.

Segú estimaciones de la gente, cada año un promedio de 50 personas, generalmente hombres, emprenden el sueño americano en busca de mejorar sus ingresos y la calidad de vida de sus consanguíneos.

Entre las grandes construcciones de cemento también destacan hogares levantados con adobe y techos de lámina de asbesto, mismos que reflejan contrastes y los rezagos presentes, donde algunos habitantes aún están a la espera de la red de drenaje o del pavimento de sus caminos.

Pese a los déficits en este territorio, donde sólo ingresa una ruta de transporte público, las voces ciudadanas los minimizan cuando hablan de las verdaderas necesidades, las cuales, las centran en una casa o centro de salud, pues afirman que no hay consultorios médicos privados, ni siquiera de un médico general, y menos de un especialista.

Es hasta la cabecera local de Tecuanipan o en San Pedro Cholula – ambos puntos localizados a una hora de distancia- a donde deben recurrir para recibir atención médica, ya sea gratuita o particular, aunque para ello deben destinar 50 pesos de pasaje por persona, gasto que resulta elevado, pero requerido en caso de una emergencia.

En el tema educativo, la comunidad tiene preescolar, primaria, secundaria y un bachillerato digital, pero el año pasado, este último estuvo a punto de quedarse sin maestro por la baja convocatoria de alumnos, pues la deserción es otra problemática presente, ya que varios de los adolescentes, al concluir la secundaria, prefieren integrarse al ámbito laboral, casi siempre relacionado con el campo, o emigrar a Estados Unidos.

La zona de las escuelas y de la presidencia auxiliar, son los dos puntos donde la red inalámbrica de internet funciona para dar servicio a la comunidad, ante la importancia de la oficina del Registro Civil y del suministro para las aulas educativas, principalmente del bachillerato digital.

Al territorio sólo ingresa una ruta de transporte público. Foto: Bibiana Diaz | El Sol de Puebla

POBLACIÓN VIVE AL DÍA

San Miguel Papaxtla es un lugar con belleza natural, porque alberga el cerro Tecajete, el cual ya es explotado por la industria de la construcción por el material que alberga. Su iglesia es pintoresca, aunque la mayoría de las horas permanece cerrada, salvo el domingo, día donde la población se concentra en el zócalo, sitio que se distingue del resto por ser el único en contar con pavimento.

Entre semana, la vida de los pobladores de Papaxtla se centra en trabajar los sembradíos de granos básicos o nopal, laborar en el cerro Tecajete o en ir y venir de Cholula o la Ciudad de Puebla, donde varios desempeñan jornadas.

Esto ha generado que las calles, durante el día, luzcan vacías, pues la comunidad infantil que estudia lo hace de manera presencial, porque el internet es un servicio que sólo lo tienen quienes pueden pagarlo (muy pocos).

En una vivienda, donde tres de sus moradoras accedieron a platicar con este medio sobre las necesidades que enfrenta Papaxtla, se conoció que el drenaje, la pavimentación de las calles y el alumbrado son servicios poco vistos en esta comunidad.

Lizbeth Sánchez expuso la principal necesidad: “nos falta un centro de salud, queremos este espacio”. Explicó que en Tecuanipan hay un Centro de Salud con Servicios Ampliados, pero deben destinar más de una hora para llegar a ese sitio para pedir, primero. una cita a consulta. y luego regresar al otro día para recibirla.

Expuso que el tiempo no es el obstáculo que enfrentan para ir al CESSA, sino la falta de servicio de transporte público, porque sólo ingresa una ruta, la cual llega a San Pedro Cholula y no a Tecuanipan, que es su cabecera, y eso obliga a transbordar.

Las declarantes acusaron que el rezago social en Papaxtla se debe a la falta de trabajo de los gobernantes, principalmente de los presidentes municipales, como sucedió con el último, Felipe Aponte, a quien sólo vieron en tiempos de campaña y después desapareció.

Sobre el gasto familiar, las mujeres entrevistadas coincidieron en que es bajo, porque la mayoría de los alimentos que consumen son granos básicos y la carne es comprada solo una vez a la semana, por su alto costo.

En otro hogar de esta junta auxiliar, Eudiel Xopa precisó: “la verdad necesitamos que los gobiernos nos echen más apoyo, porque hay unos baches bien buenos (…) dice el dicho ‘pasa una embarazada y ahí se alivia’ y hace falta el centro de salud, porque no tenemos y pues aquí todo tarda en atenderse, desde una fractura en drenaje hasta atender una lámpara, porque el año pasado se tapó el drenaje y pedimos apoyo al municipio y pues no nos hizo caso, porque sólo suelen apoyar si son amigos o los apoyaron en campaña”.

El poblador señaló que los jóvenes, al ver la situación de Papaxtla, prefieren emigrar, porque “quienes nos quedamos, vivimos al día. En mi caso soy albañil y ganó mil 500 pesos por semana y apenas me alcanza”.

En otra casa, don Crisóforo, de 50 años de edad, puntualizó: “estamos desamparados y pedimos ayuda, porque no tenemos apoyo, llegan algunos, pero no sabemos a quiénes se los dan, porque desde el temblor (2017) mi casa se afectó y vino el municipio, pero nada más la vio y no hizo nada. Sigue así”.

El habitante dijo que otra urgencia es la pavimentación en las zonas donde hay viviendas, porque hay casas que sufren de inundaciones por lo mismo.

Las calles suelen lucir vacías debido a la migración de los hombres y jóvenes en busca de una vida mejor. Foto: Bibiana Diaz | El Sol de Puebla

UNA “ISLA DE POBREZA”

En sus últimas horas como presidente subalterno de San Miguel Papaxtla, David Teles Rosas calificó de triste ver las carencias sociales que enfrenta esta comunidad, la cual comandó administrativamente en los últimos tres años, tiempo donde con apenas 10 mil pesos de participaciones por mes, desprendidos de los 26 millones del techo financiero anual del municipio, tuvo que dar soluciones a las problemáticas que el ayuntamiento del ex alcalde Felipe Aponte Tellez no dio.

Recordó que cuando tomó el cargo se encontró una comunidad sin agua potable y no por la falta de infraestructura, sino por los adeudos acumulados en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), lo que hizo que le cortaran el suministro de luz al único pozo.

Se encontró con una unidad habitacional oficial en pésimas condiciones y un sinfín de rezagos, porque en esta comunidad los servicios básicos de agua potable, drenaje y electricidad predominan, mientras que el resto están en lista de espera.

A lo largo de su trienio, contó que existieron avances propiciados por la presidencia auxiliar, la comunidad migrante y los propios pobladores, que en conjunto resolvieron problemas que correspondía atender al municipio, como destapar drenajes, pavimentar algunos tramos, cubrir adeudos y reparar inmuebles.

El ex edil Felipe Aponte sí realizó algunas obras, continuó, pero más de una reflejó mala planeación en la ejecución de los recursos, porque pavimentó una calle para beneficiar a siete familias, cuando había tramos que eran más prioritarios y generarían un impacto social mayor.

Papaxtla sólo tiene dos calles de concreto hidráulico, pero enfrenta rezagos y problemáticas como la falta de una casa o centro de salud, pero el Ayuntamiento anterior se negó a pagar los 6 mil pesos que cobraba un médico para cubrir esta demanda.

La deserción escolar está presente, el año pasado 90 niños cursaban el preescolar, 300 la primaria, 70 la secundaria y más de 50 el bachillerato, pero justo en ese tiempo se estuvo en riesgo de perder el registro del último por falta de alumnos.

La migración también está presente, pero ésta en lugar de afectar, favorece, porque de las remesas las familias tienen un poco más de ingresos, aunque quienes no tienen este apoyo apenas y viven con 3 mil pesos al mes, que es el ingreso promedio en la población sin contar el dinero de los migrantes.

“Estamos tan cerca de la zona metropolitana, pero pareciera que estamos al ladito de la Sierra, donde hay comunidades en condiciones de pobreza, porque en mi comunidad hay pobreza extrema, porque tenemos servicios básicos, pero falta mucho por hacer, porque en mi periodo logré reactivar el agua potable, pero ha sido titánico que las familias tengan el suministro cada diez días, por lo costoso de la luz, pues los recibos nos llegan de más de 20 mil pesos, cuando tenemos participaciones de 10 mil pesos”, compartió.

Indicó sentirse orgulloso de los logros obtenidos, porque la comunidad ya tiene pavimentadas cuatro calles y agua, pero recalcó que dichas obras fueron impulsadas por la propia población, porque el exalcalde Felipe Aponte y el actual edil, Ángel Cuanalo, quien fue regidor de obras en la pasada administración, frenaron el progreso de esta comunidad y solo favorecieron a sus allegados.

“Esta comunidad no tiene el respaldo del municipio, porque lejos de tener obras apegadas a la realidad en relación al presupuesto, hacen acciones infladas económicamente y sólo para algunos, además de que no toman en cuenta a Papaxtla, porque, aunque es junta auxiliar de Tecuanipan, no colinda con la cabecera ni con la otra comunidad del municipio y eso la convierte en una isla olvidada para el Ayuntamiento”, concluyó.

Desde la entrada, es notoria la serie de rezagos que enfrenta San Miguel Papaxtla, una comunidad de la zona metropolitana de Puebla, ubicada en el municipio de San Jerónimo Tecuanipan, donde el alumbrado público es escaso, el agua en las viviendas llega cada diez días, la terracería predomina en las calles y donde los pobladores deben viajar hasta una hora para contar con los servicios médicos, ante la falta de una casa o centro de salud, inmueble que demandan desde hace décadas.

Una vía que se desprende de la carretera Paso a Cortés -principal ruta de evacuación del volcán Popocatépetl- es la responsable de conectar esta comunidad con los municipios de San Pedro Cholula o Nealtican, y justamente este trazo refleja parte de la vida diaria de los más de mil 800 habitantes, quienes coinciden en sentirse olvidados por las autoridades de los tres niveles de gobierno.

El tramo carretero no tiene luminarias y fue marcado en medio de campos de cultivo, principalmente de maíz, donde se observa a adultos y niños realizar actividades para generar producciones.

También en esta línea es común encontrarse mujeres y niñas con carga de varas secas en sus espaldas o que transportan en carretillas, materia prima que usan para sustituir el gas (que no tienen) en las labores domésticas.

Ya en la mancha habitacional de Papaxtla se observan decenas de amplias viviendas en obra negra o sin habitar, producto del fenómeno migratorio, construidas con las remesas enviadas por los migrantes que pocas veces vuelven.

Segú estimaciones de la gente, cada año un promedio de 50 personas, generalmente hombres, emprenden el sueño americano en busca de mejorar sus ingresos y la calidad de vida de sus consanguíneos.

Entre las grandes construcciones de cemento también destacan hogares levantados con adobe y techos de lámina de asbesto, mismos que reflejan contrastes y los rezagos presentes, donde algunos habitantes aún están a la espera de la red de drenaje o del pavimento de sus caminos.

Pese a los déficits en este territorio, donde sólo ingresa una ruta de transporte público, las voces ciudadanas los minimizan cuando hablan de las verdaderas necesidades, las cuales, las centran en una casa o centro de salud, pues afirman que no hay consultorios médicos privados, ni siquiera de un médico general, y menos de un especialista.

Es hasta la cabecera local de Tecuanipan o en San Pedro Cholula – ambos puntos localizados a una hora de distancia- a donde deben recurrir para recibir atención médica, ya sea gratuita o particular, aunque para ello deben destinar 50 pesos de pasaje por persona, gasto que resulta elevado, pero requerido en caso de una emergencia.

En el tema educativo, la comunidad tiene preescolar, primaria, secundaria y un bachillerato digital, pero el año pasado, este último estuvo a punto de quedarse sin maestro por la baja convocatoria de alumnos, pues la deserción es otra problemática presente, ya que varios de los adolescentes, al concluir la secundaria, prefieren integrarse al ámbito laboral, casi siempre relacionado con el campo, o emigrar a Estados Unidos.

La zona de las escuelas y de la presidencia auxiliar, son los dos puntos donde la red inalámbrica de internet funciona para dar servicio a la comunidad, ante la importancia de la oficina del Registro Civil y del suministro para las aulas educativas, principalmente del bachillerato digital.

Al territorio sólo ingresa una ruta de transporte público. Foto: Bibiana Diaz | El Sol de Puebla

POBLACIÓN VIVE AL DÍA

San Miguel Papaxtla es un lugar con belleza natural, porque alberga el cerro Tecajete, el cual ya es explotado por la industria de la construcción por el material que alberga. Su iglesia es pintoresca, aunque la mayoría de las horas permanece cerrada, salvo el domingo, día donde la población se concentra en el zócalo, sitio que se distingue del resto por ser el único en contar con pavimento.

Entre semana, la vida de los pobladores de Papaxtla se centra en trabajar los sembradíos de granos básicos o nopal, laborar en el cerro Tecajete o en ir y venir de Cholula o la Ciudad de Puebla, donde varios desempeñan jornadas.

Esto ha generado que las calles, durante el día, luzcan vacías, pues la comunidad infantil que estudia lo hace de manera presencial, porque el internet es un servicio que sólo lo tienen quienes pueden pagarlo (muy pocos).

En una vivienda, donde tres de sus moradoras accedieron a platicar con este medio sobre las necesidades que enfrenta Papaxtla, se conoció que el drenaje, la pavimentación de las calles y el alumbrado son servicios poco vistos en esta comunidad.

Lizbeth Sánchez expuso la principal necesidad: “nos falta un centro de salud, queremos este espacio”. Explicó que en Tecuanipan hay un Centro de Salud con Servicios Ampliados, pero deben destinar más de una hora para llegar a ese sitio para pedir, primero. una cita a consulta. y luego regresar al otro día para recibirla.

Expuso que el tiempo no es el obstáculo que enfrentan para ir al CESSA, sino la falta de servicio de transporte público, porque sólo ingresa una ruta, la cual llega a San Pedro Cholula y no a Tecuanipan, que es su cabecera, y eso obliga a transbordar.

Las declarantes acusaron que el rezago social en Papaxtla se debe a la falta de trabajo de los gobernantes, principalmente de los presidentes municipales, como sucedió con el último, Felipe Aponte, a quien sólo vieron en tiempos de campaña y después desapareció.

Sobre el gasto familiar, las mujeres entrevistadas coincidieron en que es bajo, porque la mayoría de los alimentos que consumen son granos básicos y la carne es comprada solo una vez a la semana, por su alto costo.

En otro hogar de esta junta auxiliar, Eudiel Xopa precisó: “la verdad necesitamos que los gobiernos nos echen más apoyo, porque hay unos baches bien buenos (…) dice el dicho ‘pasa una embarazada y ahí se alivia’ y hace falta el centro de salud, porque no tenemos y pues aquí todo tarda en atenderse, desde una fractura en drenaje hasta atender una lámpara, porque el año pasado se tapó el drenaje y pedimos apoyo al municipio y pues no nos hizo caso, porque sólo suelen apoyar si son amigos o los apoyaron en campaña”.

El poblador señaló que los jóvenes, al ver la situación de Papaxtla, prefieren emigrar, porque “quienes nos quedamos, vivimos al día. En mi caso soy albañil y ganó mil 500 pesos por semana y apenas me alcanza”.

En otra casa, don Crisóforo, de 50 años de edad, puntualizó: “estamos desamparados y pedimos ayuda, porque no tenemos apoyo, llegan algunos, pero no sabemos a quiénes se los dan, porque desde el temblor (2017) mi casa se afectó y vino el municipio, pero nada más la vio y no hizo nada. Sigue así”.

El habitante dijo que otra urgencia es la pavimentación en las zonas donde hay viviendas, porque hay casas que sufren de inundaciones por lo mismo.

Las calles suelen lucir vacías debido a la migración de los hombres y jóvenes en busca de una vida mejor. Foto: Bibiana Diaz | El Sol de Puebla

UNA “ISLA DE POBREZA”

En sus últimas horas como presidente subalterno de San Miguel Papaxtla, David Teles Rosas calificó de triste ver las carencias sociales que enfrenta esta comunidad, la cual comandó administrativamente en los últimos tres años, tiempo donde con apenas 10 mil pesos de participaciones por mes, desprendidos de los 26 millones del techo financiero anual del municipio, tuvo que dar soluciones a las problemáticas que el ayuntamiento del ex alcalde Felipe Aponte Tellez no dio.

Recordó que cuando tomó el cargo se encontró una comunidad sin agua potable y no por la falta de infraestructura, sino por los adeudos acumulados en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), lo que hizo que le cortaran el suministro de luz al único pozo.

Se encontró con una unidad habitacional oficial en pésimas condiciones y un sinfín de rezagos, porque en esta comunidad los servicios básicos de agua potable, drenaje y electricidad predominan, mientras que el resto están en lista de espera.

A lo largo de su trienio, contó que existieron avances propiciados por la presidencia auxiliar, la comunidad migrante y los propios pobladores, que en conjunto resolvieron problemas que correspondía atender al municipio, como destapar drenajes, pavimentar algunos tramos, cubrir adeudos y reparar inmuebles.

El ex edil Felipe Aponte sí realizó algunas obras, continuó, pero más de una reflejó mala planeación en la ejecución de los recursos, porque pavimentó una calle para beneficiar a siete familias, cuando había tramos que eran más prioritarios y generarían un impacto social mayor.

Papaxtla sólo tiene dos calles de concreto hidráulico, pero enfrenta rezagos y problemáticas como la falta de una casa o centro de salud, pero el Ayuntamiento anterior se negó a pagar los 6 mil pesos que cobraba un médico para cubrir esta demanda.

La deserción escolar está presente, el año pasado 90 niños cursaban el preescolar, 300 la primaria, 70 la secundaria y más de 50 el bachillerato, pero justo en ese tiempo se estuvo en riesgo de perder el registro del último por falta de alumnos.

La migración también está presente, pero ésta en lugar de afectar, favorece, porque de las remesas las familias tienen un poco más de ingresos, aunque quienes no tienen este apoyo apenas y viven con 3 mil pesos al mes, que es el ingreso promedio en la población sin contar el dinero de los migrantes.

“Estamos tan cerca de la zona metropolitana, pero pareciera que estamos al ladito de la Sierra, donde hay comunidades en condiciones de pobreza, porque en mi comunidad hay pobreza extrema, porque tenemos servicios básicos, pero falta mucho por hacer, porque en mi periodo logré reactivar el agua potable, pero ha sido titánico que las familias tengan el suministro cada diez días, por lo costoso de la luz, pues los recibos nos llegan de más de 20 mil pesos, cuando tenemos participaciones de 10 mil pesos”, compartió.

Indicó sentirse orgulloso de los logros obtenidos, porque la comunidad ya tiene pavimentadas cuatro calles y agua, pero recalcó que dichas obras fueron impulsadas por la propia población, porque el exalcalde Felipe Aponte y el actual edil, Ángel Cuanalo, quien fue regidor de obras en la pasada administración, frenaron el progreso de esta comunidad y solo favorecieron a sus allegados.

“Esta comunidad no tiene el respaldo del municipio, porque lejos de tener obras apegadas a la realidad en relación al presupuesto, hacen acciones infladas económicamente y sólo para algunos, además de que no toman en cuenta a Papaxtla, porque, aunque es junta auxiliar de Tecuanipan, no colinda con la cabecera ni con la otra comunidad del municipio y eso la convierte en una isla olvidada para el Ayuntamiento”, concluyó.

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