SAN PEDRO CHOLULA, Pue. Hace tres décadas, San MatíasCocoyotla ganó el título de "cuna de ladrilleros" al contabilizarmás de 250 hornos destinados para esa producción, peroactualmente está en riesgo de desaparecer al quedar menos de 60negocios de esa índole.
Algunos alfareros aseguran que el fenómeno migratorio y el altocosto del petróleo, calculado en un precio mayor a los siete pesospor litro, está generando que varios de sus compañeros esténdestinando importantes inversiones para transformar sus ladrillerasen expendios de block, tras representar un mayor margen deganancia.
Tan sólo contaron que un millar de ladrillo es pagado a no másde mil 200 pesos, cuando esa misma cantidad de block supera loscuatro mil 500, disparidad que también ha desmotivado al sector aseguir luchando por la conservación del rudimentario oficio.
La producción de block está desplazando la operación deladrilleras en San Matías Cocoyotla, junta auxiliar, admitió elalcalde subalterno de la referida comunidad, Moisés DanielMartínez, quien sumó que ahora los constructores de vivienda handejado de solicitar el ladrillo y eso desencadenó el cierre devarios de esos negocios familiares, porque ya usan las piezasprefabricadas.
El Sol de Puebla al recorrer las calles de esta comunidad, dondehabitan más de diez mil habitantes, se observen menos hornos, loscuales antes representaban fuentes de empleo para más de cincointegrantes de una familia.
A menor medida, ahora los lugares de venta de block comienzan aaparecer en esta zona, que con el paso de los años es absorbidapor la mancha urbana de la cabecera local de esta ciudadmilenaria.
"Seguir siendo ladrillero es verdaderamente difícil porque esun oficio que ya no genera dinero. Por eso quiero que mis hijosbusquen otro oficio porque este trabajo sólo da para sobrevivir",contó con nostalgia, don Jacinto Texca, habitante mayor a los 50años de edad.
Mientras esperaba que unos 27 mil ladrillos se "cocieran oquemaran" en el horno de su ladrillera, contó que este oficio lefue heredado de su padre.
En pocas palabras resumió que ser ladrillero representa untrabajo complicado y costoso, además de laborioso, por la mezclaque debe hacer para trazar pieza por pieza.
"Para quemar un millar, que se vende en menos de mil 200 pesos,se requiere de la compra de 600 pesos de petróleo y eso sin contarel pago de los ayudantes, lo que nos llevó a muchos usar madera,pero aun así la ganancia es mínima", añadió.
El declarante dijo que aun con las adversidades existentes enel panorama, mencionó que seguirá siendo ladrillero hasta el díaque Dios le permita seguir con vida, y como actualmente lo ha hechopor más de 30 años.
Otro ladrillero, Miguel Romero, también habló sobre lodifícil que es mantener el oficio, pero afirmó que seguirámanteniendo funcional su horno, que ha trabajado por más de 18años.
EXLADRILLEROSOPINAN
En entrevista, un propietario de un expendio de block de estacomunidad, Daniel Ixtehuatl, dijo que antes de entrar a estesector, se dedicó a la elaboración de ladrillos.
Pero sumó " la baja ganancia que deja ese mercado me motivó ainvertir más de cuatrocientos mil pesos para cambiar el horno pormaquinaria".
Al mostrar su nuevo centro de trabajo asegura que no sólofabrica block, sino también material prefabricado de concreto.
Asegura que haber dejado la producción de ladrillo le permitióformarse como empresario y ampliar el número de trabajadores.
Otros exladrilleros solo se limitaron a señalar que blockrepresenta más ganancia.
AUTORIDADES EXTERNANPREOCUPACIÓN
San Matías Cocoyotla en su mejor momento llegó a sumar más de250 ladrilleras, pero ahora sólo quedan 60, indicó el edilauxiliar de esta demarcación, Moisés Daniel Martínez.
Contó que actualmente en la comunidad hay 20 lugares de ventade block, aunque éstas fueron adaptadas en predios donde antes seofertaba el ladrillo.
“Lo que está pasando en Cocoyotla es que dueños deladrilleras están tapando sus hornos, para ahí plantar lamaquinaria que los ayuda a comenzar la fabricación de block,producto que tiene un mayor valor económico”, citó.
En entrevista, agregó que los nuevos inversionistas en laproducción de block, con recursos propios han transformado susladrilleras para vender block porque desde décadas pasadas hansido mínimos los apoyos que autoridades de los tres niveles degobierno brindan al sector.
Uno de los factores que desanimó a los ladrilleros a continuarsus actividades, es el bajo precio del millar de este material,calculado en más de mil pesos, cuando en el block alcanza loscinco mil pesos.
No obstante, el declarante enlistó varias ventajas referentesen cuanto a la proliferación de bloqueras, siendo algunas, unamayor generación de empleo y menos contaminación al aire porquela producción de block no requiere un mayor uso de petróleo uotros materiales actualmente usados para el funcionamiento de loshornos.
“Ya las personas que se dedicaban a la producción de ladrilloy que ahora cambiaron al block, están tirando los hornostradicionales donde elaboraban el primer material de construccióny existe el riesgo de que en un futuro más propietarios de esosnegocios vayan cerrando estas fuentes de empleo”, concluyó.