Dentro de cuatro años, cerca de 600 de más de cinco mil 500árboles que fueron sembrados ayer en el Parque NacionalMalinche-San Miguel Canoa rendirán frutos. Serán estos árboleslos responsables de evitar inundaciones en las zonas bajas de lamontaña y mantener con vida a diferentes especies de animales queahí habitan.
Integrantes de la Asociación Civil Corazón Verde invitaron aintegrantes de empresas, organizaciones y la sociedad en general atrasladarse a las faldas de la montaña para sembrar tres especiesdistintas de pino la mañana de ayer.
En los últimos 12 meses más allá de la tala clandestina sonlos incendios los que terminan con los bosques, aunque, de acuerdocon Daniel Santiago Gallo, integrante de esta misma asociación,con la siembra de estos árboles no se repone ni el 50 por cientode las pérdidas.
Menos aun si se toma en cuenta que alrededor del 10 por cientode las especies que se sembraron lograrán sobrevivir dentro decuatro años. Estimó que en las faldas de la Malinche a unos 30minutos del jagüey “Coronel Raúl Velazco de Santiago San MiguelCanoa”, con los incendios de la última temporada se perdieronunos 15 mil árboles.
“El objetivo es recuperar una zona que se incendió y muchosárboles se murieron y vamos a recuperar esta zona a partir de lasiembra”, añadió al tiempo de referir que con la plantación deestas especies será posible prevenir las inundaciones, perotambién son el soporte de nidos de aves, insectos o roedores dediferentes tipos.
Desde lo alto, en las faldas de la montaña, es posible apreciaruna mancha gris sobre la ciudad de Puebla que se trata decontaminación a causa de los vehículos y otros factores de lazona urbana, por lo que con las siembras de las especies, tambiénse busca contar con una mejor calidad del aire.
“Es una labor importante. Estamos muy contentos de que muchaspersonas están participando en la reforestación, pues somos unasmil personas las que estamos reunidas aquí”, dijo.
Aseguró que el índice de mortandad de un árbol, tomando encuenta a partir de la siembra, es elevado. Tanto que hasta el 90por ciento de las 5 mil 500 unidades que se plantaron ayer nosobrevivirán dentro de cuatro años.
“Nosotros ponemos nuestro granito de arena y año con añovamos a seguir haciendo nuestra labor, invitando a diferentesactores de la sociedad civil para que colaboren con nosotros”,añadió.
Los pequeños árboles que al principio se encontraban dentro debolsas negras y amontonados en algunas partes del terreno, debieronser sembrados a una distancia de tres metros de diámetro, entrecada uno.
NIÑOS Y FAMILIAS COMPROMETIDOS CON ELMEDIO AMBIENTE
Acompañando a sus familias o de grupos como “Juventud”, deCruz Roja Mexicana, decenas de niños acudieron a la caminata dondese prepararon con la ropa y calzado adecuados así como algunaspalas para realizar las labores de reforestación.
Santiago junto con sus hermanas, Ivy y Dayana, acudieron alllamado de la asociación civil. Con playeras blancas y gorras,decidieron caminar durante varios minutos por el Parque Nacional,donde escucharon con atención las instrucciones de los expertos,tanto para la siembra de las especies como para saber la forma deactuar ante una contingencia como la presencia de una víbora que fue lo que más les causó preocupación.
Su abuelo, Fernando, fue el responsable de dirigir al pequeñogrupo. Su experiencia fue la mejor herramienta, pues él lesenseñó a cavar un hoyo en la tierra y después meter el pequeñoárbol cuidando que quedara en perfecto estado con la ilusión deque éste sea uno de los sobrevivientes en los próximos cuatroaños.
Como ellos, unas mil personas incluyendo a algunas mujeresembarazadas, acudieron a las faldas de la montaña, donde esperanque los árboles sembrados –que representan su granito de arena-sean los que salven la vida de los humanos y las especies deanimales dentro de algunos años.