La presencia del Ejército Mexicano en Palmarito Tochapan, en elmunicipio de Quecholac, es la única posibilidad de combatir elrobo y venta de combustible, que es la principal ocupación de lagente en esa comunidad, aseveró la presidenta de GasolinerosUnidos de los Estados de Puebla y Tlaxcala (GUEPT), Luz MaríaJiménez Almazán.
A decir de la representante de los empresarios gasolineros, lasupuesta ejecución de un civil por parte de un militar en mediodel Operativo Palmarito del pasado 3 de mayo, exhibida en un video,debe ser valorada como el acto de un hombre en particular en mediode un enfrentamiento violento, pero no como la forma en que actúael Ejército Mexicano.
Recordó al respecto que Palmarito Tochapan es una comunidad enla que la principal actividad económica es el robo y venta ilegalde combustible, en la que buena parte de la gente está involucraday otra parte los protege, además de que en ese momento sedesarrollaba un tiroteo.
“El Ejército no llegó manera espontánea (…) la comunidadestá contaminada, corrompida, porque sistemáticamente se hadedicado al robo y venta de combustible ilegal desde hace años,las familias incluso han involucrado a los hijos. Ellos eran gentebuena, campesina, que se convirtieron en delincuentes, pero alfinal de cuentas fue decisión propia y si ellos decidieron elegirese camino deberán afrontar las consecuencias”, subrayó.
Por esta razón, la presidenta de Guept se pronunció por unainvestigación seria que deslinde responsabilidades y aplique lassanciones precisas a las que haya lugar pero sin descalificar eltrabajo institucional del Ejército Mexicano.
Y es que advirtió, desacreditar el trabajo de las fuerzasarmadas puede poner en riesgo el más importante y fuerte esfuerzoque se ha hecho para enfrentar a quienes se dedican al robo y ventade combustible.
“No nos parece justo el linchamiento público que hacen delEjército, van a provocar que prefieran no combatirlo, que ya nohagan nada (…) pero si las autoridades locales están coludidas,la única esperanza es el Ejército o nos vamos a quedar soloscontra los mafiosos,”, añadió.
Para terminar, Jiménez Almazán consideró como sospechosa lagrabación y el video que se exhibió, pues no dudó que en unacomunidad tan pequeña como Palmarito Tochapan, las cámaras devideovigilancia estén al servicio de los delincuentes y que lasimágenes hayan sido editadas o manipuladas con el propósito dedesprestigiar a los castrenses, “para convertirlos en los malosde la película”, remató.