Luis Alberto no pudo despedirse de su madre antes de que decidiera quitarse la vida. Fue un acto que Claudia, su madre, no pudo entender, pero que con el tiempo le ayudó a aprender que su tarea es ser la voz de su hijo, para evitar que las ganas de vivir de más personas se pierdan.
Como está historia existen decenas en Puebla. Se estima que diariamente suceden cuatro suicidios en la entidad poblana, de acuerdo con Quetzalcóatl Hernández Cervantes, autor de la investigación Diagnóstico de la Mortalidad Autoinfligida en el Estado de Puebla.
Durante el Segundo Encuentro Nacional de Sobrevivientes de Suicidio, realizado en la Universidad Iberoamericana Puebla, el también académico de la casa de estudios advirtió que esta práctica debe convertirse en un asunto de preocupación colectiva.
La revictimización de quien perdió la vida y de sus familiares es algo con lo que deben cargar de por vida. “No fue su culpa, no es verdad que eran el problema, no es verdad que sin ellos ahora todo está mejor”, expresó.
Durante este evento, en el que participaron sobrevivientes, familiares y académicos, se alertó sobre las señales de alarma y auxilio que las víctimas pueden desarrollar en este proceso.
Si bien no es fácil identificar las razones que orillan a una persona a cometer este acto, sí que lo es dejar atrás el tabú del suicidio y preguntar abiertamente a seres queridos y personas cercanas si alguna vez han pensado en quitarse la vida con el objetivo de intervenir a tiempo, compartió el académico.
Sobrevivir al suicidio es un acto de valentía, pero también lo es pedir ayuda y darse cuenta que cualquier circunstancia externa no es suficiente para apagar la vida, sostuvo.
Cartas póstumas
En el mismo encuentro, Ana María Chávez Hernández, investigadora de la Universidad de Guanajuato refirió que las cartas póstumas se convirtieron en un elemento de acercamiento a las víctimas.
“Son de los pocos objetos que nos acercan a los pensamientos y sentimientos que atraviesan por la mente suicida”, detalló.
Explicó que estos documentos al estar escritos en el mismo contexto del acto, incluso antes de la muerte, son la ventana para saber las razones del suicidio.
Finalmente, los especialistas expusieron que la atención de estas prácticas debe ser atendida de forma minuciosa, pues incluso, tras recibir atención hospitalaria o psicológica, algunos sobrevivientes persisten con ideas suicidas.