Las pertenencias de la señora Silvia Rodríguez quedaron bajo el lodo tras la torrencial lluvia que este sábado azotó a la capital poblana y que provocó la inundación de casas y negocios que se ubican a las orillas del Río Atoyac, mismo que se desbordó tras exceder su nivel.
El mobiliario, material y máquinas de trabajo que durante cuatro la señora adquirió para poner su estética, quedaron inservibles de la noche a la mañana.
Su rostro desencajado dio muestra de la tristeza de perder su principal fuente de ingresos ubicado en la colonia Santa Cruz Buena Vista. Aunado a esto, también vio cómo se echaron a perder los muebles de su hogar luego de que el nivel del agua rebasara el metro de altura.
Mientras realizaba labores de limpieza para rescatar un poco de sus bienes, la señora mostró todo lo perdido. “Toda la noche nos la pasamos limpiando. Dígame si no me va a dar dolor ver todos esto. Se me echaron a perder todas mis cosas. Esto lo logré con mucho esfuerzo y ahora lo perdí todo, compartió Silvia con profundo dolor mientras se limpiaba las lágrimas.
Las escobas no dieron abasto para sacar el lodo que aún estaba dentro su estética y su domicilio, por lo que tuvieron que tuvieron que echar mano de palas y jaladores para agilizar la limpieza que aseguró, les llevará varios días.
“Me da mucho dolor ver todas mis cosas así. Yo me mato todos los días para tener un ingreso y vean”, compartió la señora Rodríguez mientras sacaba un cajón lleno de agua y con las máquinas dañadas por el agua.
El colchón, la sala, el refrigerador y demás artículos del hogar evidenciaron los estragos que la lluvia trajo consigo. Y es que, así como ella, el resto de sus vecinos -que también resultaron con afectaciones- coincidieron en que el desbordamiento del río se pudo prevenir con la reparación de las alertas y desazolve del río.
“Hemos pedido que desazolven el río, pero no se ha hecho. Por eso estamos pidiendo apoyo para las personas que se quedaron sin nada (…) el gobierno sabe que cada año se debe de desazolvar y no lo han hecho, es su responsabilidad” compartió la señora Esperanza Hernández a la orilla del río que mantiene su nivel de agua elevado.