Su sueño se les acabó en Puebla. Viajaban en vehículos que, habitualmente, transportan materiales y mercancía pesada. Pidieron ayuda de las autoridades y fueron “rescatados” de una pesadilla, para volver a la que les ofrece su país de origen.

Se trata de alrededor de 400 migrantes que, dependiendo de su situación legal, serán regresados a diferentes países de Centroamérica. Pasaban por Puebla, municipio de Esperanza, cuando el Instituto Nacional de Migración (INM) dio con ellos y los llevó al Polideportivo Xonaca, ubicado en una zona que, en las últimas semanas, ha sido escenario de diversos operativos por comportamiento delictivo.

Entre los migrantes no solamente había adultos que pueden decidir a dónde ir, sino niños que ignoran la tierra en la que están. Solo piden cambio de pañales y juguetes que, a fuerza, las autoridades les entregaron.

“Ahí teníamos juguetes y pañales que dejaron los migrantes de la otra vez (hondureños que pasaron por Puebla en enero), pero no se los querían dar. Los de migración se ponen bien perros”, dijo una de las personas que fue parte de grupo que resguardaba a este conjunto de migrantes.

El miércoles por la noche, mientras familias mexicanas cruzaban la autopista México-Puebla-Veracruz, quizá para ir a vacacionar a la playa, los migrantes viajaban hacinados, temerosos, a oscuras y vigilados por “polleros” o personas que los ayudarían a trasladarlos hacia Estados Unidos.

El INM y la Policía Federal interceptaron los vehículos de carga con las personas, y las trasladaron al Polideportivo Xonaca, donde recibieron atención médica y un refrigerio, durante el jueves desde muy temprano.

Ahí se revisó su documentación y su estado de salud, aunque el INM los trasladó a sus oficinas para determinar su situación migratoria y, en su caso, ejecutar las deportaciones necesarias a los países de origen. Mientras tanto, los migrantes tienen derecho a ser alojados en las estaciones migratorias del país, así como tener un retorno asistido (Artículo 68 de la Ley de Migración).

La mañana del 18 de abril, cuando ya los centroamericanos estaban siendo trasladados a las estaciones migratorias, el personal del INM cuidó el protocolo para resguardar la identidad de los migrantes, por lo que el traslado impidió ver los rostros de las personas puestas a disposición.

Desde las afueras del polideportivo, solo se pudo apreciar la silueta de algunos migrantes, así como unos tenis rojos y una gorra, de distintas personas que abordaron la unidad blanca que, dicho sea de paso, tenía rejas en las ventanas, igual que las jaulas en las que se apresan a las aves.

Este medio, llamó, en repetidas ocasiones a los números del INM (01 800 00 46264/53872400) pero hubo nula respuesta, al inicio. Una persona de guardia, respondió a la octava llamada, pero dijo que el personal que podría proporcionar información, está de vacaciones desde el lunes 15 de abril.

Incluso, se acudió a las oficinas de la delegación del INM, ubicadas en la Avenida Reforma 1907, aunque el personal de guardia dijo desconocer el destino de los migrantes.

Rodrigo Adbala, responsable del gobierno federal en Puebla, tampoco respondió ante la petición del estatus de los casi 400 migrantes.