Una mujer asesinó a golpes a su hija de un año y cinco meses de edad y cuando pretendía hacerlo pasar como una muerte natural, un vecino que iba a donar el ataúd descubrió que la niña presentaba múltiples lesiones. Los hechos ocurrieron el jueves por la noche en una vivienda de la colonia Tlacaele, en límites de la ciudad de Puebla y el municipio de Santa Clara Ocoyucan. Según fuentes policiacas, la mujer terminó por confesar el crimen.
El hecho se descubrió luego de que el mencionado vecino, sabedor de que la familia es de escasos recursos, decidió donar ayer por la mañana el ataúd para la pequeña, pero al ver el cuerpo de la menor tenía visibles huellas de violencia física, no dudó en dar aviso a las autoridades policiacas y ministeriales.
Fue así como más tarde llegaron peritos y agentes ministeriales de la Fiscalía General del Estado para tomar conocimiento de los hechos; al entrevistar a la madre de nombre María, de 25 años, esta cayó en contradicciones y finalmente confesó el asesinato, por lo que fue detenida para determinar su grado de responsabilidad.
DURMIÓ CON EL CUERPECITO
La fuente consulta agregó que tras las primeras pesquisas, se sabe que alrededor de las 7 de la noche del jueves pasado, María se molestó por alguna razón con su hija Jadet, de un año y cinco meses de nacida, por lo que la golpeó en repetidas ocasiones hasta que notó que ya no se movía ni respiraba.
A sangre fría se durmió junto al cuerpo de la bebé toda la noche y ya por la mañana enteró a sus vecinos que su hija había muerto por posibles causas naturales.
Fue así como al pretender ayudar a los deudos, un vecino decidió donar el féretro y se presentó cerca del mediodía a la casa ubicada sobre la calle Ampliación 12.
Cuando estaban colocando a la menor dentro del ataúd, se dieron cuenta que tenía huellas de violencia, por lo que no dudó en dar aviso a las autoridades policíacas.
Poco después llegaron policías estatales y también paramédicos del Sistema de Urgencias Médicas Avanzadas (SUMA) en la ambulancia 200, quienes al hacer la revisión física de la menor ya postrada dentro del pequeño ataúd blanco, confirmaron que efectivamente tenía signos del síndrome de niño maltratado con recientes huellas de violencia.
Al descubrirse el posible infanticidio, los uniformados y paramédicos dieron parte a las autoridades ministeriales y así poco después llegaron peritos y agentes ministeriales de la Unidad Especializada en la Investigación de Homicidios, quienes al entrevistar a María, tras caer en contradicciones, terminó por confesar que había matado a golpes a su hija. De inmediato fue detenida y puesta a disposición del Ministerio Público para que en las próximas horas se determine su situación legal en torno a la muerte de su pequeña hija.
El cuerpo de Jadet fue llevado al anfiteatro de la ciudad, para hacerle la correspondiente autopsia que confirme la verdadera causa de muerte.
