Hasta cuatro asaltos por semana sufren conductores de la Ruta JBS, generalmente en la colonia Santa Margarita, en límites de Puebla y Amozoc, en una zona de terracería sin iluminación y despoblada que se ubica antes de la incorporación a la carretera federal a Tehuacán.
En entrevista con este medio, “Dionisio”, un conductor de una de las unidades de transporte público conocido como “Los Morados”, señaló que él y sus compañeros han sido víctimas de la delincuencia a través de los años, no obstante, en los últimos meses, incluso durante la pandemia, los atracos se han agudizado, pues tienen conocimiento de que ocurren hasta cuatro robos con violencia a bordo de las colectivas por semana.
A pesar de que los asaltos siempre han sido el pan de cada día de los choferes de la Ruta JBS, estos indicaron que los atracos antes de la pandemia sucedían con menos frecuencia, ya que contabilizaban cerca de dos atracos durante una semana.
Según refirió “Dionisio”, la hora en la que usualmente operan los delincuentes es entre las cinco y las seis de la mañana, aunque por las noches, no es la excepción.
Aunado a lo anterior, existe un lugar que los propios conductores han identificado y en la que se vuelven “una presa fácil” para el hampa: “Santa Mago”, pasando el puente de las vías sobre una calle de terracería, sin mucha circulación de transeúntes y además obscura, poco antes de incorporarse a la federal a Tehuacán. “Ahí se suben -los asaltantes-, ya cuando salen aquí a la federal, ya los asaltaron”.
El transportista señaló también que, algunas veces piden el apoyo de la policía, sin embargo, para el arribo de los uniformados, los ladrones ya no son ubicados. “Luego está la policía aquí revisando -refiriéndose al entronque de Amalucan- ¿ya para qué, antes ya nos chingaron?”.
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“Es mentira lo que dice el gobierno de que ha bajado la delincuencia. No es cierto. ¿Por qué no baja la delincuencia? Porque no hay castigo (…) mientras no haya una ley que diga que a un ratero lo maten o le corten las manos, todo va a estar igual”, aseguró el trabajador del volante.
Uno de los compañeros del declarante, incluso, abandonó su empleo como chofer en “Los Morados”, luego de que fuera baleado en la cabeza y del que milagrosamente sobrevivió, durante un asalto en la junta auxiliar de La Libertad.
Finalmente, el conductor reconoce que hay varios factores que intervienen para que los asaltos a transporte público no den tregua, uno de los cuales es la implementación de los botones de pánico y las cámaras de videovigilancia en las unidades, elementos que, admite, hacen falta también ejecutar en la Ruta JBS, aunque consideró hay una corresponsabilidad con la autoridad.