A lo largo de más de 30 años de dedicarse a rescatar, auxiliar y trasladar a personas involucradas en diferentes tipos de accidente, desde choques, caídas, balaceras y apuñalamientos, hoy el paramédico de Caminos y Puentes Federales (Capufe), José Miguel Martínez Calva le tocó ser paciente, debido a que ha vivido una mala experiencia, pues no le han brindado la atención médica necesaria desde que sufrió un accidente cuando se dirigía hacia su trabajo. Su peor temor es que podría llegar a perder la movilidad de su cuerpo.
"Migue", como le dicen todas sus amistades, es el primer y único técnico en urgencias médicas a nivel nacional e internacional, en ser nombrado Doctor Honoris Causa por organismos internacionales debido a su labor altruista por más de tres décadas.
A decir de Martínez Calva, ha recibido insultos, vejaciones y maltratos desde que se accidentó en diciembre del año 2022.
El accidente que cambió su vida
En entrevista con El Sol de Puebla, el rescatista señaló “quiero comentar, declarar y denunciar las negligencias médicas que he tenido que estar soportando por parte de personal del ISSSTE; el 14 de diciembre del año pasado yo tuve un accidente automovilístico rumbo a mi centro de trabajo, el cual se me califica hasta el 21 de febrero de 2022 como accidente de trabajo, solo que el día del accidente por cuestiones de la aseguradora de la camioneta en que viajaba, tuve que ser trasladado y valorado en el hospital Betania; ese mismo día por cuestiones de trabajo y la normativa, acudo a urgencias del ISSSTE en donde se me niega la atención comentando que como ya me habían atendido en un médico particular ya no me podían atender ellos”.
“Ahí empieza todo el calvario, me han mandado con médicos familiares, médicos que nunca quisieron ver los estudios, me cancelaban las citas, ya me habían programado con un ortopedista familiar el cual me atendió hasta el 12 de febrero de este año (2023) luego de que ya me habían cancelado 2 citas. Me programan a que me vean los ortopedistas, me mandan con el doctor Alvarado del ISSSTE, el cual con su falta de ética profesional y creo hasta su falta de conocimiento, porque el argumenta que no tengo nada, me programa una resonancia magnética hasta el 6 de diciembre de este 2023, razón por la que yo acudo al sindicato de Caminos y Puentes Federales, ellos vienen, hablan con medicina del trabajo y milagrosamente me programan la resonancia para el día del padre, es decir, el 19 de junio”, relató.
Un trato indigno y una falta de atención médica
A decir del declarante le fue realizado un proceso médico que nunca autorizó, lo que puso en riesgo su integridad, según dijo.
Cuando lo informó a medicina de trabajo, le contestaron: “bueno lo que usted quería era que se le realizara la resonancia, ya se le hizo”.
“El doctor Alvarado dice que no encuentra ninguna lesión, que no tengo nada, me vuelve a regresar con mi médico familiar pero con una lesión de gonartrosis. Pareciera que el médico a pesar de ser ortopedista no sabe que la gonartrosis es un desgaste de fibras de rodillas, cuando yo en las rodillas nunca tuve ninguna lesión”, aclara.
Un diagnóstico erróneo y una cirugía pendiente
“Me estuvieron cambiando los diagnósticos, debido a esto, el 17 de diciembre yo tuve que acudir porque empecé con molestias de pérdida de sensibilidad en las extremidades, acudo a un particular, me mandan una resonancia magnética de urgente en la que se me detecta una compresión medular, una estenosis lumbar”, menciona.
Y agrega: “cuando yo presento estos estudios al ISSSTE, ellos lo pasan por alto, diciendo que son particulares y no les sirven, el doctor Alvarado se encarga de decir que él se va a basar en la resonancia que el ISSSTE me hizo, y resulta que en esa no me encuentran nada; me dan de alta, con una referencia gonartrosis, otro tipo de lesión, y de ahí la doctora médico familiar me dice, bueno yo no te puedo hacer nada, me vuelven a mandar al ISSSTE con el doctor, quien revisa la resonancia y el ortopedista detecta y me programa una cirugía en la que me dice que me va a poner dos placas y seis tornillos, sí, pero la cirugía me la programó hasta el 28 de octubre del 2024”, lamentó el hombre.
“Quiero recalcar que acudo a medicina de trabajo a hablar con el doctor Avendaño, le informó de todo esto y ellos determinan darme de alta con el diagnóstico inicial que es una lumbalgia postraumática, que es el diagnóstico inicial del Betania, les dije que tenían la obligación de hacer una investigación secundaria, incluso el parte viene con una nota de que debían darle seguimiento a la evolución y nunca lo hicieron. Sin embargo cuando les convenía en las licencias médicas manejaban canal estrecho y cuando no, manejaban un esguince cervical”, aclaró Miguel.
Denuncia ante la función pública
Asegura que a pesar de que sus jefes lo vieron en un estado de salud deficiente, lo mandaron a trabajar, y peor aún, no le han querido extender su incapacidad.
“Por ello, este día denunció públicamente estas anomalías, estas irregularidades y mencionar que también recurrió a la Función Pública y ante Derechos Humanos, para que alguien haga algo, no puede ser posible que estén poniendo en riesgo la integridad de los derechohabientes, no pido, exijo pues estoy a punto de quedar paralitico por una mala atención; yo voy a tener que ser sometido a partir del 2 de noviembre a una intervención particular que me va a costar 70 mil pesos", mencionó Martínez Calva.
Doctor Honoris Causa
Miguel Martínez Calva es paramédico de Caminos y Puentes Federales (Capufe). Dentro de su larga trayectoria recuerda que en noviembre del 2019, junto con otros compañeros, fueron rehenes y a punto estuvieron de ser linchados por pobladores de San Rafael Tlanalapa, en un bloqueo de la autopista Puebla-México, sin embargo, lograron escapar de milagro.
Como satisfacción de su trabajo, en diciembre del 2021 fue reconocido a nivel internacional como el primer paramédico en obtener el reconocimiento con el grado de “Doctor Honoris Causa” por trayectoria de labor filantrópica.
Tiene colección de casi 300 vehículos
Miguel tiene una colección en su casa de más de 225 ambulancias y 17 helicópteros, no todo comprado, pues algunos fueron regalos de sus amigos como agradecimiento a la función que desempeñó con mucho cariño. Es hijo de socorristas, llegó desde los 8 años de edad a Cruz Roja, donde se preparó y lleva en el corazón la misión de “hacer el bien, sin mirar a quien”.
Antes de concluir la entrevista y con un enorme esfuerzo para sostener las ganas de soltar en llanto, Miguel puntualiza que anhela una pronta recuperación para seguir ayudando a la gente, porque es lo suyo. “Esto ha sido algo muy fuerte, jamás me vi en estas circunstancias y ahora que me tocó me da tristeza que los médicos -que a eso se dedican-, no le brindan una atención correcta y de calidad a los cientos de pacientes que llegan a sus manos”, finalizó el paramédico.
