Tres policías municipales de Puebla del Grupo Canófilo K9 están acusados de asaltar y golpear a un joven de 28 años, quien a pesar de que denunció los hechos ante la Unidad de Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y la Fiscalía Anticorrupción, después de dos meses y tras haberle negado copia de sus respectivas denuncias, no ha tenido respuesta alguna por este robo valuado en poco más de 68 mil pesos, ya que, asegura, los oficiales se llevaron su efectivo, equipo de trabajo y discos duros con información confidencial de empresas reconocidas para las cuales labora.
El atraco tuvo lugar la madrugada del pasado 8 de mayo, cuando Cristian N, circulaba a bordo de su automóvil por calles de la colonia Maravillas; vencido por el cansancio después de salir de trabajar, optó por detenerse y tomarse cinco minutos para descansar y así evitar un accidente. Sin embargo, mientras se encontraba estacionado a un costado de los estadios de futbol y beisbol, sobre la avenida Villa Deportiva, fue sorprendido por dos hombres encapuchados.
Debido a que Cristian se encontraba revisando su celular, no se percató de la presencia de una patrulla del municipio, la K-9-012, cuyo policía al volante se metió a una privada obscura, mientras dos de sus compañeros se bajaron y rodearon el auto del joven para intentar abrir las puertas, tal y como se aprecia en uno de los videos de las cámaras de vigilancia de la zona y que fueron mostrados por la víctima a este medio.
SENTÍ MIEDO, DOS ENCAPUCHADOS QUERÍAN ABRIR MI AUTO
En ese instante, Cristian entró en pánico, pues solo logró ver a dos hombres encapuchados que querían abrir las puertas de su auto, por lo que creyó que se trataba de delincuentes y pensó en darse a la fuga, pero segundos después, vio a un tercer sujeto ya con el uniforme de la policía municipal de Puebla, lo cual, por un momento le dio confianza.
“Yo iba cansado de manejar, eran entre las 1:30 y 2:30 de la mañana, me estacioné para tomarme cinco minutos de descanso, pero en menos de ese tiempo yo ya tenía dos hombres encapuchados, uno de cada lado intentando abrir las puertas de mi vehículo, después ya le vi al tercer sujeto el uniforme de policía, no llevaba cubrebocas ni pasamontañas y eso ya me hizo entrar en confianza, bajé mi vidrio y les pregunté que qué se les ofrecía”, narró el denunciante durante entrevista para El Sol de Puebla.
A decir del afectado, en primera instancia, los policías le dijeron que necesitaban hacerle una revisión de rutina, pero una vez que comenzó a cuestionarlos sobre el motivo, ya que él no había cometido ningún delito y tampoco alguna infracción, los oficiales se tornaron amenazantes y lo señalaron de llevar armas de fuego y droga en la cajuela de su unidad.
“Me dijeron que me iban a hacer una revisión de rutina, pero volví a preguntarles que por qué y solo me contestaron que necesitaban revisarme, que no me estaban preguntando, que necesitaban revisarme y volví a preguntar que qué delito estaba cometiendo ya que no había hecho nada ni estaba cometiendo alguna infracción, en ese instante ya me dijeron que de seguro yo llevaba armas y drogas en la cajuela, por lo que creía que querían sembrarme algo o inculparme de algo, pero me mostré accesible”, explicó Cristian.
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Antes de continuar con el presunto robo, a decir del entrevistado y como también se observa en uno de los videos expuestos a El Sol de Puebla, uno de los oficiales volteó a ver a su alrededor y notó que en la zona había cámaras de vigilancia particulares, por lo que este le comentó a sus dos compañeros y presuntos implicados, de tal forma que al joven le ordenaron meterse a la privada para hacerle la revisión, a lo cual él accedió.
“Me espanté de todo lo que ha pasado y de lo que uno ve de que si no les haces caso te disparan o te siembran cosas, accedí y me metí a la calle y fue donde vi la patrulla, entonces obedecí las órdenes de los policías, me paré frente a la unidad, pero ellos se subieron al vehículo oficial, prendieron la sirena y simularon una persecución, ahí me sorprendí, voltee a ver al copiloto y le cuestioné por qué hicieron eso, si me pidieron que me estacionara frente a la patrulla, pero ya me estaba apuntando con su arma y me dijo: ‘necesito que te bajes, es una orden, necesitamos revisar tu vehículo’ y entré más en pánico con el arma pues creí que mi vida estaba en peligro”, narró la víctima.
POLICÍAS ROBARON SU EQUIPO DE TRABAJO Y 12 MIL PESOS
De acuerdo con el testimonio del joven, fue bajado por la fuerza, lo empujaron contra la patrulla y lo comenzaron a revisar hasta que lo obligaron a entregar las llaves de su auto, abrieron la cajuela y hurtaron su equipo de trabajo y después le quitaron su cartera con 12 mil pesos que llevaba para finalmente darse a la fuga, no obstante, durante el robo, para que no fueran identificados uno de los policías le indicó al varón que no volteara a verlo pero Cristian volteó y le pegaron un puñetazo en la zona del tórax.
“El copiloto de la patrulla fue el que me bajó a la fuerza y me puso sobre la patrulla, me empezó a amenazar que traía armas y drogas, que seguro iba tomado y le dije que no, que lo único que llevaba era mi equipo de trabajo y una llanta que no pude reparar, accedí a todo pero la persona que me revisó el pantalón lo voltee a ver y me dijo que no volteara, giré a ver al que me estaba revisando el pantalón y que me da un puñetazo en el tórax y que me grita: ‘te dije que no nos voltearas a ver o te vamos a madrear entre todos’ y después abrió la cajuela”, comentó el denunciante.
El policía que se llevó la cartera, según el denunciante, le habló a su compañero de apellido Peralta al cual le indicó que ya tenía la cartera; con el equipo de trabajo y el dinero en efectivo del declarante, se retiraron de la zona.
Cristian decidió perseguir ahora a los agentes policiacos, sin embargo, a la altura de La María, los perdió de vista ya que su vehículo no pudo avanzar más rápido por lo baches que hay en el lugar.
Al joven no le quedó de otra más que acudir a la casa de un amigo a pedir auxilio y desde ahí llamar al 9-1-1, pues su celular se quedó sin carga; en el número de emergencias le dijeron que acudiera a la comandancia más cercana, por lo que fue a la San Felipe Hueyotlipan y otra más en Rancho Colorado, donde nadie pudo atenderlo.
De regreso a la zona de los hechos para tratar de buscar evidencia sobre lo ocurrido, se encontró a unos agentes viales del municipio, quienes le recomendaron acudir a la comandancia del K9 para ver si le podían hacer una revisión a los elementos que iban en la unidad que señalaban.
Al final, el hombre llegó a Asuntos Internos ya cerca de las 5 de la mañana de ese mismo 8 de mayo, pero sólo encontró al vigilante, el cuál le dijo que no había nadie que lo atendiera por lo que le recomendó regresó más tarde aunque no le dio la seguridad de que estuviera el personal debido a que era domingo.
SOLO PIDE DEVOLUCIÓN DE EQUIPO DE TRABAJO
Cristian regresó y corrió con la suerte de encontrar a uno de los abogados que ahí laboran, el cual le tomó su declaración y le solicitó un reporte fotográfico de los hechos, además de un resumen para hacer la investigación correspondiente, pero también le pidió que fuera a denunciar ante la Fiscalía de Puebla.
Debido a lo engorroso de los trámites Cristian no quería acudir a levantar una denuncia, pero al final decidió hacerlo y en la Fiscalía Anticorrupción dieron inicio a la carpeta de investigación FGEP/CDI/FECC/CORRUPCION.MUN-I/000293/2022; ahí al igual que en Asuntos Internos le pidieron pasar al médico legista que confirmó que había sido golpeado en el tórax.
Aunque durante dos meses confió en que habría alguna solución por parte de ambas instituciones, que bajo el argumento de que se trataba de un asunto delicado no le dieron copias de su queja y de su carpeta de investigación, no ha tenido ninguna respuesta, por lo que a pesar del temor de lo que estos sujetos puedan hacerle a él, a su familia o a alguien de su trabajo, decidió hacer público el caso, pues además de que una empresa lo está penalizando con 6 mil pesos al día, por no contar con la información acordada, teme que toda la información de su trabajo caiga en malas manos y a él lo metan en problemas.
El afectado exige justicia, que le devuelvan lo hurtado, principalmente su información y que los responsables reciban el castigo correspondiente.
“Independiente de lo material, lo que me preocupa y urge es la información que tenía la computadora y los discos duros, porque tengo un cliente que me está penalizando 6 mil pesos diarios por no tener la información que era para su empresa, y la estoy volviendo a hacer, pero este daño no me lo van a reparar, necesito que las autoridades correspondientes hagan su trabajo, ya va para un mes y es la fecha que no me han dado respuesta”, finalizó el entrevistado quien criticó que existan delincuentes vestidos de policías y que ya no se pueda confiar ni en ellos.
