||Moisés MORALES y Francisco Hernández/El Sol deTlaxcala||
Por los problemas personales que existen con su madre y demásfamiliares, Dulce Esperanza “N”, estudiante de la UniversidadAutónoma de Tlaxcala (UAT), confesó haber fingido su supuesto“secuestro” la tarde del jueves 28 de septiembre, y para ellose escondió en casa de una amiga en la vecina ciudad dePuebla.
El Sol de Tlaxcala tuvo conocimiento que al ser hallada porpersonal de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE),la joven declaró que quería llamar la atención de susconsanguíneos al estar cansada de las constantes peleas que tienenen casa de su abuela.
Contó que al encontrarse haciendo un trabajo escolar conalgunos de sus compañeros en la habitación que renta en el barrioEl Cristo, en San Pablo del Monte, salió con el argumento de queiría a comprar un refresco, pero una vez afuera reportó víaWhatsApp a su amiga Yeni “N”, con quien comparte cuarto, que laseguía un vehículo color gris y pedía salieran a ayudarla, paraluego apagar su celular y abordar una unidad de transporte públicocon destino a Puebla.
La estudiante del tercer semestre de la Facultad de Nutriciónde la UAT relató que ese día solo tuvo una clase y salierontemprano al no llegar los demás profesores, lo que aprovechó paratener contacto con su amiga Janet “N”, que conoció en unconcurso de canto en Cholula, Puebla, y vive en el fraccionamientoResidencial San Antonio, a quien le pidió ayuda para quedarse unosdías por problemas personales y fue así que ahí pasó lanoche.
Empero, al día siguiente
“El día de hoy 29 de septiembre de 2017 me desperté a lasnueve de la mañana y tomé una hoja en blanco y un lapicero queestaban en un tocador de la recámara de mi amiga Janet y empecéescribir sobre la situación que estaba viviendo, concluyendo queaún seguía enojada con mi familia, pero a la vez que estabahaciendo mal, ya que no era lo correcto y por lo tanto tendría queregresar”, relató Dulce Esperanza “N” en sudeclaración.
Y fue a las 13:40 horas del día siguiente a su desapariciónque abordó un taxi Uber que la llevó a Panzacola, municipio dePapalotla, desde donde llamó desde una caseta telefónica a suprima Lilian “N”, para pedirle ir por ella.
Al lugar acudieron sus familiares, junto con personal de laPGJE, quienes la auxiliaron y trasladaron a la dependencia para querindiera su declaración por la supuesta privación ilegal de lalibertad que denunció su madre. También le ofrecieron serviciomédico, pero no le fue necesario.
“Quiero manifestar por último que no fui privada de milibertad ni fui víctima de algún otro delito, ya que decidíausentarme por mi propia voluntad”, expresó la estudiante, cuyadesaparición alertó a las autoridades estatales y de sulocalización se hizo cargo la subprocuraduría de la PGJE.