Los delitos han presentado un incremento considerable en los últimos tiempos, por lo que a la par se ha podido reportar un aunmento en los casos de la aplicación de justicia por propia mano, como los linchamientos, principalmente en comunidades rurales, pero también existen casos en los que una sola persona pondera su vida por sobre la de los delincuentes que los amagan.
El más reciente caso se dio en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, donde un hombre terminó con la vida de un sujeto que ingresó a su vivienda con la finalidad de concretar un atraco, pero tras analizar lo sucedido fue puesto en libertad, esto con base en lo estipulado en la ley como Legítima Defensa, pero, ¿a qué se refiere este término y qué fue lo que sucedió con este hombre regiomontano?
Asaltante pierde la vida tras ser golpeado con su propia arma
Fue en la colonia Cumbres, del citado estado norteño, donde una familia se encontraba descansando durante los primeros minutos del pasado lunes, hasta que un sujeto de aproximadamente 30 años de edad, complexión robusta y 1.80 metros de estatura decidió ingresar a la vivienda para perpetrar un atraco, sin imaginar que este sería el último de su vida, víctima de su propia arma.
De acuerdo con la información inicial, habría sido un golpe con este mismo objeto el que le habría quitado la vida, esto luego de que el padre de familia y su hijo de 22 años lograran desarmarlo, tras lo que fue golpeado en el rostro entre el tabique y el ojo derecho, lo que lo hizo perder rápidamente gran cantidad de sangre y terminar tendido en la sala del domicilio.
Tras lo acontecido, la propia familia pidió la intervención de las autoridades correspondientes; se sabe que el malhechor habría ingresado por una casa contigua y tras amagar a la pareja y sus hijos se dispuso a la revisión de los cuartos, momento que el joven aprovechó para abalanzarse, forcejear y lograr que soltara su arma, misma que fue tomada por el padre, para que durante el forcejeo le propinara el golpe final al ladrón.
¿Qué es la Legítima Defensa?
Luego de la llegada de agentes ministeriales al lugar y tras conocer el móvil de los hechos se decidió la no puesta a disposición del hombre de 54 años, al determinar que actuó en Legítima Defensa, a fin de resguardar la integridad de su familia, aunque tuvo que cumplir con la obligación legal de rendir su declaración ante el Ministerio Público para posteriormente quedar en libertad.
Según establece el Código Penal Federal en su Capítulo IV, artículo 15, fracciones IV y V, en los que se puede leer “El delito se excluye cuando: Se repela una agresión real, actual o inminente, y sin derecho, en protección de bienes jurídicos propios o ajenos, siempre que exista necesidad de la defensa y racionalidad de los medios empleados y no medie provocación dolosa suficiente e inmediata por parte del agredido o de la persona a quien se defiende”.
Así mismo se estipula que, “Se presumirá como defensa legítima, salvo prueba en contrario, el hecho de causar daño a quien por cualquier medio trate de penetrar, sin derecho, al hogar del agente, al de su familia, a sus dependencias, o a los de cualquier persona que tenga la obligación de defender, al sitio donde se encuentren bienes propios o ajenos".
Finalmente, el artículo 16 de la misma legislación estipula que, “En los casos de exceso de legítima defensa o exceso en cualquier otra causa de justificación se impondrá la cuarta parte de la sanción correspondiente al delito de que se trate, quedando subsistente la imputación a título doloso”, es decir si este delincuente no hubiera ingresado armado y el hombre le hubiera quitado la vida, habría existido “exceso de legítima defensa”, por lo que sí habría debido ser juzgado.
