/ miércoles 4 de mayo de 2022

A Puerta Cerrada | Eduardo no es mi candidato: Barbosa

Que no, que por más indicios que crean ver los comentadores políticos dedicados a desenmarañar la vida pública del estado, Eduardo Rivera no será candidato del gobernador Miguel Barbosa en su propia sucesión, aunque del otro lado de la guerra por el poder se encuentre (en un hipotético escenario) Ignacio Mier papá.
Esa es la lectura que hay que hacer de las palabras vertidas por Barbosa este miércoles durante la conferencia de prensa mañanera, que ha querido subrayar frente a los medios aquel que, asegura, será su papel en la contienda electoral que se avecina.
“El gobernador del estado no se va a meter en el proceso electoral de 2024, pero los candidatos míos serán los candidatos de Morena”, expuso.
“Vamos a ganar, como dijo el presidente López Obrador, por paliza”, agregó.
“Esa es mi posición, para que no quede duda. El candidato mío va a ser el que ponga Morena, a la gubernatura y a todas las candidaturas de municipios y de diputaciones”, remató.
Luego manifestó aquello que, en mi opinión, quería en realidad precisar.
En medio de las especulaciones de una clase política que había vuelto a poner al presidente municipal de Puebla como su eventual candidato a gobernador y frente a la proximidad de la visita del mandatario mexicano para encabezar (mañana) los actos conmemorativos por la batalla del 5 de mayo, Barbosa tenía que deslindarse del edil y, más importante aún, de su futuro político.
Así lo hizo: “Nada que estén jugando (con) que ‘el gobernador Barbosa especula para hacer un candidato’, ‘que se reconcilió’ y que no sé cuánto. Esos son razonamientos pueblerinos (…) ‘Que ya se reconcilió y (que) por tanto puede jugar por un lado y por otro’ (…) No estoy hecho así”.
El personaje que aparece entrelíneas en el mensaje del gobernador es Eduardo Rivera, militante del PAN, quien, en ese acostumbrado ejercicio de especulaciones y futurismo político que se practica en la aldea, ha sido puesto como eventual carta del mandatario estatal para jugar en la sucesión, ante la presunta falta de simpatía del gobernador con los dos principales aspirantes del partido presidencial: Ignacio Mier y Alejandro Armenta.
Las especulaciones que vincularon a Rivera con Barbosa comenzaron desde antes de que el edil fuese postulado como candidato a la presidencia municipal en el 2021.
Continuaron en la campaña de ese año, se acentuaron en la etapa de gobierno electo y luego en los primeros meses de la administración municipal, hasta que desaparecieron tras el surgimiento de un cúmulo de diferencias y desencuentros ocurridos a la vista de todos.
El viernes, sin embargo, la relación pareció regresar a sus mejores términos, con la aparición del alcalde en la mañanera del gobernador y ambos obsequiándose efusivos elogios.
El hecho fue interpretado como esa “reconciliación” que Miguel Barbosa pide no mezclar con el proceso electoral de 2024, para que no haya dudas acerca de dónde están sus afectos: en Morena.
Lo que el respetable se preguntará a partir de ahora es eso mismo que algunos de ustedes se han cuestionado desde ayer, después de escuchar las palabras del gobernador.
¿Arropará entonces al candidato a gobernador de Morena, independientemente de quién sea?
Planteado de otra forma:
¿Apoyará a Mier, si resulta palomeado por el presidente?
¿Hará lo propio con Armenta, en caso de que supere con éxito la fractura de Ricardo Monreal con el mandatario?
Entrelíneas dijo que sí, lo que podría significar la extensión anticipada de una mano amistosa para ambos legisladores. A menos que, llegados los plazos, ninguno de los dos resulte bendecido con la nominación.
En mi opinión, estrictamente personal, a esta historia todavía le restan varios e impredecibles capítulos por escribir.

Twitter: @jorgerdzc


Que no, que por más indicios que crean ver los comentadores políticos dedicados a desenmarañar la vida pública del estado, Eduardo Rivera no será candidato del gobernador Miguel Barbosa en su propia sucesión, aunque del otro lado de la guerra por el poder se encuentre (en un hipotético escenario) Ignacio Mier papá.
Esa es la lectura que hay que hacer de las palabras vertidas por Barbosa este miércoles durante la conferencia de prensa mañanera, que ha querido subrayar frente a los medios aquel que, asegura, será su papel en la contienda electoral que se avecina.
“El gobernador del estado no se va a meter en el proceso electoral de 2024, pero los candidatos míos serán los candidatos de Morena”, expuso.
“Vamos a ganar, como dijo el presidente López Obrador, por paliza”, agregó.
“Esa es mi posición, para que no quede duda. El candidato mío va a ser el que ponga Morena, a la gubernatura y a todas las candidaturas de municipios y de diputaciones”, remató.
Luego manifestó aquello que, en mi opinión, quería en realidad precisar.
En medio de las especulaciones de una clase política que había vuelto a poner al presidente municipal de Puebla como su eventual candidato a gobernador y frente a la proximidad de la visita del mandatario mexicano para encabezar (mañana) los actos conmemorativos por la batalla del 5 de mayo, Barbosa tenía que deslindarse del edil y, más importante aún, de su futuro político.
Así lo hizo: “Nada que estén jugando (con) que ‘el gobernador Barbosa especula para hacer un candidato’, ‘que se reconcilió’ y que no sé cuánto. Esos son razonamientos pueblerinos (…) ‘Que ya se reconcilió y (que) por tanto puede jugar por un lado y por otro’ (…) No estoy hecho así”.
El personaje que aparece entrelíneas en el mensaje del gobernador es Eduardo Rivera, militante del PAN, quien, en ese acostumbrado ejercicio de especulaciones y futurismo político que se practica en la aldea, ha sido puesto como eventual carta del mandatario estatal para jugar en la sucesión, ante la presunta falta de simpatía del gobernador con los dos principales aspirantes del partido presidencial: Ignacio Mier y Alejandro Armenta.
Las especulaciones que vincularon a Rivera con Barbosa comenzaron desde antes de que el edil fuese postulado como candidato a la presidencia municipal en el 2021.
Continuaron en la campaña de ese año, se acentuaron en la etapa de gobierno electo y luego en los primeros meses de la administración municipal, hasta que desaparecieron tras el surgimiento de un cúmulo de diferencias y desencuentros ocurridos a la vista de todos.
El viernes, sin embargo, la relación pareció regresar a sus mejores términos, con la aparición del alcalde en la mañanera del gobernador y ambos obsequiándose efusivos elogios.
El hecho fue interpretado como esa “reconciliación” que Miguel Barbosa pide no mezclar con el proceso electoral de 2024, para que no haya dudas acerca de dónde están sus afectos: en Morena.
Lo que el respetable se preguntará a partir de ahora es eso mismo que algunos de ustedes se han cuestionado desde ayer, después de escuchar las palabras del gobernador.
¿Arropará entonces al candidato a gobernador de Morena, independientemente de quién sea?
Planteado de otra forma:
¿Apoyará a Mier, si resulta palomeado por el presidente?
¿Hará lo propio con Armenta, en caso de que supere con éxito la fractura de Ricardo Monreal con el mandatario?
Entrelíneas dijo que sí, lo que podría significar la extensión anticipada de una mano amistosa para ambos legisladores. A menos que, llegados los plazos, ninguno de los dos resulte bendecido con la nominación.
En mi opinión, estrictamente personal, a esta historia todavía le restan varios e impredecibles capítulos por escribir.

Twitter: @jorgerdzc