/ miércoles 3 de noviembre de 2021

A Puerta Cerrada | Las carencias en la dirigencia del PRI

El gran problema de poner como dirigente de un partido político a un personaje, ya sea hombre o mujer, que hable y actúe en función de los dictados que le manifiestan sus promotores, es que resulta incapaz de atender temas relevantes o resolver crisis por sí solo, sin la asesoría o la influencia de esos terceros que se encuentran detrás.

Ese es el caso de Néstor Camarillo Medina, el presidente del Comité Directivo Estatal del PRI que no vacila en mostrar su aparente fortaleza en ese partido a través de Jorge Estefan Chidiac, Javier Casique Zárate y ahora también Blanca Alcalá Ruiz, quienes han navegado aguas turbulentas para mantenerse vigentes en tiempos de la cuatroté.

Néstor Camarillo tiene en la confrontación de Jorge Estefan con Enrique Doger Guerrero un episodio que podría crecerle al PRI a nivel de crisis política, por lo que el ex presidente municipal de Puebla sabe y por lo que se atreve a decir, pero no ha reaccionado para tratar de evitar que eso suceda, aun cuando formó parte activa de los hechos que provocaron la irritación del también ex rector de la BUAP.

Hasta ayer por la noche, cinco días después de las acusaciones que se dedicaron el coordinador de los diputados locales del tricolor y el ex alcalde de Puebla, no había habido por parte del dirigente ningún intento de acercamiento conciliador, con todo y que Doger Guerrero amagó desde las redes sociales con subir el tono de sus señalamientos esta misma semana, después de las celebraciones de Todos Santos.

Camarillo Medina ha de pensar que no es para tanto, que en comparación con las peleas sangrientas que se traen en el PAN y en Morena, lo del PRI es un asunto menor, de infantes, que no trascenderá más allá de la estridencia natural de Doger, pero podría estar equivocado.

Tanto el PAN como Morena son cabezas de grupo en sus respectivas alianzas electorales.

Uno liderará la oposición y otro el proyecto de continuidad en la disputa electoral del 2024, por lo que pueden más o menos darse el lujo de protagonizar disputas internas que no los desarticulen, pero el PRI enfrenta un escenario diferente.

El tricolor necesitará del PAN o de Morena (en una eventual reconfiguración de las coaliciones vistas en el año que termina) para poder plantearse su supervivencia y tener serias expectativas de triunfo.

Con guerras intestinas, debilitado por dentro, sin más liderazgos que los ya citados Estefan, Casique y Alcalá, no podrá negociar como quiere ni exigir las candidaturas que ahora mismo tiene en sus planes para concretar una alianza con cualquiera de esos dos partidos políticos, porque tendrá muy poco que ofrecer.

Esa es una de las consecuencias que sufrirá el tricolor por la falta de un dirigente legitimado y eficaz, sensible a los problemas en gestación para evitarlos antes de que estallen.

El de Enrique Doger es solo un caso, actual, pero pueden venir muchos más, de igual o mayor trascendencia.

***

Dos poblanos estarán este 17 de noviembre en Washington D.C. para recibir los codiciados Napolitan Victory Awards, reconocimientos que premian el trabajo de la consultoría política a nivel internacional.

El primero de ellos es Lázaro Jiménez Aquino, diputado federal y director nacional del Instituto de Formación Política Jesús Reyes Heroles, del PRI, quien está nominado a tres estatuillas: una por el mejor programa de formación política realizado a distancia, otra por la colección de 10 libros “cuadernos de capacitación política” y la tercera por mejor investigación académica del 2020.

El otro poblano es Javier Sánchez Galicia, consultor que ahora mismo hace campañas para militantes de Morena en el vecino estado de Oaxaca, donde el próximo año habrá elección de gobernador, que acudirá a la capital estadounidense para recibir dos premios: uno por su trabajo en el municipio de Santo Domingo Tehuantepec, la reconocida región del Istmo, y otro por la consulta popular de juicio a los expresidentes de la república.

***

Y en más asuntos de Oaxaca relacionados con Puebla…

Juan Carlos Díaz Carranza rindió protesta el jueves como magistrado del Tribunal Superior de Justicia de aquella entidad, para un periodo de ocho años con posibilidad de reelección.

“Este jueves tomé protesta como #Magistrado en sesión solemne del Pleno del

@tsjoaxaca. Como integrante de este honorable órgano colegiado, estoy comprometido a desempeñarme con total responsabilidad, apego a la ley y honestidad para trabajar por #Oaxaca”, publicó el nuevo integrante del poder judicial en sus redes sociales.

Díaz Carranza fue hasta antes de esto colaborador de David Colmenares Páramo en la Auditoría Superior de la Federación, pero lo recordará usted por haber competido en 2019 para convertirse en titular de la Auditoría Superior del Estado… de Puebla.

Esa vez llegó hasta la recta final de la contienda, apoyado principalmente por los diputados de los partidos políticos de oposición a Morena, que, como se sabe, prefirió darle su aval al hoy auditor, Francisco Romero Serrano.

Twitter: @jorgerdzc

El gran problema de poner como dirigente de un partido político a un personaje, ya sea hombre o mujer, que hable y actúe en función de los dictados que le manifiestan sus promotores, es que resulta incapaz de atender temas relevantes o resolver crisis por sí solo, sin la asesoría o la influencia de esos terceros que se encuentran detrás.

Ese es el caso de Néstor Camarillo Medina, el presidente del Comité Directivo Estatal del PRI que no vacila en mostrar su aparente fortaleza en ese partido a través de Jorge Estefan Chidiac, Javier Casique Zárate y ahora también Blanca Alcalá Ruiz, quienes han navegado aguas turbulentas para mantenerse vigentes en tiempos de la cuatroté.

Néstor Camarillo tiene en la confrontación de Jorge Estefan con Enrique Doger Guerrero un episodio que podría crecerle al PRI a nivel de crisis política, por lo que el ex presidente municipal de Puebla sabe y por lo que se atreve a decir, pero no ha reaccionado para tratar de evitar que eso suceda, aun cuando formó parte activa de los hechos que provocaron la irritación del también ex rector de la BUAP.

Hasta ayer por la noche, cinco días después de las acusaciones que se dedicaron el coordinador de los diputados locales del tricolor y el ex alcalde de Puebla, no había habido por parte del dirigente ningún intento de acercamiento conciliador, con todo y que Doger Guerrero amagó desde las redes sociales con subir el tono de sus señalamientos esta misma semana, después de las celebraciones de Todos Santos.

Camarillo Medina ha de pensar que no es para tanto, que en comparación con las peleas sangrientas que se traen en el PAN y en Morena, lo del PRI es un asunto menor, de infantes, que no trascenderá más allá de la estridencia natural de Doger, pero podría estar equivocado.

Tanto el PAN como Morena son cabezas de grupo en sus respectivas alianzas electorales.

Uno liderará la oposición y otro el proyecto de continuidad en la disputa electoral del 2024, por lo que pueden más o menos darse el lujo de protagonizar disputas internas que no los desarticulen, pero el PRI enfrenta un escenario diferente.

El tricolor necesitará del PAN o de Morena (en una eventual reconfiguración de las coaliciones vistas en el año que termina) para poder plantearse su supervivencia y tener serias expectativas de triunfo.

Con guerras intestinas, debilitado por dentro, sin más liderazgos que los ya citados Estefan, Casique y Alcalá, no podrá negociar como quiere ni exigir las candidaturas que ahora mismo tiene en sus planes para concretar una alianza con cualquiera de esos dos partidos políticos, porque tendrá muy poco que ofrecer.

Esa es una de las consecuencias que sufrirá el tricolor por la falta de un dirigente legitimado y eficaz, sensible a los problemas en gestación para evitarlos antes de que estallen.

El de Enrique Doger es solo un caso, actual, pero pueden venir muchos más, de igual o mayor trascendencia.

***

Dos poblanos estarán este 17 de noviembre en Washington D.C. para recibir los codiciados Napolitan Victory Awards, reconocimientos que premian el trabajo de la consultoría política a nivel internacional.

El primero de ellos es Lázaro Jiménez Aquino, diputado federal y director nacional del Instituto de Formación Política Jesús Reyes Heroles, del PRI, quien está nominado a tres estatuillas: una por el mejor programa de formación política realizado a distancia, otra por la colección de 10 libros “cuadernos de capacitación política” y la tercera por mejor investigación académica del 2020.

El otro poblano es Javier Sánchez Galicia, consultor que ahora mismo hace campañas para militantes de Morena en el vecino estado de Oaxaca, donde el próximo año habrá elección de gobernador, que acudirá a la capital estadounidense para recibir dos premios: uno por su trabajo en el municipio de Santo Domingo Tehuantepec, la reconocida región del Istmo, y otro por la consulta popular de juicio a los expresidentes de la república.

***

Y en más asuntos de Oaxaca relacionados con Puebla…

Juan Carlos Díaz Carranza rindió protesta el jueves como magistrado del Tribunal Superior de Justicia de aquella entidad, para un periodo de ocho años con posibilidad de reelección.

“Este jueves tomé protesta como #Magistrado en sesión solemne del Pleno del

@tsjoaxaca. Como integrante de este honorable órgano colegiado, estoy comprometido a desempeñarme con total responsabilidad, apego a la ley y honestidad para trabajar por #Oaxaca”, publicó el nuevo integrante del poder judicial en sus redes sociales.

Díaz Carranza fue hasta antes de esto colaborador de David Colmenares Páramo en la Auditoría Superior de la Federación, pero lo recordará usted por haber competido en 2019 para convertirse en titular de la Auditoría Superior del Estado… de Puebla.

Esa vez llegó hasta la recta final de la contienda, apoyado principalmente por los diputados de los partidos políticos de oposición a Morena, que, como se sabe, prefirió darle su aval al hoy auditor, Francisco Romero Serrano.

Twitter: @jorgerdzc