/ lunes 28 de enero de 2019

Armenta levanta la mano y jala reflectores en la mejor semana de Barbosa

¡Sorpresa en Morena! La semana que había servido de mayor empoderamiento político para Luis Miguel Barbosa Huerta, con el arribo de Guillermo Pacheco Pulido al gobierno del estado, fue la misma que usó el más peligroso de sus rivales, Alejandro Armenta Mier, para levantar la mano y confirmar lo que se comentaba solo como trascendido, que quiere ser candidato a gobernador.

A diferencia de Nancy de la Sierra Arámburo, que no provocó expectativas ni levantó los ánimos en los partidos de la coalición Juntos Haremos Historia, cuando dijo que pretendía competir en una interna, Armenta genera un fenómeno de adhesiones que se nutre de grupos propios y ajenos, que desean ver en la boleta electoral a un personaje diferente a Barbosa.

Un sector importante de la clase política, donde confluyen liderazgos y simpatizantes de todos los partidos políticos, no solo de Morena y sus aliados, considera al senador el perfil más competitivo del lopezobradorismo para ir a los siguientes comicios de gobernador.

Armenta ya era opción antes de que la coalición Juntos Haremos Historia se decantara por Barbosa en la contienda de 2018.

Luego, su nombre subió como espuma mientras transcurría el largo conflicto poselectoral que terminó con el fallo en favor del PAN y de Martha Erika Alonso Hidalgo.

Él no lo decía, hasta el jueves pasado que soltó la primicia en el noticiero televisivo de Arturo Luna Silva, pero sus colaboradores confesaban “en privado” las intenciones del legislador y hasta platicaban las estrategias desplegadas por su jefe para convertirse en abanderado.

Los recorridos de supuesto agradecimiento que hizo por la entidad después de los comicios de julio fueron en realidad parte de esa campaña de posicionamiento que emprendió para apuntalar sus aspiraciones.

Esa conocida hiperactividad, reforzada con alianzas a nivel nacional como la que ha tejido con el coordinador de Morena en el senado, Ricardo Monreal Ávila, le ha preparado, y apresurado, para ir a las urnas.

La apuesta no es sencilla, sin embargo, aun con los potentes propulsores anímicos que parece traer en la espalda.

¿Podrá desbancarse a Luis Miguel Barbosa del evidente sitio de privilegio que ocupa en la carrera sucesoria?

Ese es el enigma que Armenta debe resolver.

La semana pasada fue trascendente en señales políticas.

Guillermo Pacheco Pulido fue designado gobernador interino.

El recién estrenado mandatario es del PRI, pero no llegó a donde está por el apoyo de la cúpula de ese partido.

La dirigencia nacional del tricolor intentó bloquearlo, para poner, en alianza con el PAN, a Jesús Rodríguez Almeida.

Al final los cuatro diputados priistas ignoraron las indicaciones del CEN y dieron su voto al ex presidente del Tribunal Superior de Justicia, en un obligado acto de congruencia.

La propuesta de Pacheco Pulido ingresó al Congreso por iniciativa del ala morenista que está con Barbosa, como lo confirma el arribo de Fernando Manzanilla Prieto a la Secretaría General de Gobierno.

Si se disecciona a la nueva administración estatal, seguro se encuentran más vínculos.

¿Para qué levantar la mano en un contexto preelectoral que favorece al ex senador?

Si la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, ha dicho en dos ocasiones, después de la muerte de Alonso, que Barbosa repetirá como candidato a gobernador, y los 22 diputados locales afines a Morena, PT y PES le dieron su respaldo desde el pleno, el pasado lunes, con la muy presumible anuencia presidencial, ¿qué esperanzas tiene entonces Armenta?

En el equipo del nacido en Izúcar de Matamoros argumentan que Andrés Manuel López Obrador no ha optado aún por Barbosa como carta para la próxima gubernatura.

Piensan que lo ocurrido en Puebla no ha derivado de instrucciones presidenciales y creen que todavía tienen margen de maniobra para poner a su jefe en primerísimo lugar de las encuestas.

Si lo logran, añaden, modificarán los pronósticos y tendrán el éxito esperado.

Por eso fue que Armenta se auto destapó en la misma semana que había incrementado la percepción pública en favor del ‘gallo’ de Polevnsky.

“¡Oigan!, Barbosa aún no es candidato”, mandó mensaje el senador.

Y quitó reflectores a su oponente, que el lunes 21 ya los había conseguido todos.

Gane o pierda, Armenta Mier le pondrá sabor a la contienda en el partido del presidente.

El candidato a gobernador de Morena será esta vez como lo fueron muchas veces los abanderados del viejo PRI, que una vez postulados, iban a una elección constitucional de mero trámite.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

¡Sorpresa en Morena! La semana que había servido de mayor empoderamiento político para Luis Miguel Barbosa Huerta, con el arribo de Guillermo Pacheco Pulido al gobierno del estado, fue la misma que usó el más peligroso de sus rivales, Alejandro Armenta Mier, para levantar la mano y confirmar lo que se comentaba solo como trascendido, que quiere ser candidato a gobernador.

A diferencia de Nancy de la Sierra Arámburo, que no provocó expectativas ni levantó los ánimos en los partidos de la coalición Juntos Haremos Historia, cuando dijo que pretendía competir en una interna, Armenta genera un fenómeno de adhesiones que se nutre de grupos propios y ajenos, que desean ver en la boleta electoral a un personaje diferente a Barbosa.

Un sector importante de la clase política, donde confluyen liderazgos y simpatizantes de todos los partidos políticos, no solo de Morena y sus aliados, considera al senador el perfil más competitivo del lopezobradorismo para ir a los siguientes comicios de gobernador.

Armenta ya era opción antes de que la coalición Juntos Haremos Historia se decantara por Barbosa en la contienda de 2018.

Luego, su nombre subió como espuma mientras transcurría el largo conflicto poselectoral que terminó con el fallo en favor del PAN y de Martha Erika Alonso Hidalgo.

Él no lo decía, hasta el jueves pasado que soltó la primicia en el noticiero televisivo de Arturo Luna Silva, pero sus colaboradores confesaban “en privado” las intenciones del legislador y hasta platicaban las estrategias desplegadas por su jefe para convertirse en abanderado.

Los recorridos de supuesto agradecimiento que hizo por la entidad después de los comicios de julio fueron en realidad parte de esa campaña de posicionamiento que emprendió para apuntalar sus aspiraciones.

Esa conocida hiperactividad, reforzada con alianzas a nivel nacional como la que ha tejido con el coordinador de Morena en el senado, Ricardo Monreal Ávila, le ha preparado, y apresurado, para ir a las urnas.

La apuesta no es sencilla, sin embargo, aun con los potentes propulsores anímicos que parece traer en la espalda.

¿Podrá desbancarse a Luis Miguel Barbosa del evidente sitio de privilegio que ocupa en la carrera sucesoria?

Ese es el enigma que Armenta debe resolver.

La semana pasada fue trascendente en señales políticas.

Guillermo Pacheco Pulido fue designado gobernador interino.

El recién estrenado mandatario es del PRI, pero no llegó a donde está por el apoyo de la cúpula de ese partido.

La dirigencia nacional del tricolor intentó bloquearlo, para poner, en alianza con el PAN, a Jesús Rodríguez Almeida.

Al final los cuatro diputados priistas ignoraron las indicaciones del CEN y dieron su voto al ex presidente del Tribunal Superior de Justicia, en un obligado acto de congruencia.

La propuesta de Pacheco Pulido ingresó al Congreso por iniciativa del ala morenista que está con Barbosa, como lo confirma el arribo de Fernando Manzanilla Prieto a la Secretaría General de Gobierno.

Si se disecciona a la nueva administración estatal, seguro se encuentran más vínculos.

¿Para qué levantar la mano en un contexto preelectoral que favorece al ex senador?

Si la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, ha dicho en dos ocasiones, después de la muerte de Alonso, que Barbosa repetirá como candidato a gobernador, y los 22 diputados locales afines a Morena, PT y PES le dieron su respaldo desde el pleno, el pasado lunes, con la muy presumible anuencia presidencial, ¿qué esperanzas tiene entonces Armenta?

En el equipo del nacido en Izúcar de Matamoros argumentan que Andrés Manuel López Obrador no ha optado aún por Barbosa como carta para la próxima gubernatura.

Piensan que lo ocurrido en Puebla no ha derivado de instrucciones presidenciales y creen que todavía tienen margen de maniobra para poner a su jefe en primerísimo lugar de las encuestas.

Si lo logran, añaden, modificarán los pronósticos y tendrán el éxito esperado.

Por eso fue que Armenta se auto destapó en la misma semana que había incrementado la percepción pública en favor del ‘gallo’ de Polevnsky.

“¡Oigan!, Barbosa aún no es candidato”, mandó mensaje el senador.

Y quitó reflectores a su oponente, que el lunes 21 ya los había conseguido todos.

Gane o pierda, Armenta Mier le pondrá sabor a la contienda en el partido del presidente.

El candidato a gobernador de Morena será esta vez como lo fueron muchas veces los abanderados del viejo PRI, que una vez postulados, iban a una elección constitucional de mero trámite.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx